Jim Morris (Dennis Quaid) creía que sus sueños de gloria habían tocado a su fin. Durante un partido de béisbol se lesionó el hombro y tuvo que retirarse sin haber logrado salir de segunda división. Pero consigue rehacer su vida, formar una familia y ahora es profesor de química y entrenador del equipo de béisbol en un instituto de Big Lake, Texas.
Pero en 1999, hace una apuesta con su equipo que cambiará su vida. Para motivar a los jugadores, que no han ganado un solo partido, acepta el trato que le proponen: si ganan el campeonato regional, Morris tendrá que probar suerte en un equipo de primera división.
La apuesta surte efecto, y el equipo pasa de ser uno de los peores a ganar el campeonato por primera vez en la historia del instituto. Jim se ve obligado a cumplir su parte del trato, y decide presentarse a unas pruebas a pesar de que todo el mundo se ríe de él. Pero Morris deja atónitos a los ojeadores (y a él mismo) al lanzar varia bolas a nada menos que 175 Km por hora. Así es como ficha por los Devil Rays, un equipo de segunda división. Jim tendrá que lanzar muchas bolas antes de llegar a la cima. Pero ahora que ha recuperado la ilusión, nada podrá detenerlo.