Clarisse se marcha de casa dejando a su marido Marc y a los niños. Tras su huida, la vida continúa: su marido prepara ahora los desayunos, su hija Lucie se dedica en cuerpo y alma a sus lecciones de piano y Paul, el hijo menor, no deja de hacerse preguntas. Mientras tanto, Clarisse se aleja hacia al mar, en coche, e imagina a los niños crecer y a Marc envejecer sin ella. ¿Pero es realmente una huida hacia delante? Tal vez Clarisse solo quiere empezar de nuevo, inventarse un nuevo final.
Esta es la historia de una mujer que se va.