Cuando Abel descubre que su madre, Sylvie (Anouk Grinberg), que ronda los sesenta años, está a punto de casarse con un hombre en la cárcel, entra en pánico. Respaldado por Clémence, su mejor amiga, hará todo lo posible para intentar protegerla. Pero su encuentro con Michel, su nuevo padrastro, podría ofrecer a Abel nuevas perspectivas…