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Los tres mosqueteros: D'Artagnan cartel reducidoLos tres mosqueteros: D'Artagnan(Les trois mousquetaires: D'Artagnan)
Dirigida por Martin Bourboulon
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Entrevista con el director Martin Bourboulon

P: TIENE QUE SER MUY EMOCIONANTE ENFRENTARSE A UNA OBRA TAN EMBLEMÁTICA COMO “LOS TRES MOSQUETEROS”. ¿QUÉ SIGNIFICA LA NOVELA PARA TI?

R: Es emocionante por partida doble, porque la disfruto como espectador y también como director. Lo primero que hice fue preguntarme cómo debía ser una película de capa y espada en el año 2022.

Para ello eché la vista atrás a las grandes producciones de aventuras, esas que retratan tanto a personajes individuales como la Historia con mayúsculas. Todos recordamos la trama de “Los tres mosqueteros”, su sentido del honor y la fraternidad y la magnitud de las batallas. Cuando pienso en cómo me hacía sentir la novela de niño, siento la magnitud de la historia.

P: ¿HASTA QUÉ PUNTO CREES QUE ESTA HISTORIA SIGUE CONECTANDO CON NUESTRA ÉPOCA?

R: Las clásicas películas de capa y espada nos remiten a los filmes de los años sesenta y setenta que tanto nos hicieron soñar. Pero no es un género que se haya renovado con frecuencia, así que sentíamos cierta responsabilidad de hacerlo.

Algunos de los temas de “Los tres mosqueteros”, como la camaradería y la traición, son absolutamente atemporales. Pero también concibo esta película como una superproducción de aventuras.

P: MATTHIEU DELAPORTE Y ALEXANDRE DE LA PATELLIÈRE ESTÁN DETRÁS DEL GUION. ¿HAS PARTICIPADO EN EL PROCESO DE ESCRITURA?

R: En primer lugar hubo un impulso muy fuerte por parte de los productores Dimitri Rassam y el grupo Pathé, dirigido por Jérôme Seydoux y Ardavan Safaee, por recuperar nuestro patrimonio literario, como ya hicieran Claude Berri y otros grandes productores. Estamos viviendo una época en la que el consumo audiovisual está cambiando muy deprisa con la aparición de las plataformas de streaming, y todos compartíamos ese deseo de crear grandes películas que se estrenaran en salas de cine.

Después, Matthieu y Alexandre empezaron a trabajar en una versión condensada de la novela para llevarla a la pantalla. Enseguida se nos ocurrió la idea de dividir la historia en dos partes, una protagonizada por D’Artagnan y otra por Milady, y de vincular las dos tramas en una misma línea temporal.

Hemos trabajado muy bien juntos porque nos conocemos desde hace tiempo y nos entendemos a la perfección. Pudimos contrastar nuestros puntos de vista para que su guion se ajustara a la película que yo tenía en mente.

P: EL RITMO ES TREPIDANTE, LA ADVERSIDAD SIEMPRE ESTÁ AL ACECHO Y LAS EMOCIONES SON UNA CONSTANTE.

R: Esto se debe a la propia obra de Dumas y a la estructura serializada de la misma. El conflicto, ya sea emocional o político, y los obstáculos son motores dramáticos formidables.

Al escribir el guion, Matthieu y Alexandre han conservado lo mejor de la novela y han aportado elementos con mucha cabeza. El resultado final es una película que pisa a fondo en todo momento, sin detenerse nunca, que es lo que todos queríamos.

P: EN LA PELÍCULA ENCONTRAMOS ESPECTACULARES PLANOS SECUENCIA, COMO LA PRIMERA GRAN BATALLA EN EL BOSQUE, QUE ESTÁ MUY COREOGRAFIADA Y DA LA SENSACIÓN DE PASAR DE UN PERSONAJE A OTRO CON MUCHA FLUIDEZ.

R: Quería que estuviéramos siempre en contacto con los personajes, que pudiéramos vivir las escenas de acción desde su punto de vista, metiéndonos de lleno en la acción.

Y también me interesaba que el público se guiara por las emociones y las reacciones de los personajes más que por la acción en sí misma. Ha sido todo un reto desde el punto de vista técnico, pero creo que aporta mucho realismo y autenticidad a las escenas.

P: EN DOS SECUENCIAS -CUANDO LA REINA ESTÁ PRESA Y ATHOS ENCARCELADO EL COMBATE OCURRE FUERA DE LA PANTALLA. ESA DECISIÓN ARTÍSTICA CREA UN CONTRAPUNTO MUY INTERESANTE CON RESPECTO A LAS SECUENCIAS DE BATALLAS CARACTERÍSTICAS DEL GÉNERO DE CAPA Y ESPADA...

R: En esas dos secuencias me pareció más importante e interesante transmitir la soledad de la Reina o el miedo y la confusión de Athos que rodar la acción en sí. En ese punto de la historia hay mucho en juego y puede cambiar el destino de ambos personajes. Permanecer a su lado, compartir su punto de vista en tiempo real, me parecía más «correcto» en cuanto a la puesta en escena. Sobre todo porque ellos están recluidos en el interior y no pueden ver lo que está pasando en el exterior.

Por otra parte, me ha parecido siempre muy interesante cómo se trata la acción que transcurre fuera de escena. Lo que no se muestra a menudo es más potente y misterioso que lo que se ve y aporta intensidad a las secuencias. Asimismo, quería trabajar esa puesta en escena para poder aportar un aspecto formal más contemporáneo a esta nueva adaptación de Los tres mosqueteros.

P: ¿LA ELECCIÓN DEL REPARTO HA SIDO COSA TUYA?

R: Los castings son siempre un poco mágicos.

He tenido muchísima suerte. Para los mosqueteros contamos con François Civil, Vincent Cassel, Pio Marmaï y Romain Duris, que tienen un talento inmenso que se transmite a través de la pantalla. Ha sido maravilloso trabajar también con Eva Green, Vicky Krieps y Lyna Khoudri, tres actrices magníficas con orígenes muy diversos. Reunirlas en el filme ha sido increíble porque cada una aporta fuerza a la historia. Y luego está Louis Garrel, que ha dado vida al rey con mucho acierto.

El resto de los personajes me resultan igualmente fascinantes. La película cuenta con un gran elenco, con actores de la talla de Eric Ruf, Marc Barbé y Patrick Mille.

Necesitábamos retratar el siglo XVII y para conseguir una historia creíble, cada uno de los intérpretes debía tener una gran presencia, una personalidad.

P: D’ARTAGNAN ES APASIONADO, ATHOS ES MELANCÓLICO, PORTHOS ES UN SIBARITA Y ¡HAS CONVERTIDO A ARAMIS EN UNA ESPECIE DE ESTRELLA DEL ROCK!

R: Romain Duris es un actor camaleónico capaz de meterse en la piel de cualquier personaje.

¡Es un crack! Me parecía perfecto para darle un toque felino y sexy a Aramis. Tiene esa coquetería tan particular. Colaboramos para crear su estilo y su look. Pio es el Porthos ideal: es un sibarita al que le encantan los excesos, ¡tiene hambre hasta al levantarse de la mesa! La personalidad alegre y generosa de Pio se transmite a través de su personaje. En las conversaciones con Vincent Cassel surgió enseguida esa idea de la imagen del lobo gris para representar a Athos. En la película hay un diálogo muy bonito entre Matthieu y Alexandre que me gusta mucho: «Athos intenta ahogar sus demonios en el alcohol, pero con el tiempo han aprendido a nadar». Vincent ha sabido crear ese personaje solitario y melancólico. También me pareció interesante enfrentar a una nueva generación de actores, encabezada por François Civil y Pio Marmaï, con la de Romain Duris y Vincent Cassel, que llevan más tiempo en el mundo del cine.

En cuanto a François, no podríamos haber hecho la película sin él. Nadie más hubiera podido interpretar a nuestro D’Artagnan. No solo aporta precisión y emoción a su papel, sino que tiene un físico imponente. Ha creado un D’Artagnan formidable, que es a la vez encantador, despreocupado e insolente.

P: EN TU FILME ENCONTRAMOS PERSONAJES FEMENINOS MUY POTENTES. SON ELLAS LAS QUE IMPULSAN LA ACCIÓN.

R: Me gustan mucho estos tres personajes femeninos y las actrices que los interpretan. Las mujeres desempeñan un papel fundamental en esta historia. El destino de Francia está estrechamente ligado al de la Reina.

Milady de Winter es una espía extraordinaria, independiente y escurridiza. Me alegré mucho de que Eva Green estuviera disponible porque transmite algo misterioso y es muy fotogénica. Ha entendido el papel como si fuera una especie de superhéroe, lo cual me ha parecido muy interesante para interpretar a esta mujer tan especial.

Para el papel de Constance, ha sido una suerte contar con Lyna Khoudri, quien ya había llamado mi atención en otras películas. Teníamos que engancharnos a su historia con D’Artagnan, que también nos funciona como vínculo con la segunda parte.

Vicky Krieps es una actriz fantástica, que descubrí gracias a El hilo invisible. Su interpretación me ha fascinado. Por ejemplo, consigue transmitirnos que está enamorada del duque de Buckingham y siente un terrible dilema sentimental con un sencillo gesto cuando toca una carta.

P: LOUIS GARREL ESTÁ INMENSO COMO LUIS XIII.

R: Le ha aportado al papel un matiz que es a la vez dulce, ambiguo y extraño, y que hemos trabajado juntos en plató. Tenía su complicación porque nos movíamos en una línea muy fina. También queríamos asegurarnos de que no perdía demasiada autoridad. Louis Garrel ha conseguido crear un rey impenetrable, he hecho un trabajo impresionante. Es un actor increíble.

P: EL FILME TOCA DIFERENTES PALOS Y FUSIONA DIFERENTES GÉNEROS.

Sí, y la dificultad residía en maridar todos estos aspectos de una manera fluida. La lucha realista y ardua en el bosque tenía que coexistir con la historia de amor de Constance y D’Artagnan y también con algunos elementos más ligeros. De esa gran heterogeneidad surge una especie de coherencia que creo que buscábamos todos.

P: ¿CÓMO HAS TRABAJADO CON EL ELENCO EL LENGUAJE DEL SIGLO XVII?

R: Ese ha sido uno de los grandes retos de la película. Queríamos ser fieles a ese lenguaje, que es precioso, pero al mismo tiempo queríamos darle un toque moderno. No me gusta ensayar demasiado y me gusta habitar en esa zona de inseguridad, a riesgo de desconcertar a algunos intérpretes. Me gusta que surja la magia en el rodaje.

En plató, con los escenarios y el vestuario, buscábamos juntos el tono adecuado para que los diálogos fluyeran. Tuvimos que ingeniárnoslas para hacernos con el lenguaje sin que sonara forzado.

P: ES LA SEGUNDA VEZ QUE COLABORAS CON THIERRY DELETTRE, DISEÑADOR DE VESTUARIO.

R: Sus diseños son impresionantes. Ha sabido interpretar el siglo XVII desde una nueva perspectiva. Quería alejarme de la idea preconcebida del uniforme de los mosqueteros. Buscaba suciedad y autenticidad. Le dimos bastantes vueltas al tema del sombrero de plumas. Al principio me inquietaba, pero al final ha quedado tan bien que lo quería meter por todas partes.

Creo que hemos dado con el equilibrio exacto al situarnos a medio camino entre los mosqueteros y los cowboys.

Para la escena del baile de máscaras, la idea era que el público pudiera sentirla como una fiesta a la que se podría asistir hoy en día. El equipo de vestuario ha creado unas máscaras extraordinarias.

P: HABÉIS RODADO EN LOCALIZACIONES REALES.

R: En Francia tenemos un patrimonio excepcional y no concebíamos rodar en ningún otro sitio. Rodamos la primera parte en la Ile de France, Bretaña, Alta Francia y Normandía, y nos trasladamos al Gran Este y a la región Auvernia-Ródano-Alpes para la segunda.

A todo el equipo, incluidos los productores, nos pareció que rodar en localizaciones tan impresionantes como Los Inválidos, en el patio del Louvre, la catedral de Meaux, el castillo de Chantilly, Fontainebleau y Compiègne, por difícil que fuera, le aportaba realismo al filme.

P: ¿CÓMO HA SIDO EL TRABAJO DE SONIDO Y MÚSICA?

R: El sonido es fundamental a la hora de sumergir al público en la historia. Por ejemplo, el sonido de los disparos de pólvora fue complicado porque tenían que sonar barrocos pero a la vez tenían que remitir a los espectadores a algo que les resultara cercano. Para la música contamos con Guillaume Roussel, que no tardó en dar con el tono perfecto para el filme. Ha sido una gran suerte contar con él.

P: Y LA ILUMINACIÓN ES OBRA DE NICOLAS BOLDUC, ¿VERDAD?

R: Durante las primeras conversaciones con Nicolas, fuimos delimitando la «pátina» que queríamos darle a la película. Esa palabra tan cinematográfica ha tenido mucho peso en la fase de preparación.

Hoy en día estamos muy acostumbrados a trabajar con imágenes muy definidas en alta resolución, pero para este proyecto buscábamos una imagen más imperfecta.

Por lo tanto, intentamos «ensuciar» la imagen con polvo, humo y otros elementos para que diera la sensación de que la hubiéramos rodado en otra época.

Pero trabajar la imagen significa también cuidar la elección del decorado, el vestuario, el maquillaje... Todo ha de funcionar como una maquinaria bien engrasada, de ahí que me haya esforzado por estar en contacto permanente con los responsables de cada departamento y por asegurarme de que la comunicación fluía entre ellos.