¿Y si estuviéramos al borde de una nueva era glacial?
Éste es el asunto que obsesiona al climatólogo Jack Hall (Dennis Quaid). Las investigaciones llevadas a cabo por Hall indican que el calentamiento global del planeta podría desencadenar un repentino y catastrófico cambio climático de la Tierra. Las perforaciones realizadas en la Antártida muestran que es algo que ya ha ocurrido con anterioridad, hace diez mil años. Y ahora está alertando a los dirigentes de que podría ocurrir de nuevo si no se adoptan medidas de forma inmediata. Pero sus advertencias llegan demasiado tarde.
Todo empieza cuando Hall presencia cómo un bloque de hielo del tamaño de Rhode Island se desgaja completamente de la masa de hielo antártica. Posteriormente, una serie de fenómenos climatológicos cada vez más drásticos empiezan a ocurrir en distintas partes del globo: granizos del tamaño de un pomelo destrozan Tokio, vientos huracanados que rompen todos los récords machacan Hawaii; la nieve cae en Nueva Delhi, y luego una serie de devastadores tornados azotan la ciudad de Los Angeles.
Una llamada de teléfono de un colega suyo en Escocia, el profesor Rapson (Ian Holm), confirma los peores temores de Jack: estos intensos fenómenos meteorológicos son síntomas de un cambio climatológico masivo. El derretimiento de la capa de hielo polar ha vertido recientemente demasiada agua a los océanos y ha afectado a las corrientes que dan estabilidad a nuestro sistema climático. El calentamiento global ha puesto el planeta al borde del precipicio y al filo de una nueva era glacial. Y todo ocurrirá durante una supertormenta de carácter global.
Mientras Jack advierte a la Casa Blanca del inminente cambio climático, su hijo Sam, de diecisiete años, (Jake Gyllenhaal) se encuentra atrapado en la ciudad de Nueva York donde él y algunos amigos han estado compitiendo en un concurso académico entre institutos. Ahora debe hacer frente a las grandes inundaciones y a las temperaturas que caen en picado en Manhattan. Tras refugiarse dentro de la Biblioteca Pública de Manhattan, Sam consigue hablar con su padre por teléfono. Jack sólo tiene tiempo de hacerle una advertencia: que se quede dentro a toda costa.
Cuando comienza una masiva evacuación a gran escala hacia el sur, Jack se encamina en dirección norte, hacia la ciudad de Nueva York, con el fin de salvar a Sam. Pero ni siquiera Jack está suficientemente preparado para lo que está a punto de ocurrir; a él, a su hijo y a su planeta.