En el noroeste de Túnez, Sana, Fidé, Melek y Abdou trabajan recolectando higos. Bajo el testimonio de los árboles, desarrollan nuevos sentimientos, discuten, se encuentran y rehuyen, coquetean e intentan entenderse. A lo largo del día, la huerta se convierte en un teatro de emociones, donde se representan los sueños y las esperanzas de cada uno de ellos.