JuanMa Betancort, director y productor especializado en películas musicales, regresa al panorama cinematográfico tras el éxito en 2016 de Playing Lecuona, largometraje protagonizado por artistas de la talla de Chucho Valdés, Michel Camilo, Gonzalo Rubalcaba, Omara Portuondo, Raimundo Amador o Ana Belén.
Santiago Auserón, músico, musicólogo y filósofo, es un referente de la escena rockera de nuestro país y figura icónica de la llamada “movida madrileña”. Galardonado con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2022, es también Premio Nacional de Músicas Actuales por el Ministerio de Cultura en 2011. Líder y fundador de Radio Futura, reconocido como mejor grupo de rock español de los últimos 30 años, se volcó durante décadas en su alter ego y laboratorio sonoro Juan Perro. Actualmente, ha dejado en pausa este proyecto para dar paso a Santiago Auserón y su Academia Nocturna.
LA PELÍCULA POR SANTIAGO AUSERÓN (Noviembre de 2020)
Corría el año de 1984 cuando un primer respiro en el trabajo de Radio Futura, que empezaba a hacerse reconocer, nos permitió saltar el charco en busca del misterio de la música cubana, casi totalmente desconocida –de manera incomprensible– por los aficionados españoles de entonces. En los viajes del grupo cavilábamos que allí debía de estar la pista del mestizaje entre el verso español y el ritmo negro, un apoyo para nuestra pretensión de aportar algo a la escena internacional. El primer paseo nocturno por las calles escasamente iluminadas de La Habana me hizo entender que nuestras esperanzas se iban a ver colmadas con creces, desde el momento en que empecé a cambiar impresiones con rostros africanos que hablaban con elegancia la lengua de nuestros abuelos. La música llenaba los rincones de la ciudad con una calidad sonora admirable y emotiva. De regreso a España con algunos fonogramas, su escucha atenta me convenció de la necesidad de estudiar a fondo el hechizo del son cubano.
En 1989 volaba de nuevo a La Habana con un acuerdo discográfico y un plan de edición titulado Semilla del son en la mochila, que presenté a los funcionarios de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales de Cuba (EGREM). Durante cinco semanas iniciales y luego en viajes sucesivos luché por rescatar cintas de archivos olvidados, reclamé la ayuda generosa de mis nuevos amigos habaneros y de la Embajada española, recorrí a pie muchos kilómetros de calles humeantes, mantuve largas conversaciones musicales hasta el alba. Algunos jóvenes de la isla no entendían el interés de un rockero “gallego” por la música de sus viejos. Frecuenté el Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana, viajé a Oriente en busca de soneros míticos y doctos especialistas, de archivos selectos que se ofrecían a ser fotocopiados. Finalmente, Semilla del son vio la luz en 1991, fue la primera antología internacional del son cubano, y obtuvo reconocimiento inmediato entre los aficionados al rock, al jazz y al nuevo flamenco en España.
En diversos encuentros organizados con ayuda de intituciones atentas al contagio cubano, tuve el privilegio de conocer e invitar a visitar nuestro país a una generación de soneros y rumberos que poseían el legado de todo un siglo musical: Faustino Oramas “El Guayabero”, Celeste Mendoza, Los Muñequitos de Matanzas, El Septeto Spirituano, Los Naranjos de Cienfuegos, Francisco Repilado “Compay Segundo”, Barbarito Torres. Grabé el primer disco de Juan Perro en La Habana (Raíces al viento), en la grata compañía de mitos musicales de altura, como Tata Güines y Pancho Amat. Produje en Madrid la Antología que abrió a Compay Segundo las puertas de su segunda juventud artística, con cerca de noventa años. Deje en manos de Ry Cooder un ejemplar de dicho fonograma, antes de que se le hubiera pasado por la imaginación la idea de Buenavista Social Club. Una vez puesto en marcha un engranaje imparable a escala planetaria, me dediqué a asimilar el aprendizaje en mi humilde proyecto, siempre en la cercanía de grandes músicos de Cuba.
El prestigioso cineasta Juanma Betancort, buen aficionado al rock, conocía mi trayectoria desde los días de Radio Futura. Como corresponde a un tinerfeño musicalmente inspirado, fue de los que entendieron desde el primer momento el sentido de mi viraje sonero. Su propuesta de convertir en película Semilla del son vino a coincidir con el momento en que sentí de nuevo la necesidad de viajar a Cuba, para tratar esta vez de poner a prueba el largo aprendizaje mestizo de Juan Perro y compartirlo con el exigente oído del público cubano. La investigación musicológica me había convencido en paralelo de la conveniencia de anclar en la Isla la búsqueda de un horizonte sonoro prometedor que concierne a todo el área de habla hispana. En estos últimos años, las actividades en La Habana o en Matanzas han dado a conocer mi repertorio en varios formatos y he entablado fructíferas relaciones de trabajo con el CIDMUC, con el Instituto Cubano de la Música y con la Universidad de las Artes, impartiendo conferencias y diseñando planes conjuntos de investigación que han de desarrollarse a ambos lados del Atlántico.
Nuestro proyecto Semilla del son–La película debe culminar esta nueva fase de aproximación al son y a la rumba, recoger la experiencia de décadas anteriores y proyectarla hacia el porvenir, arrojando nueva luz sobre el cruce de culturas que transformó profundamente el canto español, a la vez que surgían los géneros que definen la identidad cubana. La película está pensada como un viaje, road movie que ha de rehacer el trayecto mítico de Oriente a Occidente, por el que la evolución del son comparte la orientación de las transformaciones más relevantes en la historia de su pueblo. Será un viaje con parada en sucesivas estaciones, donde los nombres de las ciudades (Baracoa, Santiago, Guantánamo, Manzanillo, Cienfuegos, Sancti Spiritus, Pinar del Río, La Habana, Matanzas...) hablan de música, de sonoridades y géneros fascinantes: el son montuno, la vieja trova, el danzón y sus derivas, el changüí, el bolero, las variantes de punto campesino, el son eléctrico y la rumba, en la que necesariamente viene a desembocar toda pesquisa acerca de las relaciones entre el verso español y el ritmo de origen africano. Este espectro musical que recorre todos los grados posibles entre lo blanco y lo negro dará a la película Semilla del son valor de documento etnográfico.
A lo largo de encuentros musicales y entrevistas en parajes de gran belleza, el viaje renovado por la Cuba de nuestros días hará revivir espíritus de antaño a la vez que establece el diálogo con las sonoridades más recientes de la Isla, que acoge todas las influencias internacionales. El equipo de INSULARIA con Juanma Betancort al frente, responsable de piezas de reconocida excelencia, y mi propio equipo de LA HUELLA SONORA, que acumula una larga experiencia en colaboración con Cuba, abordan con ilusión y entera disposición este gran reto fílmico y musical, en el que la etnomusicología, sin dejar de ser cabal y rigurosa, quiere expresarse a través del lenguaje de las emociones.
NOTA DEL DIRECTOR
Con esta propuesta cinematográfica me interesa resaltar la figura de Santiago Auserón como investigador, la del musicólogo. Su ensayo “El ritmo perdido” (Peninsula, 2012) es una obra fundamental para entender el mestizaje de la música popular en español. Esta faceta de Auserón, la de Doctor en Filosofía y etnógrafo, es la que pretendo enfatizar en este proyecto, por ser la menos conocida para el gran público y, por lo tanto, merecedora de ser divulgada.
Coincidiendo con el reciente 30 aniversario del proyecto discográfico musicológico y etnomusical “Semilla del son” (Animal Tour, 1991) considero que es el momento pertinente para homenajear a una de las personalidades más relevantes e influyentes de la modernidad musical de nuestro país.
Esta película supone una coherencia en mi trayectoria tras el éxito internacional de mi anterior largometraje musical Playing Lecuona, en el que tuve la oportunidad de dirigir a losgrandes del jazz latino: Michel Camilo, Chucho Valdés y Gonzalo Rubalcaba, acompañados de Omara Portundo, Raimundo Amador y Ana Belén. Trabajo éste influenciado, de alguna manera, por Auserón. En 2017 tuve el honor de compartir con Santiago Auseron el Premio Internacional Cuba Disco. En mi caso, por la mencionada película y fonograma Playing Lecuona (Insularia, Sony Music 2015). En el caso de Auserón, por su disco El Viaje (La Huella Sonora, 2016).
Sigo la carrera de Santiago Auserón desde el primer disco de los primeros Radio Futura. Las maquetas radiadas por Jesús Ordovás en Radio 3 durante 1982 y 1983 de los nuevos y after-punk Radio Futura. Las pujantes producciones discograficas que siguieron a estas maquetas, sus poderosos directos, la evolución natural que dio lugar a Juan Perro. Tuve la suerte de vivir aquellos conciertos de Radio Futura, comprar sus discos año tras año, y uno de los privilegiados que conformamos el público de Encuentros con el Son Cubano organizados por Auserón a inicios de los 90 en Casa de América y el Círculo de Bellas Artes. Y en aquellos encuentros madrileños descubrí a Los Muñequitos de Matanzas a quienes, tras la vuelta de los años, invité a formar parte de mi proyecto Playing Lecuona y ahora los incluyo en Semilla del Son.
Se trata, en definitiva, de un encuentro entre el artista y su fan quien ahora decide rendirle merecido tributo.
Semilla del sonDirigida por JuanMa Betancort