El nominado al Oscar Michael Keaton recibió una copia del guion de Gregory Poirier de manos de su amigo productor Michael Sugar: "Recuerdo que lo leí y pensé, 'wow, está bien escrito'", comparte el actor y director, "¿cuándo voy a hacerlo? .No es raro leer algo y luego dejarlo de lado porque estás en medio de una película o porque tu vida personal se interpone".
De vez en cuando, Keaton se acordaba del guion y lo hojeaba. La última vez que lo hizo, él y Sugar estaban trabajando en proyectos diferentes. Keaton llamó a Sugar y le dijo que cuando terminaran sus proyectos actuales, le gustaría protagonizar y dirigir El método Knox. Al principio no creía que fuera el tipo de proyecto adecuado para él, y le preocupaba la mezcla de géneros de cine y comedia negra con los valores familiares. "No encaja en una sola categoría. Entonces me di cuenta de que eso era exactamente lo que me gustaba: que no encajara en ninguna categoría".
Los productores de Brookstreet Pictures, el CEO Trevor Matthews y el presidente Nick Gordon se quedaron con la boca abierta cuando leyeron el guion. "Como te imaginarás, leemos decenas y decenas de guiones todos los años", señala Gordon, "y la gran mayoría no son para películas. A veces, lees un guion bien escrito, pero no tiene gancho, o tienes un concepto de película maravilloso, pero el guión es muy malo. Este guion tenía gancho y además estaba bien escrito. Nos atrapó desde el principio".
Como todos los productores, su éxito está ligado a su habilidad para reconocer el material de calidad cuando llega a sus mesas: "Todos leímos bastante rápido El método Knox y nos reunimos en un salón", cuenta Matthews. "Nos miramos y lo pudimos ver en la cara de los demás".
Al enterarnos de que se trataba de un proyecto que a Michael Keaton le apasionaba, y que él dirigiría e interpretaría el papel principal, se convirtió en uno de esos momentos especiales en la carrera de un productor, en el que todos los planetas se alinean: un gran guion, un gran director, un gran reparto y un gran equipo en un solo proyecto. "No podíamos pensar en nadie mejor para interpretar a Knox, con toda la experiencia de Michael delante de la cámara", afirma Matthews. "El guion es perfecto para él, tanto como actor como director".
Keaton interpreta a John "Aristóteles" Knox, un asesino a sueldo que está perdiendo la memoria. "Está llena de todas las características del cine negro clásico", señala Gordon, "un ambiente urbano descarnado, un protagonista con defectos y alienado. Un trasfondo de cinismo, fatalismo y ambigüedad moral. Al mismo tiempo, es fresca y familiar".
Tanto Matthews como Gordon son grandes aficionados al cine negro. "El apogeo del cine negro fue en los años cuarenta y cincuenta, con películas clásicas como El sueño eterno y Extraños en un tren, explica Gordon. "Después vino el neo-noir de los setenta con Chinatown y Un largo adiós, luego los precoces hermanos Cohen con Sangre fácil en los ochenta, y después Tarantino".
Matthews dirigió un cortometraje de cine negro llamado Apartamento 310, y al leer el guion de El método Knox: "...fue una especie de homenaje al género negro y despertó mi interés". "Es raro leer un guion que rememore con éxito películas del pasado. Con este guion, nos pasó eso" comenta Trevor.
Keaton no quiere decir mucho sobre el argumento; no quiere desvelar ninguna clave de la trama, las sorpresas o los giros. "Interpreto a un asesino a sueldo", cuenta, y luego hace una pausa, reflexionando: "Hice una película de asesinos a sueldo. Nunca tuve mucho interés en hacer algo así", señala, "porque la gente lo hace tan bien como tú puedes hacerlo. No puedo hacer nada mejor que eso. Pero eso es sólo su trabajo", continuó Keaton, hablando de Knox. "Es una historia bonita y muy bien escrita. En realidad, se trata de una película sobre las relaciones, con mi hijo, mi ex mujer y mi buen amigo y mentor, Al Pacino".
Cuando a Knox le diagnostican la enfermedad, siente la necesidad de reconciliarse con su familia, sin importar si ahora están en su vida o no. "Hace 16 años que no ve a su hijo, y acaba de enterarse de que tiene una forma de demencia que avanza muy rápido", dice Keaton. "Definitivamente el reloj está corriendo. No sólo en términos de reconciliación, sino también de llevar a cabo el plan para mantener a Miles fuera de la cárcel".
Cuando Knox empieza a pensar en su plan, algunas de sus acciones parecen contraproducentes para su objetivo, o totalmente equivocadas. "Sabiendo que padece esta enfermedad y que su memoria se deteriora", explica Gordon, "al ver algunas de sus acciones, el público se pregunta: '¿Estará sufriendo una recaída?' '¿Qué está haciendo?' '¿Es intencional?' '¿Está cometiendo un error?'"
"Es poco fiable", continúa Gordon, "no sabes qué creer en realidad ". Knox es un antihéroe clásico del cine negro porque está atrapado en su propia circunstancia. Es un personaje comprometido moralmente".
Crear el reparto y el equipo fue fácil. "Cuando el director es alguien con el que todo el mundo quiere trabajar", afirma Matthews, "tienes la suerte de atraer a la gente adecuada". Keaton y los productores estuvieron de acuerdo en la selección de los actores para muchos de los papeles, incluido el del inteligente criminal y patriarca, Xavier. Todos querían al legendario ganador del Oscar Al Pacino.
Pacino leyó el guion y le gustó, así que Keaton lo llamó. "En realidad, no me parece muy interesante que yo hable como actor", confiesa Keaton. "No me gusta hablar de actuación, no me gusta oír el sonido de mi voz hablando de ello. Pero me interesan otros actores. Al y yo nos pusimos al teléfono y empezamos a hablar, sobre esto y aquello y sobre el personaje, y fue muy fácil", afirma. "Fue una charla totalmente modesta: no fue una conversación cohibida sobre cómo hacer películas".
Estableció el nivel para el resto del reparto. Todos los actores estaban muy entusiasmados por tener la oportunidad de trabajar con Michael Keaton. "Por favor, si Keaton tuviera una sola línea para mí, querría hacerla", expresó James Marsden. Todos en el set pensaron lo mismo.
Keaton tenía 25 días para rodar, y puso a todos a trabajar con un calendario muy ajustado.
"Soy muy transparente", admitió, queriendo asegurarse de que todos los que trabajaban en la película sabían a qué atenerse. "Al final fue así. No tuvimos tiempo de ensayar con nadie. No tuvimos tiempo para grandes y largas charlas porque empezamos rápido a rodar y es una película de bajo presupuesto y teníamos muy pocos días para hacerla. Teníamos los recursos limitados en todos las áreas. Tienes que ingeniártelas para organizar todo y ver quién está disponible, quién no y esperar a que todo salga bien".
Gordon quedó sorprendido por la intuición de Keaton sobre cómo se desarrollaría la historia y su estilo de plasmarla visualmente. La complejidad de la historia exigía que los acontecimientos se desarrollaran con todo detalle. "Era una producción muy complicada", señala Keaton. "Por eso la llamaba la película "Jenga". Si sacas una pieza, la historia se desmorona".
La visión de Keaton se haría realidad gracias al director de fotografía nominado al Emmy Marshall Adams, que creó la fotografía de Better Call Saul y El Camino. Fue la primera opción unánime, y el equipo estaba encantado de que estuviera disponible. Gordon es un gran admirador de Vince Gilligan y un experto en Better Call Saul. "Durante años, fui un gran admirador de Marshall", afirmó. "Llamé a una amiga que es una de las productoras de Saul y le pregunté: '¿cómo consigo a Marshall Adams?' Y ella me ayudó a conseguirlo. Marshall es tan bueno que encuentra el modo de mejorar cada toma. Es una superestrella".
Como director que también es actor, Keaton es consciente de las ventajas de aparecer en tu propia película. "En reglas generales, puedes moverte más rápido". Y añade, "Ya sabes dónde está tu personaje. Hay menos debate contigo mismo. Casi no hay debate contigo mismo".
Pero notó que dedicaba más tiempo a trabajar con los otros actores en sus interpretaciones que a trabajar en la suya propia. "Soy culpable de no dedicarme el tiempo suficiente", afirma. "Cuando la cámara me enfoca, puede que eche un vistazo rápido al vídeo y diga: 'Estoy bien'. Mientras que con los otros actores miro y digo, '¿quieres hacer esto? ¿O qué te parece esto? Hay que tener cuidado con eso'".
El primer día que Al Pacino llegó al set, la sala se quedó en completo silencio. "Se podía oír caer un alfiler", dice Gordon. "Literalmente, era evidente que se producía un cambio de energía en el set. Pacino es un tesoro nacional; era un sueño hecho realidad. Cuando apareció, fue como si todo el mundo flotara a quince centímetros del suelo".
"Es la primera vez que Keaton y Pacino trabajan juntos", continúa Gordon, "y Keaton fue el imán que lo atrajo. Si bien contamos con un gran guion, contar con Keaton como protagonista, en la cima de su talento y habilidades, es lo que nos dio una oportunidad real. Es la primera vez que veremos a estas dos leyendas juntas en la pantalla".
Al Pacino tiene más de 80 años y, gracias al cine y al vídeo, generaciones de espectadores seguirán disfrutando de sus magistrales interpretaciones y de su extraordinario talento. Pero una cosa es reconocer la grandeza desde la distancia y otra verla delante de tus ojos. Pacino en el estudio era como Zeus bajando de las nubes.
"Llevo 20 años en esto", cuenta Matthews, "y estar trabajando en una película independiente protagonizada por Michael Keaton y Al Pacino es como... todos los días me levanto y me pellizco, ¿sabes?".
Ver a la ganadora del Oscar Marcia Gay Harden y a Keaton en una escena como Ruby y Knox dejó sin aliento a la mayoría del reparto y el equipo. "Hay ciertos actores que, cuando estás atascado en una escena, piensas: 'ok, voy a llamar a fulanito o menganito y me ayudará a resolverlo", señala Keaton. "Marcia es justo una de esas personas. Es una de esas actrices de las que dices 'no puede ser, esta escena no está saliendo'. Y entonces ella la hace y sale genial".
"Marcia y Michael tienen carreras legendarias", destaca Matthews. "Verlos trabajar juntos e interpretar una escena que trata esencialmente de decir adiós hace que se te llenen los ojos de lágrimas".
"A ésta no la ves venir", añadió Gordon. "Ella hace una escena importante con Knox. Sólo estos dos talentos juntos compartiendo la pantalla ".
El personaje más desgarrador de la película a nivel emocional es Miles, y James Marsden fue contratado inmediatamente después de una llamada de Keaton via Zoom, en la que descubrieron que tenían el mismo concepto del personaje de Miles.
"Miles tiene un trabajo duro y mucho que hacer", cuenta Marsden. Como centro emocional de la película, sus sentimientos van de la rabia a la desesperación y el arrepentimiento, el miedo y el amor. "Creo que Miles tomó una decisión consciente cuando descubrió que su padre era un asesino a sueldo", continúa Marsden, "de hacer todo lo posible para no ser como Knox. No quería que su biología afectara a su destino. No quería que su hija se viera afectada por el camino que Knox había elegido. Y, sin embargo, después de 16 años de haberse peleado con su padre, aquí está él, en la puerta de su casa, en busca de ayuda". "Marsden vino con su caja de herramientas completa para abordar esta interpretación", afirma Gordon. "Muchísima emoción, muchísima sinceridad, y se entiende a la perfección con Keaton".
Marsden estaba entusiasmado por trabajar con Keaton, uno de sus héroes desde que era niño. "Es uno de esos actores emblemáticos", afirma. "Tuve que dejar a un lado al pequeño fan y recordarme, 'oye, estás aquí por una razón y él te quiere aquí'".
Keaton quedó muy impresionado con el compromiso y la interpretación de Marsden. "La gente exclama '¡Ah, me encanta James Marsden!'", cuenta Keaton, "pero esto los dejará con la boca abierta. Es un tipo dulce... Espero no haberle arruinado la vida".
"Saber que hay un actor en la silla del director es algo muy especial para mí, porque entiende los retos y las dudas que tiene el actor", reflexiona Marsden. "Como actor, tienes que ser lo bastante valiente para arriesgarte. Michael ha creado un ambiente increíble y un lugar seguro en el set".
La actriz de comedia Suzy Nakamura, que interpreta a la cínica detective Ikari, coincide con Marsden en que Keaton es el perfecto director de actores. "Hay cosas que rara vez se te reconocen cuando el director no es también actor", dijo Nakamura. "Y por eso, con Michael, ha sido tan especial. Además, tiene un gran sentido del humor".
Marsden y Nakamura se conocieron y trabajaron juntos en Muertos para mí. "En realidad no compartimos mucho rodaje, sólo una escena en la que yo llego, él abre una puerta y yo estoy borracha", cuenta Nakamura. Ella acababa de terminar un proyecto y estaba muy, muy cansada y pensando en tomarse el resto del año libre cuando Michael Keaton la llamó. "Y le dije que sí, ¿a qué hora tengo que estar allí?".
"Había visto a Suzy en un par de cosas y siempre me hizo reír", comparte Keaton. "Para este papel, yo quería a alguien con experiencia en comedia. Las personas graciosas tienen una inteligencia particular, te sorprenden". El papel estaba escrito para una persona asiático-americana, y Keaton veía al personaje como un poco sabelotodo, divertida sin pretender serlo, no teme a los hombres y no se deja someter.
A Nakamura le gustó la detective Ikari desde el principio. "Era divertida", afirma Suzy. "En la vida, conoces a personas que son graciosas sin intentar serlo, y te ríes. Conozco el personaje, sé cómo es".
Al igual que lo mejor del género negro, El método Knox tiene bastante sentido de humor negro, en gran parte gracias a Keaton, Joanna Kulig y Nakamura, con sus actuaciones inexpresivas y jugando con la profesionalidad y competencia de Ikari. "Ikari es muy inteligente y va por delante de todos los demás en el guion, excepto de Knox", observa Gordon. "Con Knox, no sabe a lo que se enfrenta. No sabe que tiene al otro lado una mente criminal excepcional".
Nakamura muestra otra parte del personaje de Ikari cuando se entera del estado de salud de Knox, ya que su propia madre vive en un centro para personas con problemas de memoria. "Creo que el conflicto que se le presenta es: ¿hasta qué punto él es inocente?" Explica Nakamura. "Y siente empatía porque entiende lo complicado y difícil emocionalmente que es conocer a alguien que sufre de pérdida de memoria".
John Hoogenakker, viejo amigo y colaborador de Keaton, se unió al reparto en el papel del detective Rale. "John es uno de los actores de Dopesick: Historia de una adicción que destacan", señala Gordon. "Cuando Keaton dijo que lo quería para el papel del detective Rale, lo hicimos realidad".
"John le aporta mucho sentimiento a la película", respaldó Matthews. "Es un gran actor".
"El detective Rale es un tipo bastante directo", explica Hoogenakker. "Creo que, en general, se toma las cosas al pie de la letra, lo que lo convierte en un gran compañero para la detective Ikari, quien siempre examina más a fondo. Ella retrocede y mira el panorama de forma general y encuentra cosas que otros pasan por alto". Con sus raíces en Chicago, Nakamura y Hoogenakker tenían muchas cosas en común que hizo especial a la pareja policial.
"Una de las cosas que me encantó del guion es que plantea muchos interrogantes a medida que va avanzando", señala Hoogenakker. Knox va atando cabos sueltos y haciendo un montón de cosas que, al verlas, uno se pregunta: "Un momento, ¿la demencia se está apoderando de él? ¿Está cometiendo errores que lo van a perjudicar? ¿Tiene otro plan del que aún no me he enterado?"
Hoogenakker no tenía más que elogios para su buen amigo, Michael Keaton. "Me acordaba de 1990, cuando solía ver Batman en VHS tres veces por semana. Aún no he hablado con Michael de eso", sonrió, "pero es tan genial como uno quisiera y más, tiene mucha energía positiva. Es un tipo con muchas ideas y tiene muchos puntos fuertes como director que provienen de su faceta como actor. Me sorprendió su forma de dirigir y el modo en que me permitió perfeccionar mi actuación dentro de los límites de la historia y del personaje".
Ray McKinnon es otro amigo íntimo de Keaton, quien interpreta a su compañero Muncie. "Es una estrella del rock", afirma Matthews. "Tiene el pelo largo y esa mirada de experiencia. Fue curioso ver el buen rollo que hay entre él y Michael".
"Knox y Muncie tienen una amistad muy fuerte", afirma Gordon. "Son una pareja muy interesante, no son nada parecidos pero tienen conexión: son de alguna manera el yin y el yang del otro".
A la actriz polaca Joanna Kulig, que interpreta a Annie, le encantó poder hablar inglés en la película con su acento polaco nativo. "Michael dirige muy, muy deprisa", señala, "y a veces teníamos dificultades con las frases. Pero podía leer en su cara lo que exactamente quería. Es actor, así que puede mostrarme muy rápido cómo cambiar los sentimientos".
Kulig ve a Annie como una mujer con alma y corazón que ha perdido el rumbo. "Tal vez necesita dinero, tal vez está enferma o tal vez tenga un bebé", cuenta Kulig encogiendo los hombros. "Knox la ayudó mucho. Creo que se querían más de lo que creían".
Para Kulig, que suelen elegirla para comedias, El método Knox es el segundo largometraje estadounidense. Estaba encantada con el papel, ya que le encantan Keaton y Birdman. "También es la primera vez que me dirige alguien que es el protagonista", afirma. "Es una relación interesante la que tienen. No hablan de temas complicados. Les gustan mucho los libros. Esa es la conexión entre ellos". Todos estaban contentos con que se rodara en Los Ángeles. "Me alegró mucho", dice Keaton. "Hay lugares en el Valle de L.A donde uno se pregunta, ¿quién vivirá aquí? ¿Qué pasará en ese centro comercial por la noche, a las dos de la tarde? No es nada bonito".
El diseñador de producción Bill Arnold tenía una idea en la que basarse para el estilo visual negro y moderno de la película. Con créditos que incluyen El método Williams, Magnolia, Al filo de los diecisiete y Embriagado de amor, conoce muy bien el terreno. "Keaton quería que se destacaran las características de Los Ángeles sin llamar demasiado la atención", cuenta Gordon. "No era flexible al respecto. Quiere que parezca una película de Los Ángeles sin necesidad de que se vea el cartel de Hollywood o la playa".
"Es otro miembro del equipo de talla mundial", afirma Matthews. "Ves las escenas que ha montado y es muy auténtico. No parece una película. Parece el mundo real".
El equipo trabajó con la diseñadora de vestuario Michelle Michel en Dopesick: Historia de una adicción, que también lo fue para Training Day (Día de entrenamiento), vistiendo a Denzel para su interpretación ganadora de un Oscar. "Tiene un estilo auténtico y fiel a la historia, sin ser ostentosa ni demasiado llamativa", afirma Gordon.
Inspirándose en el look clásico del antihéroe del cine negro, Michael ha creado para Knox un look elegante y moderno al estilo 'Rat Pack'. "Está tan guapo en esta película", señala Gordon. "Es como ver a Sinatra". Las gamas de colores se diseñaron de manera individual para cada personaje, para resaltar sus personalidades y rarezas. Fue resultado del amor, ¿verdad?.
"En el mundo independiente, donde existe Brookstreet", dice Gordon, "la producción siempre supone un reto. Te das prisa para cumplir los plazos, vuelas con el calendario, estás preocupado todo el tiempo. Pero todas las mañanas cuando me levantaba y veía el nombre de Al y el de Marcia en el plan de rodaje era como un regalo que nos esperaba todos los días"." No hay nada como contar historias y no hay nada como las imágenes en movimiento y lo que puedes expresar sin decir una palabra", expresa Keaton. "Esa es mi parte favorita. Pero de lo que más orgulloso estoy es de estos increíbles actores que han dado vida a sus personajes. Estoy muy agradecido por haber trabajado con ellos".