Dirigida por Giovanni Troilo
La película narra la revolución arquitectónica llevada a cabo por un genio solitario que cambió para siempre la apariencia de Roma, al asumir un desafío personal contra las convenciones y los prejuicios, con la humildad de aprender del pasado para inventar el futuro, y el coraje de perseguir una idea pagando el precio al máximo. El estilo de Borromini es reconocible, excéntrico, diferente: se distingue del de sus contemporáneos y exuda una autoridad espiritual austera, con incesantes alusiones que evocan lo infinito.
Es la historia de la rivalidad más famosa entre artistas de todos los tiempos, la rivalidad entre Borromini (1599-1667) y Bernini (1598-1680). Es, sobre todo, la historia de la rivalidad entre Borromini y él mismo: un genio tan apegado a su arte que lo convirtió en un demonio, un demonio que lo devoró por dentro, hasta que se vio obligado a elegir la muerte, haciendo un gesto dramático para alcanzar la eternidad.