El 15 de septiembre de 2003 se inició el rodaje de House of D en la ciudad de Nueva York bajo la égida de las productoras Ovation Entertainment y Bob Yari Productions, y la dirección de David Duchovny, a partir de su propio guión original. La película, producida por Richard Lewis, Bob Yari y Jane Rosenthal, cuenta con protagonistas como Anton Yelchin, Robin Williams, David Duchovny, Téa Leoni, Erykah Badu, Frank Langella, Stephen Spinella, Orlando Jones, Magali Amadei y Zelda Williams. Son productores ejecutivos Zanne Devine, Adam Merims y Jeffrey Skoll, siendo coproductora Melanie Greene.
Para el director, guionista y coprotagonista David Duchovny, el rodaje de House of D ha sido como "volver a casa", pues se crió en el East Village, y ahora ha tenido que regresar a la ciudad de Nueva York para la realización de este film tan personal. La filmación se ha efectuado en localizaciones de Nueva York y de los alrededores, finalizándose el rodaje principal el 6 de noviembre de 2003 en París, Francia.
House of D hace alarde de un equipo creativo excepcional, que integra, entre otros, al director de fotografía Michael Chapman; al diseñador de producción Lester Cohen; a la directora artística Teresa Mastropierro; a la decoradora en plató Jennifer Greenberg; a la montadora Suzy Elmiger, y a la diseñadora de vestuario Ellen Lutter.
House of D no llegó a la pantalla por un camino de rosas, pero para el director, guionista y actor David Duchovny el proceso de crear el film sí resultó sencillo y natural.
"La inspiración para la película provino de unos cuantos lugares distintos. Creo que el más obvio remite al hecho de que la cárcel de mujeres me era muy familiar pues crecí en el Manhattan de los años 70. Jamás tuve una experiencia directa, pero mi madre me habló de la existencia de aquella prisión femenina, y la recuerdo en el cruce entre la Décima y la Sexta Avenidas, en medio del Village".
"Creo que archivé esto en mi cabeza, y en cierto momento del año pasado reparé en el interesante hecho de que ya no tenemos prisiones en medio de nuestras ciudades, o cerca de la población. Situamos a nuestros presos fuera de nuestra vista. Es un fenómeno de otra época, cuando la ciudad tenía una auténtica relación con la cárcel. Añádase a ello la posibilidad de que un extraño entable una relación con alguien encarcelado, pues ellas, las mujeres, solían agarrarse a los barrotes y hablar con la gente para pasar el rato, o con sus alcahuetes, sus amantes, quien fuera. Y pensé que podía ser buena idea si un niño estaba necesitado de una especie de mentor, o de una voz distinta en su vida, de otra figura maternal, y halla ello en una mujer encarcelada en ese lugar, sin rostro ni nombre. Se me antojó un tipo de relación interesante. Todo empezó a surgir a partir de esa situación. Ese es el meollo de todo lo demás".
P: ¿Resultó sencillo para Duchovny escribir el guión de House of D? Y mientras escribía, ¿ya tenía previsto dirigirla él mismo?
"Resultó muy fácil escribir el guión. Siento tener que decir esto porque estoy convencido de que escribir un guión es algo muy duro; yo mismo he intentado escribir antes, y era realmente difícil. En ocasiones es imposible, y en otros todo lo contrario. Sin embargo, nunca me ha sido tan fácil como en este caso. En esta ocasión, simplemente surgió; básicamente lo escribí en seis días, lo cual sé que se hace odioso de decir. Soy consciente de que nadie quiere oír esto, pero es absolutamente cierto. Luego hubo que retocar mucho. Y cuando comienzas el rodaje, rescribes y retocas. Sin embargo, diría que entre un 75 y un 80% de lo que está actualmente escrito lo logré en esos seis primeros días en algo así como un torrente de inspiración inicial".
"Escribí el guión pensando en que yo mismo sería el director. Sin embargo, no siempre tuve claro actuar en el film. Pero me di cuenta de que ese chico, una vez crecido, era un papel muy asimilable, algo que yo mismo podía interpretar, y me encantó hacerlo porque entendía el personaje".
P: ¿Cuál es el tema básico de la película?
Duchovny se muestra claro al respecto: "Bien, se trata de una historia iniciática. De tal modo que el tema básico es el dolor de estar creciendo. Pues cuando uno cambia, o cuando tiene que crecer, por definición debe abandonar cierta gente, cosas
, dejar atrás ciertos lugares... Y la película no trata de otra cosa: gente que ha de dejarse de ver, el dolor y la necesidad que ello representa. Cuando ese niño de 13 años se convierte en un hombre, ha venido relacionándose principalmente con su madre y con un sujeto deficiente mental que encarna Robin Williams. Ahora, debe dejar a ambos tras de sí. Ha de abandonar a su madre en el momento en que está empezando a tener interés por las chicas, cuando su sexualidad eclosiona. Y por el mismo motivo debe abandonar al hombre mentalmente discapacitado, pues éste no va a serle en absoluto un referente en temas sexuales; y además, intelectualmente, está empezando a superar la naturaleza infantil de esta relación. Sin embargo, todo ello es muy doloroso porque esas dos personas adoran al muchacho, y lo necesitan. Creo que la verdad de eso se repite a lo largo de toda la película. Ya se sabe: nadie hiere a nadie intencionadamente. Aquí no hay nada malicioso, y sin embargo es una película llena de auténtico dolor emocional, y de humor. Así que éstos son los temas importantes: Tanto el tipo de humor disparatado de la infancia, en la que Robin está sumergido siendo como es un niño eterno en este film, un hombre que no ha podido crecer después de cumplir los diez, once o doce años, o después de llegado a cierto punto emocional; como el tipo de desgarro que resulta cuando esa infancia se cruza con la madurez, y hay conciencia de cuanto hay que dejar atrás en el proceso".
"Otro tema recurrente, si podemos pensar en la prisión que significa la infancia y el momento en que salimos de ella, sería que todos nosotros vivimos en cierto modo en nuestras propias cárceles individuales. Con notoria obviedad, el personaje encarnado por Erykah Badu, la Dama de la torre, se halla en la cárcel. El personaje de Robin Williams se halla aprisionado por su propia incapacidad de crecer. Y el chico, hasta cierto punto, se halla apresado por su madre y ha de atravesar esos muros. De tal modo que lo que le ofrece la mujer encarcelada a Tommy no es otra cosa que la libertad. Y eso es, creo, la bella ironía que encierra el guión. Sin embargo, esa libertad exige un precio terrible, uno que el chico no debería satisfacer, pero lo hace".