En el espacio entre el deseo y el miedo, entre la realidad y la ilusión, entre la vida y la muerte se halla otro mundo alternativo que cobra vida en TRÁNSITO. De la mano del director de las premiadas Monster's Ball y Descubriendo Nunca Jamás, Marc Forster, llega esta doble historia que se sumerge bajo la superficie de la experiencia común y corriente para llevar a un hombre a un descenso en espiral a través de los misterios de la identidad, los sueños y la esencia misma de la existencia.
La conceptualización de Tránsito
Con TRÁNSITO, el director Marc Forster ha creado un thriller verdaderamente psicológico, forjando un mundo simbólico e hipnóticamente visual de sueños, falsas ilusiones y los más perturbadores estados de la mente que los seres humanos hayan experimentado.
Desde los primeros minutos de la película, los acontecimientos que se suceden entran deliberadamente en lo irreal. "Quería dejar claro de inmediato a los espectadores que la historia que están a punto de ver no transcurre en la realidad", comenta el director. "Quería que supieran que los personajes principales están entrelazados, para que de esta forma pudieran proseguir este viaje hacia una realidad imaginaria e intercambiable sin sentirse manipulados".
La historia de TRÁNSITO cobró vida por primera vez en un guión de David Benioff, un destacado escritor autor de la celebrada novela The 25th Hour, el relato de la última noche de libertad de un neoyorquino que ha de ingresar en prisión al día siguiente, que fue adaptada a la pantalla grande por el director Spike Lee con el título de La última noche. El trabajo como guionista de Benioff incluye Troya para el director Wolfgang Peterson y la venidera Wolverine, protagonizada por Hugh Jackman. Pero fue su guión, estimulante, retador y lleno de suspense de TRÁNSITO el que primero suscito un gran interés en Hollywood.
Cuando el director Marc Forster leyó TRÁNSITO, lo que le gustó no fue tanto que se tratara de un thriller, sino que representaba una oportunidad para crear, desde la nada, un reino de sueños que siguiera sus propia y tempestuosa lógica, pero que con todo reflejara también el mundo más familiar de los sentimientos y las emociones que todos conocemos. A Forster siempre le han atraído las historias que cuentan con un intenso poder dramático y que exploran los terrenos de penumbra en los que se juntan la realidad, la imaginación y la ilusión. Con el lanzamiento de Monster's Ball en 2001, sobresalió como un gran talento cinematográfico. Posteriormente, se haría acreedor a más elogios y premios a nivel internacional con Descubriendo Nunca Jamás, un encantador y emocionalmente rico vistazo a la vida y la pujanza imaginativa del creador del personaje de Peter Pan, J.M. Barrie.
"Me atraía la oportunidad de experimentar con un proceso creativo completamente diferente de aquel al que estoy acostumbrado", explica. "Normalmente, cuando vas a narrar una historia a través del celuloide, sea un drama de ficción o esté basada en hechos históricos, siempre puedes contar con una especie de explicación racional para explicar la forma en la que se desarrolla la historia y en la que se comportan los personajes. Pero con TRÁNSITO, no hay en la esencia de la historia ninguna lógica racional. Más bien todo lo opuesto; todo lo que sucede en la película es una ilusión. Por lo tanto, como realizador, no podía echar mano de fáciles y lineales formas de pensar. Tenía que guiarme casi por completo por mi instinto. Tuve que sentir mi camino a través de la historia, confiar en mis sentidos más que en mi mente lógica, y eso fue algo muy interesante para mí".
Personajes
Gran parte de la acción de TRÁNSITO gira en torno a Sam Foster, el aparentemente bien amueblado psiquiatra cuya resuelta creencia en su propia realidad se ve terriblemente puesta en tela de juicio cuanto más trata de salvar la vida a un extrañamente profético paciente con tendencias suicidas. Para encarnar a Sam, Forster eligió a Ewan McGregor, el premiado actor cuyo rango de eclécticas interpretaciones van del oscuro y humorísticamente distorsionado retrato de un yonqui de Trainspotting al heroico caballero Jedi Obi Wan Kenobi en la exitosa trilogía Star Wars que ha terminado con la reciente Star Wars Episodio 3: La venganza de los Sith.
A pesar de la amplia variedad de películas en las que ha actuado McGregor, TRÁNSITO no era como nada que le hubieran ofrecido con anterioridad. "Pensaba que era un guión extraordinario pero luego Marc Forster lo llevó a otro nivel, creando esta experiencia tan intrincada de un sueño que se hace realidad. Es todo muy sutil y subliminal, y también espeluznante", comenta. "Por un lado, tienes a este mundo tan familiar de Nueva York en el que está ambientado la historia, por otro, hay esta sensación de irrealidad que crece y crece a lo largo de la película y que te lleva a algún otro lado".
Naomi Watts, nominada al Oscar® por 21 gramos, es amiga de Marc Forster desde hace mucho tiempo y siempre había querido trabajar con él. Cuando Forster le pasó el guión de TRÁNSITO, ella dijo: "es un cañón". Watts prosigue: "En primer lugar, quería trabajar en la película por Marc, porque todo lo que hace llega muy al fondo de la psique humana, aunque cuando lo leí, me cautivó al instante. Es un tipo de thriller muy intelectual, muy inteligente, pero también hay en él mucha alma. En cierto modo me recordaba a Mulholland Drive, con el tema de la conciencia frente al subconsciente y la delgada línea que existe entre la realidad y las ilusiones. Me gusta explorar estos interrogantes de lo que es real para nosotros y cómo los seres humanos a veces seguimos cayendo en los mismos errores, como espabilamos y aprendemos a prestar atención a las señales".
El catalizador detrás de las acciones de Sam y Lila a lo largo de la historia es Henry Lethem, el abatido estudiante de universidad que idolatra a un pintor de ficción llamado Tristan Reveau, un romántico trágico que genialmente anunció su suicido por adelantado como una obra de arte. El gran enigma de Henry es cómo alguien tan brillante, tan prometedor, tan aparentemente en control del futuro, podría ser también alguien tan estimulado por la muerte.
Interpretando a Henry se encuentra el actor Ryan Gosling. Como la fuerza motriz que se esconde tras el onírico mundo de la película, el hombre cuyos sentimientos, pensamientos y recuerdos construyen literalmente la realidad de la película, la interpretación de Gosling tenía que dar el tono al resto de los personajes. "Todos en el reparto sacan sus réplicas de Ryan", señala Marc Forster, "porque es a la postre la percepción de Henry la que los crea a todos ellos".