Por fin, Bridget Jones (Renée Zellweger), símbolo de la soltera londinense, treinta y pico, insegura, llena de dudas, en lucha perpetua contra las calorías, dedicada a su carrera, ha encontrado la felicidad amorosa. Desde hace seis gloriosas semanas (71 polvos fantásticos) es la novia del exquisito e impecable abogado Mark Darcy (Colin Firth). Parece que nada puede estropear tanta felicidad, ¿o sí? A pesar del cariño que le demuestra Mark Darcy, Bridget sigue sin estar segura en la vida, en el amor y en cómo debe guardarse la ropa interior. Por fin ha encontrado al hombre de su vida, pero ahora viene lo más difícil, cómo hacer para no perderle. La gran duda se apodera de su mente: ¿Qué pasa después del "y vivieron felices"?
Justo cuando empieza a entenderlo, aparece la competencia: la nueva compañera de trabajo de Mark Darcy, un bombón de largas piernas que nunca se equivoca. De pronto, los celos, la inseguridad y la tentación - esta última bajo el aspecto de Daniel Cleaver (Hugh Grant), el guapo y mujeriego ex jefe de Bridget - amenazan con pisotear el sueño de Bridget en un entramado cómico de malos consejos, estúpidos malentendidos y verdaderos desastres que sólo le podían pasar a ella.
En una historia que transcurre en Londres, en Austria y en las playas de Tailandia, Bridget se lanza en paracaídas (bueno, cayéndose), esquia (más o menos) e incluso es encerrada en la cárcel (por equivocación).