A lo largo de su carrera, el director y guionista John Waters ha creado una serie de personajes excéntricos y dilemas extravagantes sin rival en el cine. A DIRTY SHAME encuentra al hijo pródigo de Baltimore más inspirado que nunca en su primera comedia sexual. Waters afirma que rueda "sátiras de género. Ya había hecho una de asesinatos (LOS ASESINATOS DE MAMÁ), un musical (HAIRSPRAY, FIEBRE DE LOS 60), una película de delincuentes juveniles (CRYBABY: EL LÁGRIMA), una película biográfica (PECKER) y un thriller de terroristas (CECIL B. DEMENTE) pero nunca había hecho una película de educación sexual. Lo que me divierte del sexo es que puede conducir a la persona más normal del mundo a comportarse de la forma más aberrante. La gente es capaz de perder la noción de las proporciones cuando se trata de sexo. Ha sido la ruina de reyes".
La trama de A DIRTY SHAME se inspiró en una información que Waters leyó por casualidad: "Fue una sola frase, ni siquiera un artículo entero. Aparentemente es un hecho poco conocido que una pequeña minoría de las personas que sufren un golpe en la cabeza, experimentan después una lujuria incontrolable", explica el director. "Creo que el término exacto que utilizaron fue 'un comportamiento sexual inapropiado'. Cogí ese germen de idea y lo convertí en toda una película sobre adictos al sexo que toman el control de un barrio entero".
Waters dio a cada uno de los adictos al sexo una obsesión particular, normalmente relacionada con la naturaleza de la conmoción que les transformó. El carismático líder de los adictos es Ray-Ray, un conductor de grúa y curandero sexual interpretado por Johnny Knoxville. La coalición carnal se enfrenta a los habitantes "normales" de Harford Road, que reaccionan con una creciente histeria contra la presencia de los adictos al sexo. El descubrimiento de que el policía local es un "bebé adulto" no sólo deja perplejas a personas como Big Ethel sino que es causa de alarma social. Orgullosa del calificativo de "Neutra", Big Ethel encabeza la banda antisexo con el apoyo incondicional de ciudadanas como Marge, interpretada por una de las actrices predilectas de Waters, Mink Stole.
Waters exagera el miedo al sexo que tienen muchas personas: "Big Ethel dice, 'Mi hija es una buena chica, odia el sexo'. Creo que muchas personas piensan de ese modo y odian el sexo. No quieren tener que pensar en él y lo peor que puede pasar es que entre en el barrio un montón de gente a la que le encanta. Hay mucha paranoia acerca del sexo y el personaje de Mink es especialmente radical: hasta se queja de la gente que 'se depila la entrepierna'".
A DIRTY SHAME es esencialmente la historia de una familia, aunque una familia notablemente "watersiana". En palabras del director, "es una comedia sobre lo que pasaría si tu madre o tu tía se convirtiera en puta en tu propio barrio. Cuando eres niño, ¿no es eso lo peor que podría pasar en tu familia? ¿Qué pensarías si fueras niño y de repente tu madre, una mujer normal que lleva la tienda del barrio, se convierte en ninfómana?".
Está claro que la transformación de Sylvia Stickles de mojigata a libertina es una gran sorpresa para su marido Vaughn, encarnado por Chris Isaac, y para su madre, Big Ethel. Mientras Vaughn y Big Ethel luchan por comprender y controlar a Sylvia, la película evoca la era de los "dramas para adultos", que en realidad eran películas de explotación sexual. Al igual que sus antepasados cinematográficos, Vaughn y Big Ethel consultan al médico y reciben un diagnóstico solemne (y ridícula) sobre el papel de la mujer en la sociedad.
La galardonada actriz y cómica Tracey Ullman encabeza el reparto en el papel de Sylvia Stickles, la gruñona convertida en descarada. Es admiradora de Waters desde siempre: "Me encanta su individualidad, su energía. Me encanta el modo en que todos los personajes parecen tan reales pero a la vez tan surrealistas. Y me gusta su lealtad a Baltimore".
Waters no había terminado el guión aún cuando se reunió con Johnny Knoxville para hablar de A DIRTY SHAME en el conocido restaurante de hamburguesas Barney's Beanery, en West Hollywood. Knoxville cuenta que Waters trajo consigo un montón de revistas de fetiches y le dijo: "Este es el tema de la película". A pesar de esta presentación, Knoxville aceptó unirse al proyecto inmediatamente porque Waters es uno de sus directores favoritos. "Haría cualquier cosa por trabajar con John Waters. Tiene una perspectiva completamente distinta de los demás y me apasionan sus películas", afirma el actor.
Otro de los primeros en incorporarse fue Selma Blair, que se colocó un par de pechos enormes para retratar a Caprice, la hija de los Stickles. Esta actriz, cuyo trabajo en películas tan diversas como COSAS QUE NO SE OLVIDAN (STORYTELLING) (Todd Solondz) y HELLBOY (Guillermo del Toro) llevaba varios años en el punto de mira de Waters: "Siempre he sido un gran admirador de Selma Blair", confirma el director. "Ya tiene un curriculum estupendo y creo que va tener una carrera muy larga, al estilo de Johnny Depp. Selma se arriesga con los papeles que elige, lo cual me parece muy inteligente cuando se es tan guapa. Se divirtió muchísimo con esos pechos gigantescos y los hizo suyos. Y cuando su personaje se convirtió en 'Neutro' me encantó la forma en que expresó su vergüenza con un conjunto casi monjil. Hasta la tuve lástima".
En el retrato de Blair el exhibicionismo de Caprice es exuberante, casi inocente. La actriz opina que su personaje es como "una gogó de los años sesenta. Tiene que soltarlo todo. A menudo hago comedia física pero Caprice es completamente distinto de cualquier otro personaje que haya hecho antes. Su físico es la expresión de su carácter tanto como lo que dice".
El cantante y actor Chris Isaak fue elegido para el papel de Vaughn Stickles, marido de Sylvia y padre de Caprice. Waters era un admirador de la música de Isaac, de su trabajo con David Lynch (TWIN PEAKS: EL FUEGO CAMINO CONMIGO) y con Bertolucci (PEQUEÑO BUDA) y le había impresionado su trabajo en la serie de televisión "The Chris Isaak Show": "Es un gran actor y un buen cómico. Tiene un estilo comedido que encajaba perfectamente con el papel de Vaughn".
La tercera protagonista de la película es Suzanne Shepherd, que da vida a Big Ethel. Una respetada profesora de interpretación, ha aparecido en numerosas películas, incluyendo RÉQUIEM POR UN SUEÑO, UNO DE LOS NUESTROS y MYSTIC PIZZA, pero es quizás más conocida actualmente por su papel en la serie "Los Soprano".
Shepherd no sabía exactamente dónde se metía cuando aceptó el papel. Waters explica que leyó el guión en el tren camino a Baltimore y se asustó: "Pero después conoció a todo el mundo y se convirtió en adepta a nuestra causa. Fue una gran alegría trabajar con ella".