La mente increíblemente fértil del director y guionista John Waters nos trae A DIRTY SHAME, la primera comedia de conmoción carnal de Estados Unidos. Ambientada en el barrio de Hartford Road del Baltimore natal de Waters, A DIRTY SHAME cuenta lo que ocurre cuando una banda de adictos al sexo invade un barrio obrero, horrorizando a sus vecinos más "normales". Grosera, alegre y llena de anarquía sexual, A DIRTY SHAME es una película de corazón generoso y mente perversa: en otras palabras, una clásica comedia de John Waters.
Hay lujuria en el aire de Hartford Road y a Sylvia Stickles (Tracey Ullman), una mujer malhumorada y reprimida de mediana edad, no le gusta nada. Aunque el marido de Sylvia (el guapo Vaughn - Chris Isaac- ) todavía tiene "impulsos matrimoniales", a Sylvia no le interesa lo más mínimo: tiene trabajo que hacer. ¿No es suficiente el hecho de llevar la tienda de comestibles de la familia y preparar comidas equilibradas para su exhibicionista hija Caprice (Selma Blair), una gogó cuyos muchos admiradores conocen como Ursula Udders (Ubres)? Tras alterar el orden público saliendo desnuda en varias ocasiones, Caprice y sus enormes pechos operados han sido confinados al apartamento que hay encima del garaje de la casa de los Stickles.
Todo cambiará cuando Sylvia se ve implicada en un accidente de camino al trabajo y recibe un golpe en la cabeza. El atractivo conductor de grúa Ray-Ray Perkins (Johnny Knoxville) corre a ayudarla y Sylvia se da cuenta de que no es un conductor común: es un curandero sexual que sabe sacar la lujuria que lleva escondida en su interior.
De repente Sylvia deja de ser mojigata y empieza a ver el mundo con ojos hipersexuales. Vaughn está encantado con la reaparición de la libido de su mujer pero cuando observa que hace un baile de lo más provocativo durante una visita a una residencia de ancianos sabe que algo va mal. La madre de Sylvia, Big Ethel (Suzanne Shepherd), que ya estaba furiosa por la presencia de libertinos en el barrio, decide luchar. Apoyada por otras vecinas que también odian el sexo, como Marge the Neuter (Mink Stole), Big Ethel liderará la batalla por la "normalidad neutra".
Acalorada y confusa, Sylvia va en busca de Ray-Ray y descubre que no está sola en su erotomanía. Los golpes en la cabeza han producido una multitud de adictos al sexo que ha afectado todos los escalafones de la comunidad, desde la oficina de correos y la comisaría hasta la tienda de los Stickles. Entre los discípulos de Ray-Ray se incluyen los fetichistas más extraños, que junto a los libertinos prepararán un plan para tomar el control de Harford Road. Como miembro del círculo más allegado de Ray-Ray, la llegada de Sylvia augura una nueva era de felicidad erótica.
Sin embargo, un nuevo golpe en la cabeza elimina el efecto producido por el primero. La tórrida visita de Sylvia al bar de moteros Holiday House se ve repentinamente cercenada por otra herida en la cabeza y su libido incontrolable se apaga como una vela. La familia Stickles recurre al médico de cabecera y a reuniones sobre el método de "los doce pasos" para ayudar a Sylvia con el problema de su "vagina descontrolada". Pero Ray-Ray y sus seguidores han visto la Tierra Prometida y no quieren que su hermana sufra la anorexia erótica. Con el alegre grito de "¡Vamos a por el sexo!", Ray-Ray y sus seguidores se proponen rescatar a Sylvia, liberar a la comunidad y descubrir un acto sexual completamente nuevo.
La última batalla de Harford Road está a punto de comenzar y Big Ethel y sus compañeros "neutros" van a plantar cara a la invasión de los adictos al sexo. Cuando la lucha se traslada de la tienda a las calles, zonas verdes e incluso los árboles de Harford Road, se multiplican los golpes en la cabeza.... y empiezan los milagros sexuales. El matrimonio de Sylvia y Vaughn cobra nueva vida cuando un innovador acto sexual lleva a los adictos al sexo más allá de Harford Road hacia un nuevo amanecer sexual.