La familia de Yuri Orlov, nacido en Ucrania antes de la desintegración de la Unión Soviética, emigró a América cuando Yuri era niño, afirmando falsamente ser de ascendencia judía. Es la primera de muchas identidades falsas de Yuri.

Sus padres abren un restaurante de comida judía en Brighton Beach, Nueva York. Es allí donde el joven Yuri ve por primera vez a la mujer de sus sueños, la reina de la belleza Ava Cordova. Sin embargo, Ava ignora la existencia de Yuri.

Desilusionado con la vida que lleva, trabajando en el agotador restaurante de su padre, Yuri presencia el tiroteo entre gánsters rusos rivales. Tiene la suerte de escapar vivo y es un momento crucial para Yuri. "Te dedicas al negocio del restaurante porque la gente siempre tiene que comer. Ese fue el día en que comprendí que mi destino era satisfacer otra necesidad humana básica ."

Yuri convence a su hermano menor Vitaly para que se una a él en un negocio de trata de armas. Tal como Vitaly comenta sarcásticamente, "Es un cambio de trabajo brutal."
Se montan el negocio en el tráfico ilegal de armas, vendiendo a regímenes que están sancionados. "Yo vendo armas a todos los ejércitos menos el Ejército de Salvación". El apetito de Yuri por las armas sólo es comparable con su apetito por el sexo.

Pero Yuri está constantemente amenazado, obligado a escapar de un traficante de armas rival y de un implacable agente de la Interpol, Jack Valentine.

Su hermano menor descubre que le falta estómago para el negocio y se hace adicto a la cocaína. Tras ingresar a Vitaly en una clínica de rehabilitación, Yuri continúa solo.

Fragua un encuentro con la inquietante Ava e inicia una estudiada seducción. Ella le toma por rico propietario de una empresa internacional de transportes. Tal como Yuri lo analiza, "Algunas de las relaciones de mayor éxito se basan en la mentira y el engaño. Y ya que es ahí donde suelen terminar, es un lógico punto de partida." Ava y Yuri se casan y tienen un hijo llamado Nicolai. Yuri es el hombre familiar por antonomasia, e irónicamente retira las armas de juguete del cuarto de su hijo.

Sin embargo, Yuri está a punto de arruinarse , intentando convencer a Ava de lo rico que es. Por suerte, Yuri recibe un gran regalo de navidad en 1991, con la desintegración de la Unión Soviética, Regresa inmediatamente a Ucrania, sabiendo que hay enormes arsenales de armas en el antiguo estado soviético y ya no existe enemigo.

Yuri conspira con su tío Dimitri, general del ejército ucraniano, para vender armas. (Sólo en Ucrania, entre 1982 y 1992 se robaron más de treinta y dos mil millones de dólares en armas. Ningún culpable ha sido jamás atrapado ni procesado. Muchos piensan que es el mayor atraco del siglo 20.)

Yuri vende sobre todo a países africanos destrozados por la guerra, a pesar de docenas de embargos de armas que Yuri evita astutamente. Uno de sus mejores clientes resulta ser el señor de la guerra africano Andre Baptiste Sr., dictador sin escrúpulos de Liberia.

A mediados de los 90, la riqueza de Yuri alcanza a sus mentiras sobre su riqueza, incluso las sobrepasa. Yuri no está seguro de si Ava conoce realmente la verdadera naturaleza de sus negocios, o si prefiere ignorarlo. Sigue siendo un tema del que no se habla.

Finalmente, las atrocidades en África occidental, resultado de la entrada de armas, provocan mayor presión de la Interpol y de la comunidad internacional. El agente Valentine detiene a Yuri pero no puede hacer valer las acusaciones. Uno de los subordinados de Valentine le pide que mate a Yuri, pero Valentine prefiere dejarlo marchar, antes detenerlo de un modo inhumano.

La doble y triple vida de Yuri empieza a ser un obstáculo para él mismo. Un traficante de armas rival es asesinado en parte por el propio Yuri.

Yuri no había disparado antes un arma y menos aún matado a un hombre. Se sumerge en una orgía de alcohol y drogas en el peor barrio de Monrovia, pero sobrevive. Yuri cree sufrir la maldición de la invencibilidad.

Para empeorar las cosas, Yuri sufre también la amenaza de su peor castigo… la mujer que ama. Ava se enfrenta a él por lo que ha hecho.

Durante cierto tiempo, Yuri intenta convertirse en un hombre de negocios legal. Pero no puede luchar contra su verdadera naturaleza. Parece ser él, el drogadicto de la familia, en vez de su hermano menor. Tiene que continuar porque eso le hace sentirse vivo.

Yuri miente a Ava sobre su próximo viaje de negocios y convence a Vitaly para que le acompañe a África para un trabajo. El negocio se va a pique cuando Vitaly trata de intervenir en defensa de un campo de refugiados indefensos. Vitaly es abatido a tiros frente a Yuri.

En ese momento, Yuri toma una decisión. Puede destruir el cargamento de armas y perder la vida en el proceso, o concluir la venta.

Yuri hace lo que ha hecho siempre. Sobrevive. Con su hermano menor yaciendo muerto en el suelo, Yuri vuelve a la mesa de negociación y cierra el trato.
Mientras Vitaly estaba vivo, Yuri conservaba cierta clase de conciencia, aunque fuera su hermano quien la tuviera por él. Una vez muerto Vitaly, lo que le quedaba de conciencia a Yuri, murió con él.

De vuelta a los EE.UU. con el cadáver de su hermano, Yuri es detenido en el aeropuerto. "He traficado con millones de balas y la bala que envía a la cárcel se encuentra bajo la costilla de mi hermano muerto."

Los padres de Yuri le hacen el vacío, culpándole de la muerte de su hermano. Ava lo abandona, llevándose a su hijo. El agente Valentine ya tiene por fin a su hombre.

Parece no haber esperanza para Yuri, aunque nadie ha tenido en cuenta al traficante de armas más poderoso del mundo: el gobierno de los Estados Unidos. Yuri es uno de los primeros nombres con que cuentan casi todos los déspotas, dictadores y señores de la guerra del planeta, y los EE.UU. necesitan a veces traficantes como Yuri para enviar armas a regímenes a los que no pueden ayudar oficialmente.

Yuri es liberado de la cárcel. Su castigo será seguir vendiendo armas, pero el triste Yuri se ha quedado solo.