Presentada en la Selección Oficial del Festival de Cannes 2003.
Dirigida por el austriaco Michael Haneke (La pianista, Código desconocido), El realizador nació en 1942 en Munich (Alemania). Estudió filosofía, psicología y teatro en Viena. Entre 1973 y 1989 trabaja en teatro y televisión en programas de lengua alemana. Desde 1989 director y guionista de cine, además de director teatral en Viena, Berlín, Munich, Stuttgart, Dusseldorf, Frankfurt y Hamburgo.
Entrevista al director:
¿A qué se refiere el título de su nueva película?
Está tomado del Código Regio, el poema más antiguo de Alemania, y más precisamente de
"La Canción del Viajero", que describe el tiempo antes del Apocalipsis, del fin del mundo.
¿Qué hay en este relato para que parezca de ciencia-ficción, cuando el film no se asemeja en nada a este género? Cualquier parecido con lo fantástico ó lo futurista está ausente. ¿Qué queda del "aquí y ahora", del puro presente?
Creo que en nuestra sociedad, todos alguna vez hemos temido una gran catástrofe. Por ello, no necesitamos ver cada día la televisión. Bien sea por una guerra, un acto terrorista o una catástrofe ecológica o cósmica, en realidad no cambia mucho. No es importante. La única pregunta productiva solo puede ser: "¿Cuál será mi reacción y la de mi vecino?" ¿Qué podemos hacer frente a un cambio fundamental? ¿De qué tamaño es la capa de nuestra civilización? ¿Hasta qué punto nuestros "valores eternos" deben ser conservados? ¿Cómo debemos comportarnos en una situación límite? Esto es a lo que trato de hacer frente en mi película. Quería hacer un film sin aspectos espectaculares, y por tanto no un relato del denominado "cine de catástrofes".
Las situaciones extremas son un recurrente en sus películas. Siempre las trata como si fueran algo evidente o banal.
Cuando las situaciones extremas se muestran en el cine, uno puede caer rápidamente en la trampa de la exageración. Esta exageración lleva a la inverosimilitud. La catástrofe se consuma. Esto es lo que debemos evitar. Quiere decir que el realizador tiene que reflejar de forma muy precisa en la narración, lo que desea utilizar en base a la veracidad de la historia. Significa que todo lo que va más allá de la experiencia del público incita a una rápida consideración de la historia como un simple entretenimiento, y les distancia del film. El camino seguro para evitarlo es la precisión.
¿Su película no está relacionada con ningún lugar específico o tiempo? ¿Es un film sobre Europa? ¿O refleja algo incierto?
Esta cuestión nunca estuvo en mi mente. Quiero que esta situación sea vivida en un ambiente familiar - el mío y el de los espectadores - para realzar el potencial de identificación. Estoy de acuerdo con este modelo de situación que se manifiesta de forma diferente en otra situación climática o social. Como en todas mis películas, la historia habla de nuestro hiper-industrializado mundo, de la sociedad superflua, y de esta manera también sobre esas personas que son capaces de acomodarse a las conveniencias de nuestro mundo. Solo puedo contar cosas precisas sobre ellas, porque este es el ambiente de mi propia experiencia, la que tengo en común con la gran mayoría del público que va al cine. Todo lo que está tras este contexto antes o después caerá en los límites de lo exótico. Para mí, aquellos que se sientan afectados por el film lo estarán porque quieren.
Una pregunta muy sencilla: ¿tiene su película un interés social?
No tengo un mensaje que enviar, ni una fórmula con la que resolver el problema que expongo. No es un film didáctico. Lo que intento es reflejar cosas que observo y jugar con las posibilidades dramáticas que el tema plantea. Si la ven como de interés social o como un intento para percibir otras cosas que deben ser tomadas más en serio, entonces no me preocupa. Sin embargo, espero que las situaciones reflejadas sean lo bastante complejas como para no reducirse a un mero cliché.
Entrevista realizada por Stefan Grissemann