De los creadores de Anaconda y Deep Blue Sea y de los ganadores del oscar a los mejores efectos especiales por Parque Jurásico.

Escrita Hans Bauer (Anaconda) y Craig Mitchell Komodo se materializo gracias al equipo creativo que estuvo detrás del proyecto y que incluyo a los productores, Alan Riche y Tony Ludwig así como el maestro de los efectos especiales Michael Lantieri (ganador de un Oscar por los efectos especiales en Parque Jurásico, así como cuatro nominaciones más a los Oscar por las películas: Hook, Regreso al Futuro II, El Mundo Perdido, Y quien engañó a Roger Rabbit).

Los tres se conocieron trabajando en el éxito de Dreamworks, Un ratoncito duro de roer, producido por Riche and Ludwig y en el que Lantieri era responsable de los efectos especiales. Ludwig recuerda: "Vendimos "Un ratoncito duro de roer" a Dreamworks y en realidad, no habíamos trabajado nunca antes con efectos especiales. Una vez metidos en la producción conocimos al equipo de Steven Spielberg, que tenía a Michael para tratar esa película. Supimos en seguida que Lantieri era alguien con el que queríamos tener una relación duradera".

Además de Un ratoncito duro de roer, Ludwig ha supervisado la producción de muchos de los puntos decisivos de Komodo que incitarán inmediatamente al miedo.

"Cuando leí el guión original, pensé que éste era un vehículo perfecto para una película de suspense contemporánea, una forma de realizar una historia de miedo con una única criatura", dice Ludwig. "Queremos crear una sensación tipo "Parque Jurásico", pero utilizando verdaderos y vivos dragones de Komodo no sólo criaturas que existieron hace miles de años".

Durante siglos han abundado en la historia de todo el mundo mitos y leyendas de dragones sangrientos y escalofriantes. No obstante, los habitantes de Indonesia juran que sus dragones expulsaban fuego, mataban a sus presas con una sola mirada y que tenían unos dientes tan grandes como tigres. Hoy en día, en Indonesia, el dragón de Komodo es el mayor depredador. Se alimenta de búfalos, ciervos y otros animales salvajes. El dragón de Komodo tiene la habilidad de hincar sus fauces de forma parecida a las serpientes permitiéndole devorar una cabra entera en quince minutos utilizando sus potentes jugos gástricos para digerir huesos y pezuñas.