Cuando me pidió que saliera, supe que finalmente había pillado a Hank. Y como es tan pequeña y tiene una voz tan dulce, me pareció vulnerable, desprovista de la fortaleza de espíritu necesaria para enfrentarse al adulterio. Primero fui a buscar a Terry en la cocina, para que supiera dónde estaba, luego me puse a ver qué otra mujer faltaba. Le dije dónde iba y ella también comprendió que Edith finalmente se había enterado; su mirada reflejaba esa velada emoción que sentimos ante las desgracias ajenas.
-- Andre Dubus, "Ya no somos dos"
En esos momentos veía, claramente y con desapego, que ambos estaban indefensos, puede incluso que fueran insensatos. Jack quería huir de su matrimonio, ella quería vivir el suyo. Fueron hacia el norte, a los bosques, e hicieron el amor. Se vistieron y regresaron a lo que les había llevado a ese punto.
-- Andre Dubus, "Adultery"
Publicados en la segunda mitad de los años 70, las dos obras en las que se basa YA NO SOMOS DOS - el cuento homónimo y "Adulterio" - son las historias reflexivas y provocadoras de dos parejas que se enfrentan a la infidelidad. "Ya no somos dos", contado desde el punto de vista de Jack, es la crónica de su aventura con Edith y cómo culmina con un lío entre sus respectivas esposos. "Adulterio", contado desde el punto de vista de Edith un tiempo después de su aventura con Jack, hace un seguimiento de su creciente desilusión con su matrimonio. En esta historia revive la primera época de su matrimonio y su descubrimiento de la infidelidad de Hank.
Cada uno de los esposos en estas historias tiene una actitud distinta hacia (y distintos motivos para) sus transgresiones. Infundidas de las ácidas e incisivas observaciones sobre la naturaleza humana que hace Dubus, las historias retratan a cuatro adultos luchando con ambivalencia con el lento, gradual y poco excitante paso hacia la mediana edad y la vida familiar.
Cuando leyó los cuentos de Dubus, al guionista Larry Gross le pareció que estaba ante un complejo retrato tanto vital como realista de la crisis entre dos parejas, que exploraba en las numerosas fuerzas que tiran de cada uno de los personajes. Los cuentos se enfrentaban a preguntas difíciles sobre la vida en pareja con una clara honradez, reflejando las decepciones, las menudencias y las distintas formas de engaño que pueden entrar en un matrimonio antes de que exista siquiera una traición.. Gross comenta "Describen una combinación de cosas que pasan en la vida de cuatro personajes principales que se mezclan para encerrarlos en situaciones difíciles: las presiones, la debilidad, el cansancio, el miedo, la compasión, la nostalgia, las exigencias de los hijos, el dinero, la ambición, la falta de ambición, la oportunidad, la inercia, la pena, el deseo. Dubus demuestra que aunque a menudo el amor y el matrimonio son asimétricos, siguen estando completamente entrelazados. Los cuentos de Dubus articulan una idea que puede incomodar a algunos: Que el amor no implica necesariamente la tranquilidad, la sinceridad y el bienestar. El amor no implica necesariamente la felicidad".
Los cuentos de Dubus nos proporcionan una punzante disección de las distintas clases de amor que pueden complicar la vida en pareja y la amistad así como la tensión que puede surgir en un conflicto de lealtades. Gross explica "El tema de los desconcertadores efectos del amor es lo que obsesionó a Andre Dubus en todos sus cuentos. En estos cuentos en concreto, se contrastan toda clase de amores: el amor entre esposos, el amor entre amantes clandestinos, el amor entre amigos del mismo sexo, el amor entre padres e hijos, el amor sexual, el amor nacido de la amistad, el amor que se ha quedado reducido a la compasión, el amor que provoca engaños, el amor que conduce a la violencia".
Al adaptar los cuentos, Gross se basó fundamentalmente en los hechos de "Ya no somos dos", incorporando la visión del matrimonio entre Edith y Hank de "Adulterio". Además, optó por cambiar el punto de vista del personaje central a una combinación de los puntos de vista de los cuatro personajes principales, elaborando una pieza de cámara en la que cada uno de los personajes actúa como contrapunto de los demás.
Gross afirma "Me interesaba complicar la estructura del punto de vista del material original.. seguía el dictado de Jean Renoir en La Regla del Juego, 'El problema en la vida es que cada cual tiene sus razones'. Quería reflejar los puntos de vista de los demás personajes. También me pareció que incluir la perspectiva de los cuatro personajes era la forma de convertirlo en material cinematográfico".
Cuando Ruffalo leyó el guión por primera vez, el retrato de dos matrimonios en crisis le pareció perturbador. Ruffalo cuenta "En Estados Unidos, algo más del 50% de los matrimonios acaban en divorcio. Esta gente está inmersa en uno de los empeños más difíciles al que nos podamos enfrentar en la vida. El sufrimiento es sincero, los problemas y las personas son complejos y el diálogo está maravillosamente escrito. El guión refleja las dudas morales y el maduro examen que Dubus hace las dificultades que atraviesan los matrimonios. Lo describe en sus peores momentos, pero deja espacio para la sencillez y belleza que hay en la capacidad de volver al amor inicial que hizo que todo aquello funcionara para empezar. Evidentemente este tema se ha tratado en incontables ocasiones, pero nunca lo he visto reflejado con tal sinceridad ni con un sentido del humor tan sutil, sin ceder a la intriga ni menospreciando los motivos ni la humanidad de cada uno de los personajes".
Naomi Watts comenta "Me daba miedo atacar otro trabajo tan poco tiempo después de 21 Gramos, pero llegué a la conclusión de que podía forzarme porque se trataba de un nuevo reto para mí. John confiaba en mis instintos y sugerencias sobre el reparto, la fotografía y otra serie de cosas. Aunque no estuve implicada en la fase de desarrollo del proyecto, esto abrió una parte de mí misma que quiero seguir explorando".
John Curran (Director)
Tras asistir a la universidad de Syracuse con una beca de Bellas Artes, John Curran trabajó como ilustrador y diseñador gráfico en Nueva York. En 1986 se mudó a Sydney, Australia para trabajar para Ogilvy and Mather.
En 1990, Curran creó Pod Film en Sydney y empezó a dirigir anuncios, vídeos musicales y cortometrajes Su premiado corto Down Rusty Down se pasó en festivales de todo el mundo, incluyendo: 1997 Sundance Film Festival, New York Film Festival, y London Film Festival.
En 1998, siu largometraje de debut Praise concursó en el Toronto International Film Festival, y ganó el Premio de la Crítica Internacional a la mejor película. Praise también fue seleccionada por : 1999 Sundance Film Festival, Berlin Film Festival (para abrir la sección Panorama), London Film Festival y Edinburgh Film Festival. En Australia, Praise fue nominada a 10 premios del Australian Film Institute y a 11 Critic's Choice Awards. Además, Curran recibió el Australian IF Award Independent Filmmaker of the Year en 2000. Praise fue nominada como mejor película extranjera (En inglés) at en los British Independent Film Awards (junto con Rushmore, The Blair Witch Project, Happiness, y Buffalo 66) y salió en The New York Times "Top Ten Films for 2000."