Una película, basada en la apasionante novela La Fiesta del Chivo de Mario Vargas Llosa, en la que un terrible drama personal se combina con la trama de una conspiración política al más puro estilo del cine negro, todo ello ubicado en el mundo de la República Dominicana, en una ciudad llena de contrastes.
Luis Llosa (Director)
Además de ser un renombrado y prolífico productor y director en su país de origen, lleva más de quince años dirigiendo para los grandes estudios de Hollywood. Entre sus títulos figuran películas como "El especialista" (1994), que rodó para Warner Bros, con un reparto de la talla de Sylvester Stallone, Sharon Stone y James Woods, y "Anaconda" (1997), para Columbia, con Jennifer López, Ice Cube y John Voight en los papeles principales.
La novela
Mario Vargas Llosa es por derecho propio uno de los principales y más importantes escritores en lengua castellana del siglo XX. Traducida a catorce idiomas, la novela de Mario Vargas Llosa ha sido todo un éxito literario aclamado por público y crítica.
La crítica ha dicho
"Una obra maestra sobre el sufrimiento humano bajo una dictadura" - Howard Kissel - Showtime, New York
"Uno de los más brillantes escritores políticos", "Una penetrante mirada sobre el mal en la política" - Publishers Weekly
"Una deslumbrante novela" - Esquire
"Vargas Llosa crea un admirable retrato, cómico, siniestro, punzante y terrorífico a la vez" - Madison Smartbell - Los Angeles Times
Entrevista al director, Luis Llosa
P: ¿Cuándo decidiste que querías rodar La Fiesta del Chivo y por qué? ¿Qué tenía de particular?
R: Decidí rodar La Fiesta del Chivo cuando estaba leyendo la novela. Lo tuve tan claro que, todavía sin haber terminado de leerla, me lancé a conseguir los derechos de la novela.
Estoy muy ligado a la República Dominicana desde hace muchos años. He realizado muchos viajes por motivos profesionales y personales y me impresiona que todavía el mito de Trujillo siga tan presente. Mario ha conseguido en la novela condensar la era de Trujillo de una forma brillante, mi interés en esta historia fue intensa e inmediata.
P: El tema de los dictadores, ¿es un tema que te había atraído antes?
R: La figura de un dictador es una figura compleja, una figura rica en sí misma, sobre todo si uno lo ve no como una entelequia, no como simplemente un mito, sino como una persona de carne y hueso.
Trujillo ha sido quizás el dictador de los dictadores, aun cuando Castro le ha ganado un poco en cuanto permanencia en el poder. El tipo de poder que tenía Trujillo no era solamente político, era un poder tal que su presencia se hacía notar no solamente en el congreso o en los medios de comunicación, sino también en las calles, en las casas, en las alcobas
Pero la parte que me resulta más interesante es cuando una persona que se ha sentido Dios, comienza a descubrir que tiene los problemas que puede tener cualquier mortal.
P: ¿Cuál es la visión que transmites de ese dictador?
R: La visión es de una persona de un ego muy grande, es una persona con un gran histrionismo. Yo creo que en general los políticos tienen que ser actores. Hay mejores o peores actores. Yo he conocido casos en Perú de muy malos políticos pero muy buenos actores. Trujillo tenía un sentido histriónico, con el que estuviese donde estuviese se cuidaba mucho de impresionar a toda la gente que lo rodeaba. Por otro lado, tiene una parte mucho más fría, más oscura, cuando tiene que decidir ejecuciones, preservar el poder. Lo interesante es esta dualidad, esta complejidad de un personaje que pasa por distintas facetas, por distintos matices y en este sentido creo que Tomas Milian ha hecho un trabajo muy interesante haciendo que El Chivo sea un bufón por momentos o tremendamente frío como para ordenar una ejecución o el Trujillo que está con una mujer y se siente, a pesar de la edad que tiene, un seductor de veinte años.
P: ¿Descubriste en él un lado más humano?
R: Descubrimos que Trujillo era un hombre que tenía una premisa muy clara, la defensa de su familia; sentía una gran debilidad por su madre. Uno nunca sabrá hasta qué punto era un gesto político o publicitario, o algo auténticamente humano. Yo quiero creer que dentro de toda esa monstruosidad de la que era capaz un dictador como Trujillo, había ciertos aspectos humanos.
P: ¿Hay algo de compromiso moral? ¿Te sientes de alguna manera obligado a contar lo que pasó?
R: Se trata de un proyecto complejo, con una historia fascinante en cuanto a los personajes, pero también con una cierta repulsión hacia aquello de lo que es capaz el ser humano en sus situaciones límites
Pienso que es una historia que deberían ver los jóvenes que no han vivido las repercusiones más inmediatas de la dictadura de Trujillo o de cualquier dictadura.
P: ¿Qué nos puedes comentar sobre el casting?
R: El casting fue un proceso relativamente largo. El primer reto fue encontrar a Trujillo. Cuando fui a ver la película Traffic, de Soderbergh Tomas Milian hacía un papel de general y en el momento pensé que allí estaba Trujillo. Leyó la novela y le fascinó la idea.
En el caso de Isabella, necesitábamos a alguien que aportara cierto aura a la pantalla, una presencia especial, era muy importante que tuviera un lado más firme, más duro, y al mismo tiempo un lado tremendamente vulnerable, humano y cálido. La opción de Isabella se planteó rápidamente en el momento en que esos dos aspectos estuvieron claros.
También hicimos un casting en Londres para todo lo que era la familia de Urania. Stephanie Leonidas fue un descubrimiento inmediato, la verdad es que es una de las grandes sorpresas que tiene esta película. Es una chica con un gran talento, tiene un gran instinto. Una de las grandes satisfacciones que he tenido en esta película es trabajar con ella.
En general creo que hemos tenido suerte, la mayoría de los actores que han participado han sido las primeras opciones en que pensamos.
La fiesta del chivoDirigida por Luis Llosa