Los directores
Manuel Sanabria (Madrid, 1975) y Carlos Villaverde (Leicester, 1975) -Manu y Pocho, para los amigos- estudiaron cine y, rápidamente, se pusieron al lío: guiones para la tele, equipos de cámara o producción y la dirección de algunos cortometrajes en España o el Reino Unido antes de debutar juntos en el formato largo con La fiesta (2003). Rodada en vídeo con menos de 6.000 euros, La fiesta recaudó 1,2 millones y se convirtió en la gran sorpresa de la temporada.
Para su segundo largometraje, Manu y Pocho han contado con un presupuesto sensiblemente mayor, por encima de los 3 millones de euros. Guionistas y directores decidieron ambientar en el mundo de la música una historia de rock y segundas oportunidades titulada Sinfín. Aunque no todo el mundo lo sabe, en la vida real Manu Sanabria tiene su propio grupo -Los Sinsong- y Pocho Villaverde es su manager. "Ambos estamos muy en contacto con la música", dice éste; "ahí teníamos un contexto perfecto para desarrollar nuestra historia. De hecho, conocemos muy bien los camerinos pequeñitos y los bares de mala muerte, todo eso que hemos intentado reflejar en la película".
Entrevista
"Nuestro cine es entretenimiento sin complejos y bien hecho"
Se advierten en Sinfín aires de comedia americana contemporánea. No sólo en el guión, sino también por la narrativa visual en diversas escenas y clips.
Manu Sanabria: "Sí, hemos aprendido mucho del cine que nos gusta; las películas de los 80 de Zemeckis, John Landis, Spielberg y, todo esto nos ha influido y nos ha resultado muy útil".
Hay muchas pelis-con-grupo. Cabezas huecas, Casi famosos, Rock Star... De la vuestra destacaría las escenas de furgoneta.
MS: "Una de las cosas que hicimos antes de empezar a rodar fue vernos todas estas películas, de La Bamba a The Wonders. De todas ellas recogimos lo que funcionaba y lo que no. Por ejemplo, de las de Hombres G aprendimos cómo no rodar los conciertos, por ejemplo (risas). En muchas de estas pelis echamos en falta una visión del día a día del grupo: caravana, carretera, bar de carretera, camerino y, en general, todo lo que precede a un concierto. En Casi famosos, por ejemplo, había mucho de esto, pero en The Commitments nada. Y a nosotros nos parecía la mejor manera de desarrollar los personajes, no viéndolos en un escenario".
Pocho Villaverde: "Sí, y sobre todo para darle dinamismo visual y espacial a la película. Desarrollar un conflicto entre personajes en una furgoneta, de un lugar a otro, puede ser más atractivo para el público que ver cómo los personajes se mueven de una habitación a otra, explicándolo todo con diálogos".
Sin embargo, parece que hayáis optado por no mostrar el lado más áspero del rock. Las drogas, por ejemplo.
MS: "Hemos tratado de sugerir ciertas cosas más que mostrarlas. En La fiesta ya habíamos optado por la fórmula más light porque, imagínate, no salía ni un porro en imagen. Y en esta hemos tratado de seguir en la misma línea. No porque hayamos querido evitar nada, sino porque quisimos acentuar el lado cómico y que esto no se convirtiese en Trainspotting".
PV: "Si a alguien no le gusta esta película, o la considera incompleta, porque no se toca con el suficiente realismo el tema de las drogas, quizá lo que busca es una peli de Tarantino. Hemos intentado ser coherentes y que las drogas estén presentes en el código que a nosotros nos interesaba, el de una comedia".
Bueno, hay cierta escena con cocaína que...
MS: "Sí. Precisamente porque no queríamos obviar el tema de las drogas metimos ese gag con El Sevilla. El mundo del rock and roll sin drogas es, todo el mundo lo sabe, como el fútbol sin goles".
¿Y el sexo?
MS: "Hay una escena con un ménage à troise que podría haber sido sexo explícito, pero preferimos explotar su lado cómico. Tal como quedó podría ser Ana y los siete, si no fuese porque salen tetas en pantalla. Pero, por ser directo, te diría que en ningún momento pretendemos excitar al público, sino provocar su risa".
¿Qué creéis que busca la gente en el cine?
MS: "Depende de qué gente, claro. En general, yo creo que pasárselo bien. Y con Sinfín ofrecemos algo que los va a entretener y a divertir con creces, pero, además, también incluimos una historia de amor muy seria para emocionar y, quizá, llegar a más espectadores. Nuestro cine es entretenimiento sin complejos y bien hecho".
Sobre la elección de los actores
¿Por qué Dani Martín como Iván?
"Buscábamos un chaval joven que supiese cantar. Dani Martín era la elección idónea, era actor antes que cantante y para colmo, era muy popular. Además, en el casting Dani fue el que más nos gustó, con diferencia, pero no teníamos claro que él quisiese hacer esta película, porque estaba en lo más alto en la música y sabíamos que en 2004 le habían ofrecido cinco rodajes. Luego nos dijo que le había gustado mucho el guión y que esta era la única película que quería hacer".
¿Por qué Carlos Iglesias como Álex?
"A Carlos lo conocíamos desde hace muchos años, como todo el mundo, por el programa de Pepe Navarro y Manos a la obra. Pero luego lo vimos en Cuéntame, en El caballero don Quijote, por la que fue nominado al Goya, y en teatro. Es un actor con un evidente toque cómico, pero que también transmite mucha melancolía. Desde el principio quisimos contar con él para esta película, se lo ofrecimos antes que a nadie y tuvimos suerte".
¿Por qué Nancho Novo como Nacho?
"Nancho Novo tiene una trayectoria en la comedia muy conocida. Además, es roquero y tiene su grupo desde hace muchísimos años: Los Castigados Sin Postre. Nancho sabe tocar la guitarra muy bien, se ha pateado más escenarios que nadie y tiene un espíritu más roquero que Jim Morrison".
¿Por qué Armando del Río como Rafa?
"Buscábamos un actor guapo de unos 36 años y Armando cumple todos los requisitos: es atractivo, tiene la edad que buscábamos y es un actor genial. Y para solucionar que no era músico, decidimos que sería buena idea que se metiera a tomar clases de bajo de forma intensiva, hasta el punto de que, ahora mismo, toca mejor que muchos bajistas de este país".
¿Por qué El Sevilla como Larry?
"El Sevilla, lo que hace realmente en sus conciertos es, más que cantar, actuar. Además, ha hecho libros, monólogos... y nos sorprendió, en el rodaje, que aporta al personaje un punto de melancolía que también se agradece. Aunque no es batería, sabe tocar los ritmos básicos como cualquier músico. Y da el pego".
¿Por qué Ana Álvarez como Laura?
"Es una actriz que nos gusta mucho, desde La madre muerta hasta Cha-Cha-Cha, así que no tardamos en contactar con ella. Cumplía todos los requisitos: es guapa, tiene la edad necesaria, es muy buena actriz y, además, una persona encantadora".
La banda sonora
Accede a la información sobre la banda sonora Sinfín B.S.O..
SinfínDirigida por Manuel Sanabria, Carlos "Pocho" Villaverde