Nueva colaboración, después de Nueve reinas del director Fabián Bielinsky y el actor Ricardo Darín.

Sección Oficial a Concurso Festival de San Sebastián 2005.

Fabián Bielinsky (director y guionista)
Fabián Bielinsky (Buenos Aires, 1959) cursó estudios en el Centro Experimental y de Realización Cinematográfica del Instituto Nacional de Cinematografía (Argentina), donde se licenció en 1983. Su corto de graduación La Espera, basado en una historia de Jorge Luis Borges, obtuvo entre otros el primer premio en el Festival Internacional de Cortometrajes de Huesca (España).

Durante más de 15 años trabajó como ayudante de dirección de publicidad y en largometrajes de directores como Carlos Sorín, Eliseo Subiela y Marcos Bechis.

También fue profesor de Realización y Análisis de Películas en el C.E.R.C. y en la Escuela Profesional de Cine (Buenos Aires) y coguionista y director de segunda unidad de Bajamar, la costa del silencio y La sonámbula, ambas dirigidas por Fernando Spiner.

En 1998 obtuvo el primer premio en el concurso de "nuevos talentos" organizado por la productora Patagonik Film Group. Este premio le permitió llevar su ópera prima Nueve reinas a la gran pantalla. La película se convirtió en un éxito local e internacional, con ventas en más de 32 países y la participación en numerosos festivales, cosechando más de 20 premios internacionales y un reconocimiento unánime por parte de la crítica.

El guión de Nueve reinas fue adquirido por Warner Brothers para la realización de un remake, que con el nombre de Criminal se estrenó en 2004, dirigido por G. Jacobs y protagonizado por John C. Reilly y Diego Luna.

Producido por Patagonik Film Group, Tornasol Films y Davis Films, EL AURA es su segundo largometraje.

La historia
¿Qué es EL AURA? ¿A qué género pertenece?

Ésa parece ser siempre la primera pregunta que surgió siempre frente al proyecto, y el trabajo terminado.

Cuando fue escrita alrededor de 1984 por un joven ayudante de dirección recién licenciado en la escuela de cine, era un policial, un thriller. Tenía un héroe, y una sólida estructura moral, que incluía la redención, y el sacrificio. Cuando veinte años más tarde el ayudante convertido en director la retomó, todo cambió. El héroe se convirtió en poco menos que lo opuesto, la estructura moral se cayó en pedazos, ya no hay sacrificio posible que redima a nadie… Los años no habían pasado en vano, y de algún modo EL AURA ya no volvería a ser un thriller.

¿Qué define el género de una película? ¿La presencia de ciertos elementos icónicos y esenciales, o la forma en que esos elementos se combinan y estructuran a lo largo del relato?

Porque en EL AURA hay un hombre honesto obsesionado con el crimen, hay un sencillo pero efectivo plan delictivo, un camión blindado que robar, pistolas y disparos. Hay violencia. Y sin embargo fue concebida y desarrollada como el estudio obsesivo de un personaje, el seguimiento constante y en primera persona de un ser oscuro, aislado, incapaz de establecer conexiones con su entorno (y al que nadie nombra durante toda la película). Pero que mira, que lo observa todo, y saca conclusiones. Un espectador. El espectador de una historia policial que lo envuelve y lo traga. Una historia quieta y al mismo tiempo violenta. Pero no una violencia glamurosa o excitante, sino desmañada y torpe. Y sorpresiva, y breve, y dolorosa. Donde un balazo suena como un cañón y causa un daño irreparable. Y donde tener un arma en la mano no significa que no se esté muerto de miedo.

Nueve reinas me abrió un camino de enormes oportunidades. Hoy mi manera de agradecérselo es tomar un camino radicalmente diferente, con las satisfacciones y los riesgos que eso implica. Pero supongo que de esos materiales está hecho el camino que eligió aquel ayudante de dirección, cuando veinte años atrás se permitió soñar por primera vez con EL AURA.