V.O. Subtitulada / Doblada Castellano.
Biografía de Davide Ferrario
Nacido en 1956, vive en Turín. Crítico de cine y ensayista en varias revistas, escribió el primer libro italiano sobre R.W. Fassbinder (1982). También tradujo About John Ford de Lindsay Anderson. Todavía escribe sobre cine en revistas y periódicos.
A finales de los 70 fundó una empresa de distribución con la que estrenó películas como Man of Marble, de Andrzej Wajda, o Im Lauf der Zeit, de Wim Wenders. Empezó a trabajar como agente para directores y productores independientes americanos como John Sayles, Susan Seidelman o Jim Jarmusch. Incluso tuvo un pequeño papel en la película de John Sayles nominada a los Oscar, Matewan.
Su currículo como escritor-director incluye seis películas estrenadas que han funcionado bien en casa y se han paseado por festivales como Berlín, Venecia, Locarno, Toronto o Hong Kong, donde ganó varios premios. Es el único director italiano que ha sido invitado en dos ocasiones al festival de Sundance. Tutti giù per terra ganó el Premio el Mejor Actor en el Festival de Locarno de 1997.
También ha trabajado en el género del documental. Su trilogía sobre la guerra partisana en Correggio es muy popular. En 1991 investigó, coprodujo, editó y dirigió American Supermarket, una serie para televisión de seis capítulos sobre la edad de oro del consumismo que ha sido vendida a más de veinte países de todo el mundo.
En 1994 escribió Dissolvenza al nero (Fundido a negro), una novela en la que se combina la ficción con hechos históricos reales, creando una historia de suspense alrededor de la estancia de Orson Welles en Roma en 1948. El libro ganó el Premio Hemingway y fue traducido a varias lenguas. Los derechos han sido adquiridos por la londinense Dakota Films para llevarlo a la gran pantalla sobre un guión de John Sayles.
Independiente incondicional, también dirige su propia productora para garantizar una libertad y un control completo en cada uno de sus proyectos.
Es miembro con derecho a voto de la Academia del Cine Europeo.
Nota del director
Después de Medianoche es una película tierna sobre un lugar muy peculiar. Es un acto de amor por el cine -y Buster Keaton en particular. Fue realizada con un pequeño equipo, en poco tiempo y con mucho entusiasmo. Probablemente, debido a esto, es una de mis películas más personales.
No debería decir más. Sólo siéntense, abran los ojos y déjense llevar por la corriente de la historia. Las películas pueden hacer milagros.
Davide Ferrario
Notas de producción
Un cine hecho debajo de casa
La historia del cine es la historia de otras realidades. Realidades expuestas en más de cien años de películas de todas las formas y estilos que conforman la historia del cine y la obsesión de Davide Ferrario. Pero no es una obsesión desde el punto de vista del cinéfilo, sino la del que siente una irrefrenable atracción hacia la capacidad del cine para comunicar y para transformar la realidad. El cine es un espejo que refleja lo que tiene delante pero inmediatamente lo recrea en otra dimensión. Las mismas cosas que ves en la vida normal, encuadradas en un objetivo adquieren un sentido diferente.
La memoria de los espectadores está repleta de la magia de algunas películas y autores. Dopo Mezzanotte no es más que una declaración de amor personal, intransferible y sobretodo libre hacia esa memoria y la forma de entenderla.
Pero para llevar a cabo el proyecto con la necesaria libertad creativa que éste demandaba, la única opción fue autofinanciarse o, como aparece en los títulos de crédito, hacer la película sin ayudas gubernamentales. Así consiguió exactamente lo que se proponía: una película de bajo coste que no supusiera riesgos elevados, rodada entre amigos y con un reparto desconocido. Además, Ferrario optó por su propia ciudad para situar la historia: Un cine hecho debajo de casa que encuentra la inspiración mirando por la ventana.
Esta cercanía era necesaria para contar una historia personal, llena de retazos de cine clavados en la memoria del director.
De Buster Keaton a la Nouvelle Vague, a través del cine digital
Davide Ferrario pretendió desde el principio hacer una película anclada en su memoria cinematográfica e ir más allá de las tendencias que cada cine nacional impone históricamente. Siempre hemos estado impregnados de neorrealismo y de fellinismo, acostumbrados a poner en escena la realidad de manera problemática, o a seguir el ejemplo de un genio incontestable como Fellini que adoraba salir por la tangente de la fantasía, hasta llegar a filmar su propio auto-análisis. Yo no me siento reflejado en el primer filón ni en el segundo. Creo que los autores deben ser ante todo narradores de historias, fieles a sí mismos y a su identidad de narradores.
Las necesidades que la producción imponía, hicieron que desde el principio se optara por el digital para rodar la película. Las texturas de la alta definición, junto con la mayor movilidad de las cámaras digitales, contrastan con las imágenes estáticas y en blanco y negro de las películas antiguas que aparecen. La película está suspendida entre estos dos polos, la ingenuidad de los inicios y una intensa atención a lo nuevo. La alta definición de hoy te permite hacer una película con pocos medios, poco tiempo y esto significa libertad. Con una troupe de 15 personas, un sencillo esquema que creció día a día y yo que por una vez he intentado hacerlo todo, escribir, dirigir, producir. Las películas de Búster Keaton o Cabiria aparecen entremezcladas con imágenes rodadas con la más avanzada tecnología. Pero, lejos de resultar una mezcla extraña, nos lleva a la convicción que el cine, desde sus inicios, se vivió como una forma mágica de contar historias.
Para Ferrario DOPO MEZZANOTTE debía de ser una película en la que se volcaran sus obsesiones por el cine; una obsesión personal, pero también compartida con los amantes del séptimo arte a través de un siglo de imágenes. Sin embargo, en su película no abundan las referencias cinematográficas, más bien el film entero es un homenaje a una forma determinada de ver la realidad, la de aquellos autores y pioneros del cine que deleitaban al público contando historias proyectadas en una pantalla. Los ojos de Martino ante las imágenes del cinematógrafo, son los ojos del director. Las primeras películas mudas, en las que el movimiento era suficiente para emocionar a la audiencia, los primeros "documentales", llenos de ingenuidad, o las películas de Buster Keaton, nos enseñan que el cine actual cada vez está más lejos de la magia de aquellas películas y de lo que, en definitiva, debería ser el cine: el placer de contar una historia.
Ficha Artística
Martino: Giorgio Pasotti
Amanda: Francesca Inaudi
Angelo: Fabio Troiano
Barbara: Francesca Picozza
Narrador: Silvio Orlando
Abuelo De Martino: Pietro Eandi
Propietario Fast Food: Andrea Romero
Bruno: Gianpiero Perone
La Banda De Falchera: Francesco D'alessio, Gianni Talia, Andrea Moretti