La idea de Bordertown llevaba ya tiempo en la mente del realizador Gregory Nava. Él y su colaboradora de siempre, Bárbara Martínez Jitner, comenzaron a recopilar información sobre Ciudad Juárez, México, pasando por el Río Grande desde El Paso, Texas, describiendo los hallazgos de los cuerpos de mujeres jóvenes violadas, asesinadas y medio enterradas en el desierto que hay a las afueras de la ciudad.
Los asesinatos llevan ocurriendo años pero ha sido sólo recientemente cuado los medios de comunicación estadounidenses han comenzado a informar sobre las continuas desapariciones y la falta de acción por parte de las autoridades mejicanas para detenerlos. Los asesinatos parecen seguir un guión: las víctimas siempre eran trabajadoras de las maquiladoras, unas fábricas de la frontera entre México y los Estados Unidos creadas como resultado del NAFTA, el acuerdo norteamericano de libre comercio. Se trata de mujeres jóvenes de familias pobres que intentan ayudar a sus padres a sobrevivir en los suburbios de Ciudad Juárez, trabajando por un salario mínimo en un trabajo que suele terminar en muerte. Normalmente las víctimas son atacadas cuando van en el autobús que se dedica principalmente a llevar y traer a las trabajadoras a las fábricas. Algunos de esos autobuses viajan por la noche y paran en lugares oscuros y peligrosos.
La idea de Nava empezó como una simple historia surgida de los cuentos de las madres y las familias de las mujeres muertas, así como de las noticias oficiales. Comenzó a escribir la historia de una chica llamada Eva que sobrevive a un intento de asesinato e intenta por todos los medios llevar a sus agresores ante la justicia con la ayuda de una reportera de investigación que al principio sólo quiere contar la historia pero que muy pronto se ve involucrada en ese mundo. Por otro lado, los culpables todavía andan sueltos y existen varias teorías sobre quiénes son los responsables del asesinato. Desde los hijos de las familias ricas, hasta los conductores de autobús que llevan a las mujeres al trabajo, entre otras. Nava decidió combinar varias de las teorías, aunque se centró en el personaje de Aris como el asesino. Se trata de un miembro de de la clase alta de Juárez que parece divertirse violando y asesinando y que cuenta con la ayuda de un conductor de autobús.
Para el papel de Lauren Adrian, Nava siempre había pensado en su buena amiga Jennifer López. Necesitaba a una mujer decidida que pudiera ser vulnerable a la vez que fuerte cuando así lo exigiese la situación. Nava decidió reunirse con López para explicarle lo que está sucediendo en Ciudad Juárez y para pedirle que trabajase con él en su película, Bordertown.
López, que también es la productora de Bordertown, firmó inmediatamente. Creía que debía involucrarse en la historia y así poder ayudar a esas mujeres. Una vez que López ya era parte del proyecto, Nava se asoció con el productor Simon Fields (que lleva la empresa de López, Nuyorican Productions) para comenzar a trabajar.
En el papel de Díaz, el dueño de El Sol de Juárez, Nava necesitaba la presencia de Antonio Banderas. Lauren busca inmediatamente a Díaz para que la ayude en su investigación. Su química en la pantalla es innegable y el peligro de su trabajo hace resurgir la llama de su ya lejano romance. Sin embargo, ahora Díaz está casado con Elena y tiene dos hijos. Se puede palpar la pasión controlada puesto que los dos luchan contra el resurgimiento de su antiguo amor.
El resto del reparto de Bordertown está compuesto por colaboradores habituales de Nava. Sonia Braga, que ya había trabajado para Nava en la serie American Family de la PBS, representa el papel de Teresa, una buena mujer de la clase alta de Juárez. La mejicana Kate Del Castillo, que también había actuado en American Family, hace el papel de Elena, la esposa de Díaz. Maya Zapata, que representa a Eva, trabajó también con Nava en American Family; y Zaide Sylvia Gutierrez, que hace el papel de la madre de Maya, Lourdes, participó en la película de Nava nominada a un Oscar, El Norte.
Nava se puso en contacto con Amnistía Internacional, la ONG que controla los abusos contra los derechos humanos en todo el mundo para informarles del proyecto. Durante la producción, hubo controversia en el lado mejicano de la frontera y muchas noticias informaron de que ciertos poderes en la sombra estaban descontentos con la película y querían boicotearla en México. Sin embargo, ninguno de estos miedos se materializó y la producción continuó tal y como estaba previsto.
Bordertown se rodó en gran medida en Albuquerque (Nuevo México) y sus alrededores durante los meses de junio y julio de 2005 y más tarde en Mexicali durante varias semanas de agosto y septiembre del mismo año.
Además del reparto, Nava consiguió un equipo creativo de técnicos cinematográficos con mucho talento con los que ya había trabajado y con los que se siente cómodo, como el director de fotografía Rey Villalobos, que trabajó con Nava en American Family para la PBS, y la supervisora del guión, Liliana Molina.
La gente de Nuevo México fue en todo momento muy atenta y siempre tenían vecinos alrededor para poder ver el rodaje. Los protagonistas, los demás actores y todo el equipo de Bordertown pudieron disfrutar de las maravillosas salidas y puestas de sol de Nuevo México, así como del abrasador calor durante los rodajes. Todos aprendieron mucho y vieron muchas cosas nuevas.