Brett Ratner, que creó una franquicia cinematográfica con "Hora punta", y expandió la franquicia de "El silencio de los corderos" con "Dragón rojo", dirige X-Men: La decisión final.
Los productores son Lauren Shuler Donner y Ralph Winter, quienes han producido también las dos primeras entregas de X-Men. Avi Arad y la leyenda del cómic y cocreador de X-Men, Stan Lee, figuran como productores ejecutivos. El guión es de Zak Penn & Simon Kinberg.
X-Men: La decisión final reúne a todas las estrellas de las dos primeras películas de X-Men: Hugh Jackman como Lobezno, Halle Berry como Tormenta, Ian McKellen como Magneto, Patrick Stewart como Xavier, Famke Janssen como Jean Gray, Anna Paquin como Pícara, Rebecca Romijn como Mística, James Marsden como Cíclope Shawn Comohmore como El Hombre de Hielo. Retomando sus papeles de X Men 2 figuran Aaron Stanford como Pyros y Daniel Cudmore como Coloso.
Kelsey Grammer se une al reparto de X-Men: La decisión final como el Dr. Henry McCoy, también conocido como Bestia. McCoy es un genetista sumamente inteligente, un mutante dotado de una agilidad y una habilidad física sobrehumanas. Como objeto de uno de sus propios experimentos, la transformación de McCoy va más allá, convirtiéndose en una bestia peluda de color azul.
Vinnie Jones interpreta al imparable forzudo Juggernaut, mientras que Ellen Page encarna a Kitty Pride, también conocida como Shadowcat, una joven que puede atravesar cuerpos sólidos entrando en "fase". Ben Foster da vida a Warren Worthington III o Ángel, cuyas alas de pájaro le confieren el don de volar. Michael Murphy es Warren Worthington, Sr., el padre de Ángel, cuyo desasosiego por los poderes mutantes de su hijo le llevan a liderar la "cura".
También se unen al reparto Dania Ramirez como Callisto, cuyos superdesarrollados sentidos le permiten localizar y el evaluar el poder de otros mutantes; Eric Dane como el Hombre Múltiple, quien puede crear réplicas exactas de sí mismo; Cameron Bright como el limitador de poderes Leech; Olivia Williams como la Dra. Moira McTaggert, una de las principales autoridades en materia de mutaciones genéticas y veterana colega y amiga de Xavier; y la actriz Shohreh Aghdashloo como la genetista Dra.Kavita Rao.
Los actores comparten la opinión de que X-MEN: LA DECISIÓN FINAL es la entrega más ambiciosa de la trilogía. "Esta película es más rica desde el inicio al final", dice Patrick Stewart. "Hará que te emociones, ¡eso seguro! Tiene un intrigante gancho que hace que te impliques emocionalmente y de forma inmediata con los personajes".
La trama de la cura lleva el subyacente tema de la alienación a su máxima expresión. Es un tema muy cercano, el cual llega mucho a los actores.
"La cura es el verdadero villano de la historia", afirma Halle Berry. "Es algo con lo que he luchado toda mi vida. Cuando era niña, pensaba que si pudiese cambiar yo misma, mi vida sería mucho mejor. A medida que me fui haciendo mayor, he terminado por aceptar que es un completo absurdo, y esta película pone luz a un tema bastante sombrío".
La cura pone en marcha a Magneto, permitiéndole salir de la oscuridad, reuniendo un ejército e iniciando una revolución mutante, no habiéndose visto nunca antes nada parecido. Magneto y sus acólitos pretenden eliminar la cura y a cualquiera mutante o humano que la apoye.
"Magneto dice a sus seguidores; Nadie va a curarnos, ¡nosotros somos la cura!", cuenta Ian McKellen. La idea de erradicar a los que, como individuos, les marginan es un anatema para este distinguido actor británico, igual que lo es para su personaje en la pantalla. "Es algo que me parece abominable; como lo sería que alguien me dijera que necesito una cura para mi sexualidad o señalara que las personas de color tienen que tomarse una píldora para dejar de ser negros".
Jackman señala que este tema y los conflictos que se suceden son "intrínsicamente enormes" para los X-Men. El actor pone de relieve las complejidades de la vida mutante. "Hay otro lado a explorar", explica. "Mira por ejemplo a Pícara. Sus habilidades [absorber el poder de otros mutantes, lo cual puede conducir a la muerte] son increíbles, aunque vive una vida sumamente solitaria. No puede tocar nunca a nadie, no puede tener un bebé ni tener una relación física. Con todo lo políticamente abominable que es la cura, es también comprensible que alguien como ella se plantee si ha de tomarla".
A Bestia, el mutante de apariencia menos humana, también le genera un conflicto la cura. "A diferencia del resto de los X-Men, la mutación de Bestia no está oculta", dice Kelsey Grammer. "Así que no es sorprendente que pueda plantearse, aunque sea de forma somera, la idea de ser un tipo común y corriente. Se da cuenta, desde luego, de que ser normal no es su destino. Es un tipo muy valiente, porque el verdadero valor significa entender tu destino y conducirte de acuerdo al mismo. Y eso es exactamente lo que Bestia hace".
Estos temas emocionales están ligados a algunos de las narraciones más celebradas en la ilustre historia de los cómics de X-Men. "Nadie ha intentado de verdad dar un nivel significativo de emoción al cómic antes de los cómics de los X-Men en los años setenta", dice Zak Penn, quien, como su compañero de guión Simon Kinberg, es un entusiasta de los cómics de X-Men. "Acudimos a la franquicia para capturar esa enorme emoción. La única forma de hacer que los espectadores sientan que este universo es real es que conozcan que pueden pasar cosas buenas y malas".
El reparto presente en las dos primeras cintas supo valorar el enfoque de Ratner. Hugh Jackman dice: "Brett ha sido muy respetuoso y permaneció fiel a la visión de X-Men y X-Men 2, pero al mismo tiempo ha llevado la franquicia a un nuevo nivel, añadiendo más emoción y profundidad a las relaciones".
Halle Berry no tiene sino elogios hacia Ratner y los guionistas por haber clarificado las responsabilidades, el punto de vista y el potencial de Tormenta. "Sé que Brett fue clave para hacer que esto se produjera", afirma Berry. "Ha sido un gran apoyo a la hora de encontrar una voz consistente para Tormenta. No se trataba de darme más diálogos. Pero cuando salgo en pantalla, quiero que tenga relevancia".
Hugh Jackman añade: "En las dos primeras películas, Lobezno se debate entre unirse a los X-Men o seguir siendo fiel a su naturaleza y seguir siendo un solitario. En X-MEN: LA DECISIÓN FINAL, esa duda es más si ha de jugar o no un papel como líder de los X-Men. Eso pone el listón mucho más alto, lo que era esencial, porque pienso que si vas a hacer una secuela, lo que quieres es hacerlo mejor o ir más lejos. Esta película me permitió hacerlo".