El dos veces ganador de un Oscar® Tom Hanks ("Forrest Gump", "Philadelphia") encabeza el reparto de "Camino a la perdición", bajo la dirección del oscarizado director Sam Mendes ("American Beauty").
"Camino a la perdición" cuenta también en su reparto con la oscarizada leyenda de la pantalla Paul Newman ("El color del dinero"), el nominado al Oscar® Jude Law ("El talento de Mr. Ripley"), la nominada al Globo de Oro Jennifer Jason Leigh ("La Sra. Parker y el círculo vicioso"), el ganador de un Emmy y un Globo de Oro Stanley Tucci ("Winchell," "Conspiracy"), Daniel Craig ("Elizabeth"), el debutante Tyler Hoechlin y el joven actor Liam Aiken ("Quédate a mi lado").
El oscarizado Richard D. Zanuck ("Paseando a Miss Daisy"), Dean Zanuck y Sam Mendes producen "Camino a la perdición", mientras que Walter F. Parkes ("Gladiator") y Joan Bradshaw ("Naúfrago") son los productores ejecutivos. La película es dirigida por Sam Mendes sobre la base de un guión de David Self ("Trece días"), basado a su vez en el cómic escrito por Max Allan Collins e ilustrado por Richard Piers Rayner. "Camino a la perdición" es una coproducción de DreamWorks Pictures y Twentieth Century Fox; encargándose DreamWorks de la distribución en los Estados Unidos y Twentieth Century Fox del lanzamiento a nivel mundial.
"Camino a la perdición" es un título que tiene un doble significado. En sentido literal, Perdición es el nombre de una ciudad a la que se dirigen Michael Sullivan y su único hijo superviviente. Pero Perdición es también un eufemismo del Infierno y, en este sentido, Michael Sullivan reza para que pueda evitar a su hijo hacer ese viaje.
Tom Hanks, quien da vida a Michael Sullivan, señala: "El mensaje del Michael padre al Michael hijo es el de que él puede escoger el camino que va a seguir en la vida, pero que no elija el que él ha elegido, el camino que él ha seguido toda la vida. En un determinado momento de mi vida, decidí ir en una determinada dirección, y esto me llevó a la perdición".
El director y productor Sam Mendes está de acuerdo, y señala: "Michael Sullivan piensa que él se ha colocado en el camino al infierno. Ahora está luchando por el alma de su hijo. ¿Puede un hombre que ha llevado una mala vida lograr la redención a través de su hijo? Ésta es una de las cuestiones centrales que se suscitan en la película".
La película consiguió el Oscar a la mejor Fotografía de Conrad L. Hall.