Sadie (LUCY LIU) es una inquisitiva periodista que ha sabido por casualidad de la existencia de una secta que está poniéndose de moda entre los jóvenes más exclusivos de Los Angeles. Cuando empiezan a aparecer chicos muertos, ella comienza a investigar qué está ocurriendo. Durante sus pesquisas, ella misma cae víctima del cabecilla de la secta y sus brutales asesinatos y, desde ese momento, todo cambia.
Cuando Sadie se despierta en la oscuridad es cuando descubre que no está viva, pero que tampoco está muerta. Mientras explora los fondos más sórdidos de Los Angeles, sus nuevos sentidos comienzan a aflorartiene que saciar su hambre y su sed, y lo que necesita es sangre. ¿Cómo puede matar a gente inocente para satisfacer su ansia? ¿Por qué está viva cuando debería estar muerta?
El inspector Rawlins (MICHAEL CHIKLIS) ha perdido a su única hija a manos de la misma secta. Abrumado por su muerte, jura encontrar al asesino y obtener su venganza. Cuando Sadie se cruza en su destino, Rawlins cree en un primer momento que ella es la responsable de la muerte de su hija, pero pronto se dará cuenta de que Sadie le puede guiar a los verdaderos asesinos. Él y Sadie comparten una misma misión, acabar con la misma persona (o ser), así que deciden aunar sus fuerzas incluso a pesar de que, técnicamente, Sadie está tan muerta como la hija del propio Rawlins.
En su caza, Sadie y Rawlins llegan a un acuerdo. Su pacto es matar a todos los miembros de la secta con la esperanza de encontrar al líder y poner fin así a la matanza de inocentes.