Durante un concierto de música clásica en un anfiteatro, un niño de unos cuatro años, Valerio, sufre un fuerte ataque de asma y se desvanece. Sus padres intentan reanimarle, pero la vida del niño parece escapar.
A través de los ojos de Valerio, tanto espectadores como intérpretes desaparecen.
Se ha hecho un silencio absoluto. Valerio se incorpora y baja al escenario, vacío, con los instrumentos tirados. Cuando se dispone a posar la mano sobre un violín, se abre en un lado del escenario un pasillo con una luz blanca muy fuerte. Al entrar en la luz empieza a escuchar una música de violín. Valerio se vuelve y ve al director de la orquesta, Baltzer, tocando. Valerio sonríe y camina hacia él.
De nuevo en la grada, Valerio, con los angustiados padres sobre él, abre los ojos y empieza a respirar. El concierto continúa, ahora con toda la orquesta sumada al violín de Baltzer.
Veinte años después, Valerio ha sido uno de los cinco jóvenes talentos seleccionados ese año para el "Programa Baltzer". Es ahora un joven atractivo a cuyo talento musical se une una molesta carga: es víctima de visiones que distorsionan su percepción de la realidad. El asma tampoco le ha abandonado.
El seminario en el que va a participar, de un mes de duración, goza de un enorme prestigio. Lo imparte el propio Baltzer. Circula el rumor de que el genio retirado está componiendo la que será su obra cumbre, y busca entre los alumnos a aquel que le acompañará al violín en su regreso. La dureza de Baltzer, tanto en lo referente a las clases como a sus medidas para extremar las condiciones de aislamiento, hace que frecuentemente los alumnos no resistan el mes entero. Cuando, en su coche, Valerio se dirige a la casa-escuela de Baltzer, le pica una tarántula. Valerio tiene una visión: la de su propia y violenta muerte, y se desmaya.
Al despertar, horas después, está acostado en la habitación de la casa-escuela, un antiguo y aislado faro junto a un acantilado. Le atienden Miriam, una mujer de unos cincuenta años, y su hija, Eleonora, una muchacha de dieciocho años y sugestiva belleza, que ayuda a su madre en las tareas domésticas.
Por la noche, Valerio asiste a la primera clase. Los compañeros y rivales de Valerio son todos, como él, menores de veinticinco. La más joven es Vivien, de diecinueve años, inocente, casi naif. Riccardo es competitivo, ácido y soberbio. Elisabetta es guapa, ambiciosa y manipuladora. Marco es bromista, aunque torturado y contradictorio. En un ambiente cerrado, claustrofóbico, los alumnos empiezan a conocerse, y a conocer al tiránico Baltzer. Entretanto, Valerio tiene confusas visiones de lo que parece ser el suicidio de una mujer, o, tal vez, su asesinato. Mientras, entre él y Eleonora se ha establecido una fuerte atracción.
Para Valerio la situación se vuelve dramática cuando cree haber visto el cuerpo sin vida de Vivien en el mar. Todos creen que es otra de sus alucinaciones, y que la repentina ausencia de Vivien se debe a que no ha resistido la dureza del seminario. Valerio, objeto de burlas, comprende que sería inútil acudir a la policía, y duda de sus propias percepciones.
¿Están todos en peligro, o son sólo figuraciones de su mente enferma hipersensible? Su inquietud aumenta cuando Baltzer le revela la verdadera naturaleza de sus investigaciones, el verdadero propósito de su última y secreta composición musical, el verdadero motivo de la creación del "Programa Baltzer".
Valerio parece destinado a descubrir el terrible secreto que se esconde en el antiguo faro... si consigue no convertirse en la siguiente víctima.
AnastezsiDirigida por Miguel Alcantud