"ANTHONY ZIMMER gira en torno a un enigma, un misterio, que todo el equipo -no sólo yo, sino también los actores, los técnicos y los productores- nos hemos encargado de construir para mantener al público en vilo y sorprenderle. Por ese motivo, y con el fin de preservar el placer del descubrimiento, les agradeceríamos profundamente que no revelasen los secretos de los personajes. Les expresamos nuestro agradecimiento de antemano". - JÉRÔME SALLE

El director habla sobre el origen de la película: Tenía muchísimas ganas de realizar una película basándome en los esquemas tradicionales del cine. Una historia real con repercusiones múltiples. Pensaba que era mejor partir del cliché que alcanzarlo. Todo comienza con una situación bastante clásica a la par que sencilla: un hombre normal y corriente encuentra a una mujer sublime. Una mañana, llaman a su puerta y le disparan. La mujer desaparece. La buscará incansablemente para tratar de entender lo que le ocurre, pero sobre todo porque se ha enamorado de ella. Tenía en la cabeza dos o tres escenas que me gustaban, sobre todo la del encuentro en el tren. A Éric Jehelmann, de Fidélité, le había gustado mi cortometraje y me animó a trabajar en el guión. A partir de aquella situación inicial, fui construyendo la intriga. Realizar todos los cambios, idear las relaciones y los mecanismos de manipulación... Fue algo que me llevó mucho tiempo, más de un año, pero fue también muy emocionante. Para mí, era fundamental que, a pesar de lo complicado de la trama, la historia fuera coherente, lo suficiente como para poder verla una segunda vez".

Jérôme Salle habla sobre los actores: "Sophie Marceau descubrió el guión en cuanto lo acabé gracias a la labor de Alain Terzian. Evidentemente, me alegré muchísimo al enterarme de que una actriz de su categoría estaba interesada en mi historia. Sophie nunca había interpretado un papel de este tipo, pero cuando la conocí, supe inmediatamente que ella era la única actriz capaz de dar vida a Chiara. Y eso era algo que, por otra parte, me asustaba... Pero gracias a Sophie todo fue muy rápido. Apenas habían transcurrido tres meses desde nuestro primer encuentro y ya estábamos rodando. Sophie es una actriz muy generosa. Creo que está más bella que nunca, emana una feminidad, una elegancia y una energía únicas, algo que muy pocas actrices poseen. En ella convergen el encanto y la inteligencia. En esta película descubrimos una faceta desconocida. Encarna a una mujer fatal, enamorada, manipuladora, dividida entre sus sentimientos y su sentido del deber. Su papel exigía una gran contención. Solía pedirle que sacará a relucir lo que llevaba dentro, que controlara la escena. Le agradezco muchísimo que me escuchara y que siguiera mis indicaciones. Sophie es una estrella, una gran actriz y sin embargo está al servicio de la película y del realizador. ¡Y eso que mi experiencia es infinitamente inferior a la suya! En esta película, Sophie se muestra sexy, enigmática, fascinante y potencialmente peligrosa. Estoy muy orgulloso de que Sophie sea la actriz que inmortalice a Chiara". Sobre Yvan Attal: Por aquel entonces, Yvan estaba rodando en Nueva York una película con Sydney Pollack. Le envié el guión. No lo conocía en persona, sólo a través de sus películas. Cuando nos conocimos, ¡no lo pude tener más claro! Yvan encarna a la perfección al hombre de la calle, aportando al mismo tiempo una dimensión de misterio y de seducción. Consigue que nos identifiquemos plenamente con el personaje de François Taillandier, que compartamos con él todo lo que le ocurre. Experimentamos la intriga a través de François. Junto a él, nos sentimos fascinados por Chiara, junto a él, intentamos comprender qué sucede. Además, Yvan también podía aportar al personaje toda la complejidad necesaria, ya que se trata de un actor con una técnica interpretativa espectacular. Otro aspecto interesante es que Yvan y Sophie nunca habían rodado juntos. Para la primera escena decidí rodar su encuentro en el tren, cuando Chiara ve a François y decide seducirlo. Es ahí donde se origina realmente su relación. Sophie es una mujer excepcional y necesitábamos un hombre-actor que estuviera a su altura e Yvan reunía todos los requisitos. Congeniamos enseguida. Y espero que nuestra amistad se prolongue en el tiempo. Yvan es un actor magnífico pero también es un gran productor. Le apasiona el cine y siempre es un placer trabajar con él".

Sophie Marceau comenta: "Recuerdo que cuando descubrí el guión, me enamoré instantáneamente de la historia y de la precisión con la que estaba escrita. En pocas palabras, el guión de Jérôme Salle es una intriga muy interesante, con todos los cabos muy bien atados. Tenía una visión muy concreta, sabía perfectamente lo que quería contar y cómo. El proyecto también me sedujo porque, por primera vez, tenía la oportunidad de interpretar a una mujer fatal. Chiara es una mujer poco habladora, utiliza la seducción como arma y a medida que avanza la película comprendemos por qué. Tiene muchas cosas que ocultar, y lo que de verdad la mueve a actuar de esa forma no es lo que creemos".