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La vida perra de Juanita Narboni cartel reducidoLa vida perra de Juanita NarboniDirigida por Farida Benlyazid
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Intenciones del guión
La vida perra de Juanita Narboni es una adaptación cinematográfica de la novela del mismo título (publicada en 1976) del escritor tangerino Ángel Vázquez, que fue Premio Planeta en 1962. Se trata de una novela insólita en el panorama de la literatura española de su época tanto por su contenido como por sus aspectos formales, además de ser un objeto de culto para muchos lectores de habla castellana. El motivo del culto por esta obra tiene dos vertientes:

En el terreno lingüístico utiliza un castellano tangerino que fue la forma de expresión viva de una ciudad y una cultura. La protagonista y los otros personajes se expresan en el castellano tan particular de la orilla sur del Estrecho de Gibraltar, donde todavía existen viejos giros sefarditas.

Y como historia contada es el monólogo sin tregua de una solterona solitaria, Juanita, hija de padre inglés de Gibraltar y de madre andaluza, que ha crecido entre sefarditas, franceses, ingleses y una gran colonia española.

Pero pese a la tristeza del monólogo, al drama de la historia, Ángel Vázquez le dio a su obra un humor, una vitalidad y la descripción precisa de una forma de vida, la de los viejos tangerinos, que dotan a la novela y al personaje de un halo de magia y de misterio que arrastra al lector.

La novela contiene elementos suficientes para hacer un guión. El elemento fundamental es el paralelismo entre la vida de Juanita y el devenir de la ciudad de Tánger.

La novela es un monólogo, por lo que la fidelidad a la misma es imposible ya que exigiría la presencia continua de una voz en off. Pero rebuscando en la novela se ha podido encontrar tramas suficientes para abandonar el monólogo original a la vez que mantener el punto de vista de Juanita que es el que nos cuenta toda la historia.

Llevar al cine esta espléndida novela de la literatura española del siglo XX, puede colaborar a descubrir la riqueza cultural de una ciudad, de una época y de unos personajes que parecen haberse perdido en la memoria histórica del viejo continente.

Notas de la directora
Ángel Vázquez me regaló su libro La vida perra de Juanita Narboni hace más de veinte años. Lo leí de una sentada en el Talgo que desde Madrid me llevaba de vuelta a París, donde yo estudiaba. Me conmovieron la exactitud y la sutileza con las que retrató a Tánger, la ciudad de las mil caras, y a su gente que, hasta ahora, siguen viviendo en un sueño despierto.

En el libro se habla de mito, de magia, incluso de locura...

Desde entonces, esa novela me obsesiona. Con Gerardo Bellod y su mujer, Guigui, a lo largo de muchos veranos, siempre hemos hablado de Juanita como si se tratara de un miembro más de la familia, riéndonos de sus extravagancias, compadeciéndonos de su patetismo que, como el de esta ciudad, no deja de atormentarnos. Como dice el refrán popular tangerino: "Tánger llora a los que no la conocen y los que la conocen la lloran".

La ciudad puede ser pretenciosa, estar a dos dedos de hacer el ridículo, como aquella rana de la fábula que se quería más gorda que el buey. La comedia humana se despliega a cara descubierta, la quintaesencia de lo efímero se puede palpar en lo que dura una risa divertida, en la complicidad de un demiurgo burlón.

El viento de levante erosiona las apariencias e, incansablemente, vuelve a dejar los mecanismos al desnudo, arrojándoles a los seres su destino a la cara.

¿Cómo traducir todo esto en imágenes...?

Como me interesan los desafíos, pensé que ¡por qué no ése!

Por qué no una película adaptada de la novela de Ángel Vázquez, ese "pobre Ángel" que dejó Tánger sin gloria, para poder describirla mejor y acceder así a la gloria póstuma. En el verano del 2001, con motivo de un almuerzo organizado por Malika MŽbarek en Tánger, me agradó enterarme por otra tangerina, Nadia Benabid, que ésta estaba traduciendo la novela al inglés para unos editores americanos, y Juan Goytisolo, presente también, dijo que Ángel Vázquez no había tenido el reconocimiento que se merecía por esa obra única en la literatura española.

Tuve la sensación de verme confortada en mi elección ya que hacía dos años le encargué a Gerardo Bellod que adaptara la novela a guión.

No era tarea fácil pero confiaba en sus conocimientos literarios y cinematográficos así como en su pasión por Tánger y por Juanita.

La primera dificultad, con la que el guionista se encontró, estribaba en el monólogo de la protagonista, absolutamente excepcional en el texto, pero perfectamente inadecuado para la imagen, ya que cada lenguaje tiene su propia sintaxis. Gerardo Bellod, sin eliminar del todo el monólogo, principalmente se sirvió de él para realizar las variaciones en el ritmo de la narración.

A través de Juanita, Tánger funciona como un espejo, y viceversa. A su juventud corresponde una ciudad de fiestas y bailes, con todo el oropel de su edad de oro. A su vejez, una ciudad abandonada, olvidada, que se alimenta sólo del recuerdo.

Los personajes secundarios dan buena cuenta de las distintas comunidades que habitaban esta ciudad en la encrucijada de mares y continentes. Un modelo de convivencia entre razas, religiones y culturas.

Farida Benlyazid

Notas de la actriz protagonista
La vida Perra de Juanita Narboni ha sido para mí una experiencia maravillosa. Gracias a esta película he tenido la oportunidad de descubrir una de las novelas más apasionantes y desconocidas de nuestra literatura contemporánea. Me la regaló Mar Villaespesa y cuando la leí me dejó fascinada. Ese lenguaje, esa manera que tiene Ángel Vázquez de sumergirte en el mundo de Juanita, con su soledad, su represión, sus lagunas mentales, su moral, sus miedos y sus complejos. Inmediatamente se la recomendé a todos mis amigos y a ninguno dejó indiferente. Juanita era un personaje complejo y lleno de matices, con carácter, con amargura pero tierno a la vez, vamos, uno de esos personajes que cualquier actriz soñaría con interpretar. Pero Juanita era más que todo eso, era la memoria de una cuidad y de una época irrepetible, Juanita era Tánger. Sentí una gran responsabilidad, un personaje así de intenso, con esa manera de hablar tan especial suponía un gran reto como actriz, pero para mí Juanita era una desconocida y no quería defraudar a todos esos tangerinos que sentían a Juanita como parte de la familia. Antes de empezar el rodaje visitamos en Madrid a Emilio Sanz de Soto, tangerino y gran amigo del autor. Fue una charla maravillosa, cinco horas que se me pasaron volando, Emilio me impregnó de Tánger y me contagió de su pasión por Juanita, contar con su aprobación fue una inyección de seguridad imprescindible para enfrentarme a ella. La verdad es que no tuvieron que convencerme nada para hacer esta película, Juanita me enamoró, me convenció por ella misma y por la pura pasión y entusiasmo que provoca en gente como Emilio, Alcaine.

El rodaje de la película fue igual de intenso y apasionante que Juanita. Disponíamos de muy pocas semanas para llevar a cabo un guión con mucho texto y bastante complejo, había que trabajar muy rápido contando con la dificultad que supone trabajar en una ciudad donde el silencio no existe y con un equipo que hablaba parte en español, parte en francés y parte en árabe. Todavía no me explico cómo logramos entendernos. Por otro lado recuperar un Tánger ya desaparecido no era tarea fácil. Realmente ha sido un rodaje muy duro y lleno de dificultades pero rebosante de pasión por parte de todos y cada uno de los que hemos hecho esta película. Pasión por Juanita y pasión por Tánger.

Mariola Fuentes