La visión de los productores
Los Cursis: Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro, Alejandro González Iñárritu
Ay, madre, un pelín cursi sí que soy (AC)
Alfonso Cuarón (AC): Rudo y Cursi es un drama con un elemento trágico, pero Carlos (Cuarón) ha sabido añadirle un generoso toque de humor. Por eso es fácil confundirlo con una comedia, porque el guión es agradable, divertido, alegre y hace reír. Creo que el tema principal de esta historia es la relación entre los dos hermanos. Es la historia de una rivalidad que nace de la necesidad de ser aceptados por la madre. Creo que nuestra película, me refiero a Carlos y a mí, es autobiográfica en muchos aspectos, no desde el punto de vista anecdótico, sino del emocional. No me parece que Rudo y Cursi describa la relación de Carlos con uno de sus hermanos, sino más bien de dos partes que coexisten dentro de Carlos: por una parte es un tipo duro y rudo, y por otra es un llorón y un cursi.
Alejandro González Iñárritu (AGI): Personalmente, me atrae mucho la rivalidad entre hermanos. Esta es una historia universal que gira alrededor del deporte más popular del planeta: el fútbol. Por el fútbol, los dos hermanos emprenden caminos distintos, discuten, tiene diferentes visiones de la vida, y todo acaba en un conflicto a vida o muerte, casi como Caín y Abel. Es un tema que siempre me ha interesado y aquí se desarrolla en el seno de una familia, el contexto que mejor se presta a la tragedia. La historia ofrece la oportunidad de observar a dos hermanos con trayectorias paralelas y con un desarrollo totalmente diferente. El universo donde se mueven es mucho más complejo que el rural o el urbano porque es una mezcla de ambos. La emigración a Ciudad de México sigue alimentada por el sueño de conquistar la fama y el poder. Y cada día, la desilusión es más patente.
Guillermo del Toro (GdT): El desarrollo de Rudo y Cursi fue largo y misterioso. Lo mejor es que durante ese periodo, nos dimos cuenta de que el único que conocía la historia en todos sus recovecos era Carlos; sólo él podía dirigirla. Es dueño y señor de la historia y del tono de la misma. Otra cosa que me gusta mucho es que el ritmo narrativo sea tan diferente del que utiliza Alfonso. La película es de una simpleza engañosa. La fotografía y la dirección de actores es muy sabia, pero es engañosa en su naturalidad. Con eso quiero decir que Carlos, al dirigir su primera película, ha sido capaz de incluir toda la sagacidad, humor mordaz y emotividad que destilaba el guión. Me ha asombrado la madurez de la que ha hecho gala.
(AC): Todo empezó cuando Carlos me dijo que quería dirigir esta película y me pidió que le ayudara a producirla. Dicho eso, mi colaboración con Carlos no habría cambiado aunque no hubiese producido la película. Pero la contribución de Alejandro González y de Guillermo del Toro fue decisiva. Intentamos crear un espacio en el que Carlos tuviera las herramientas necesarias y el ambiente creativo adecuado. Y eso me enorgullece como productor. He producido numerosas películas y siempre he intentado hacerlo tal como a mí me gustaría que me produjeran una película. En otras palabras, disponer de las herramientas necesarias, estar tranquilo y tener a alguien con quien intercambiar ideas creativas. La primera idea de Carlos era hacer una película poco convencional. Cuando además de guionista, optó por la silla de director, se hizo responsable del idioma cinematográfico de la película, del idioma visual de la narración. Desde el principio, definió el ritmo de la cámara. Quería acercarse mucho a las escenas que describía, lo que implica un peligro ya que se dispone de menos libertad de movimiento a la hora de montar. Sin embargo, me parece que así se crean las mejores películas, porque hay una intención cinematográfica y cada fotograma tiene sentido.
(AGI): Hace mucho que conozco a Carlos y siempre he admirado su inteligencia y sentido del humor. Sus guiones y cortos son una prueba de su talento. Tiene una visión muy clara de la puesta en escena, de los objetivos dramáticos y sabe contar esos objetivos no sólo con palabras, sino también con imágenes. Es un realizador que quiere exponer un universo de un modo que sólo él puede hacer. Sorprende, al leer un guión suyo, descubrir que un comentario en apariencia frívolo traspasa la "superficialidad" para meterse en lo más profundo de los seres humanos. Sabe hacer uso de la economía de emociones, una virtud de la comedia inteligente. Nunca le dice al espectador qué debe ver o sentir; deja que lo encuentre en la imagen porque ofrece un retrato del mundo tal cual es. No es una película realista, es auténtica.
(GdT): Una de las primeras decisiones de Carlos, y quizá lo que despertó mi interés en la película, es que no era una película que giraría alrededor del fútbol. Pero a pesar de esa ausencia, estaría muy presente en la vida de los personajes. La larga sombra del deporte penetra en la vida de todos los personajes. Es un elemento de gran importancia. Todos sienten la presencia del fútbol, aunque no se vea. Lo mismo ocurre con el tema de la corrupción. La película contiene un comentario social incisivo, pero está incorporado armónicamente sin que sobresalga un tema en concreto.
(AC): Este proyecto también ha sido una celebración de la amistad. Para Alejandro, para Guillermo y para mí ha sido un momento muy importante porque es el primer largo de Cha Cha Chá, la productora que fundamos juntos. Hemos colaborado en numerosos proyectos con anterioridad, pero nunca oficialmente. Gael y Diego son otra parte esencial de la película, y de la familia. El guión era la perfecta excusa para reunirlos de nuevo y, de paso, reunir a toda la familia.
(AGI): Esta película ha sido un proceso recíproco en el que todos hemos aprendido de todos. Es como trabajar en familia. Carlos siempre me ha ayudado con los guiones.
(GdT): Todos pertenecemos a la misma hermandad porque todos salimos de la misma formación cinematográfica. Nos caemos bien. En cierto modo, tenemos gustos cinematográficos muy similares. Me parece muy honrado que sea una película de hermanos hecha por hermanos.
Las Rudas: Frida Torresblanco (producción)
Me parece más interesante ser ruda que cursi.
Rudo y Cursi fue un auténtico reto en cuanto a la producción. Es un primer largo muy complejo, donde sobresale claramente el talento de Carlos Cuarón. Dispusimos de poco tiempo para la preproducción, y el presupuesto no era muy elevado. Sin embargo, se trataba de una producción sofisticada con efectos especiales, miles de extras para los partidos de fútbol, muchos personajes y cuatro semanas de rodaje en exteriores, tres de ellas en la playa. Creo que hemos conseguido reunir con éxito la osada visión de un director novel con una excelente producción. Conocidos proveedores como Double Negative y Deluxe, que no suelen involucrarse en proyectos de presupuesto reducido, aceptaron rebajar sus precios porque se enamoraron del guión de Carlos y, posteriormente, de la particular atmósfera creada por el diseño de producción de Eugenio Caballero y la fotografía de Adam Kimmel.
Tita Lombardo (Directora de producción)
Me consideraba ruda, pero durante el rodaje me comporté como una auténtica cursi.
Reconozco que la producción fue más ruda que cursi. Créanme si les digo que trabajar con El Negro (Alejandro González Iñárritu) es duro. No se trataba del tamaño, sino de la intensidad del proyecto, desde el tema hasta la realización. Todo fue sobre ruedas y dimos lo mejor de nosotros mismos. Era muy armonioso, pero también muy duro. Durante la preproducción, cada vez que conseguía algo, otra cosa se caía. Me parecía imposible conseguir que todas las piezas encajasen. Pero durante el rodaje empezó a funcionar; aun así, necesité mucha resistencia. Como en un partido de fútbol, cuando el jugador está agotado en el minuto 38, pero sabe que pronto llegará el final de la primera parte y no pierde nada de su energía.
El concepto de "Rudo y Cursi" nació durante un viaje que Carlos y yo hicimos cuando él tenía 20 años y yo, 25. Nos lanzamos a la carretera porque Carlos no había estado en el desierto. Nos llevamos el Nissan de la familia, al que debíamos empujar para que arrancase. Primero fuimos a San Luis Potosí. Al llegar, Carlos me preguntó:
Ya, pero ¿dónde están las dunas?
¿Qué dunas? Para eso hay que ir al desierto de Chihuahua.
Bueno, vamos a ver las dunas.
Pero Chihuahua queda a un día y medio.
Bueno, hemos llegado hasta aquí, vamos.
Eso hicimos y vimos las dunas. Mirando el mapa nos dimos cuenta de que estábamos casi en la frontera con Arizona, y a un día y medio del Gran Cañón, así que allá fuimos. Carlos llevaba pantalones vaqueros, una chaqueta vaquera y un sombrero vaquero (a veces sigue usándolo cuando rueda), y gafas de sol. Se le ocurrió trepar por una roca. Entonces aparecieron dos gruinguitos de unos 12 años. Se detuvieron para observar a Carlos y dijeron:
¡Guau! Mira qué tío tan rudo (duro).
No, es cursi (gracioso).
Y siguieron andando.
La visión del director
Carlos Cuarón (Cursi)
Rudo y Cursi ha sido, literalmente, un proyecto familiar, ya que uno de los productores (Alfonso Cuarón) es mi hermano y los otros dos (Alejandro González Iñárritu y Guillermo del Toro) son amigos muy queridos. Diego y Gael son mis colegas y los miembros del equipo se convirtieron en parientes creativos. Fundamos una gran familia unida por la misma causa. Alejandro, Guillermo y Alfonso me explicaron todo lo que podía pasar y todo lo que podía sentir durante el rodaje de mi primer largometraje. Diego y Gael me explicaron y ofrecieron opciones en cuanto a su interpretación. En otras palabras, fui un realizador muy protegido.
No se puede pedir más si los productores entienden la creatividad de la realización y están dispuestos a dar valiosos consejos gracias a su talento y experiencia. Es disfrutar de lo mejor de ambos mundos. No sólo son capaces de financiar un proyecto y ocuparse de la logística, sino de hacer comentarios constructivos y creativos.
En cuanto al director de fotografía, pensé en varios mexicanos con los que había trabajado antes, pero ninguno estaba libre. Cuando lo hablé con los productores, me dijeron: "Deja de pensar en español, tienes el mundo delante", un comentario genial que define bien su filosofía. Adam Kimmel es uno de los directores de fotografía con los que hablé y ofreció muchas sugerencias. Es un genio de la iluminación.
Hacía tiempo que quería trabajar con Eugenio Caballero (director de producción). Había hablado con él unos meses antes, pero no me había tomado muy en serio. Estaba ocupado con su nominación al Oscar. Le mandé el guión antes de que se desplazara a la ceremonia. A su regreso me llamó para decirme que le había parecido fantástico y que quería hacer la película. Nos pusimos manos a la obra un par de días después. Gracias a su trabajo y al de su equipo, así como al de las diseñadoras de vestuario Annaí Ramos y Ana Terrazas, pudimos recrear con autenticidad la atmósfera de la historia.
Había escuchado música de Felipe Pérez Santiago (compositor) cuando escribía el guión. Fue en el coche. Puse la radio y escuché algo moderno y distinto de un "joven compositor mexicano". En la posproducción, le pedí a Annette Fradera (supervisora de música) que me pusiera en contacto con Felipe porque intuía que tendría una propuesta interesante. Me gustaba la idea de contar con un músico poco conocido, que compusiera música de cámara y electroacústica. Le pedí que sonara como un concierto para cuerda y acordeón. Fue arriesgado, pero salió bien.
Diego y Gael dieron lo mejor de sí mismos a los personajes. Fue increíble verles surgir de la nada, tenerlos delante en carne y hueso, a pesar de ser tan distintos de los actores. Les sorprendió el papel que le había asignado a cada uno, porque Gael dijo que se sentía más Rudo, y Diego, más Cursi, pero esa era la razón por la que lo había hecho. Quería que interpretaran en contra de su naturaleza.
Guillermo Francella ("Batuta") es el mejor y más famoso cómico de Buenos Aires. Me sorprendió que aceptara ser parte del proceso de casting, y aún más su gran humildad a la hora de trabajar. Entendió inmediatamente que no buscaba a Francella el cómico, sino a Francella el actor. Creó un Batuta realista de principio a fin.
Para el resto del elenco, busqué caras diferentes, ya que los tres papeles principales son muy reconocibles. Cuando le dije a Dolores Heredia (Elvira) que quería convertirla en una mujer de la costa con mucho carácter y el pelo blanco, estuvo encantada porque no tiene nada que ver con los personajes que suele interpretar. Buscaba actores y actrices que no fueran muy conocidos. Tuve la suerte de encontrar a Adriana Paz (Toña), una excelente actriz de teatro. Jessica Mas (Maya) había trabajado en televisión, pero yo no había visto nada suyo. Tiene un rostro diferente. Lo mismo pasó con el resto del reparto: quería que transmitieran la autenticidad del guión de Rudo y Cursi.
La película está montada con cambios de plano limpios para comunicar una sensación de realismo. Cuantas más complicaciones, menos auténtico, por eso las evité siempre que fuera posible. Al principio me baso en panorámicas, pero según avanza la historia, hay menos. En el tercer acto, uso los cambios de plano para acercarnos a los personajes. Las tomas son más panorámicas en la plantación de plátanos, y según avanza la historia, la cámara se acerca cada vez más. Es una realización formal. En la sala de montaje (a cargo de Alex Rodríguez), nuestra intención fue mantener el ritmo, que la película no dejara tiempo ni para respirar.
El trabajo creativo no es lo que uno imagina. Al empezar se tiene una idea de lo que debe ser la obra (libro o película), pero en realidad va naciendo cada día. Mientras escribía y dirigía, veía imágenes, pero carecía de expectativas concretas porque vivía el momento de la creación, no existía nada más.
La visión del guionista
Carlos Cuarón (Rudo)
Decir que la vida es como el fútbol, es casi un lugar común. En la vida hay penaltis, corners, faltas... Puede decirse que es un reflejo de la sociedad, un microcosmos de lo que pasa en el mundo. En este caso, el fútbol es una metáfora de la vida, y la vida, una metáfora del fútbol. Intenté hacer un retrato fiel de la sociedad mexicana. Para mí, Rudo y Cursi es un drama realista más que una comedia, pero da la casualidad de que contiene mucho sentido del humor.
Concebí Rudo y Cursi como un falso documental acerca de Tato, un jugador de orígenes humildes que alcanza la gloria en el fútbol profesional, pero desaparece de forma misteriosa y se convierte en leyenda. Cuando se lo conté a Diego y a Gael, los dos quisieron el papel de Tato, lo que me complació mucho. El problema era que sólo había un personaje. Me di cuenta de que si quería volver a trabajar con ellos, debía crear otro personaje. Lo primero que me vino a la mente fue la imagen de dos futbolistas resolviendo un drama íntimo antes de tirar un penalti en un estadio lleno. Pensé, ¿por qué no pueden ser hermanos? Y empecé a construir la historia desde el final.
Mi proceso creativo siempre es caótico, no sigo un orden predeterminado. Ordeno las ideas según me vienen. La escritura del guión fue muy complicada, tan complicada como la producción. Escribir me cuesta y dirigir también. Disfruto con ambos procesos, pero son difíciles. Tuve que reescribir escenas en momentos extraños durante una preproducción muy intensa simplemente porque no quedaba más remedio. El proceso es muy diferente si el guionista descubre la historia o si lo hace el realizador. Para el primero, es un hecho literario dramático y consecuente; para el segundo, la cuestión que se plantea es cómo llevarlo a cabo.
Espero que la honradez y la autenticidad sean las dos cualidades que atraigan al público a los cines. La película se basa en un concepto único que trata de un tema universal, los hermanos. La historia está contada en un contexto muy rico: la plantación de plátanos, la costa, y la aproximación del lado claro y el lado oscuro del fútbol de este país. Pero eso sí, no es una película sobre el deporte.
La visión de los actores
Gael García Bernal (Rudo) es Tato "Cursi" Verdusco
Diego Luna (Cursi) es Beto "Rudo" Verdusco
Trabajar con Diego y Gael equivale a ahorrarse 25 años de ensayos porque hace 25 años que se conocen y casi se comunican por telepatía. - Alfonso Cuarón
Gabriel García Bernal (GGB): En realidad, ambos personajes tienen una fuerte dualidad. Me parece que Tato "Cursi" acaba siendo mucho más rudo que Beto "Rudo". Es cursi porque le gusta la música, la magia y es apasionado. Quiere ser alguien, ser famoso, ganar dinero, ganarse el amor de su madre, dejar de trabajar en la plantación y, sobre todo, cantar. Quiere alcanzar la fama cantando. Es un maravilloso jugador de fútbol. Tiene mucho talento, pero el deporte no le apasiona. Lo pasé muy bien jugando con estos elementos.
Diego Luna (DL): Me llevó algún tiempo descubrir el personaje y encontrar las referencias que me permitieran encariñarme con él. Me ayudó mucho el viaje que hicimos a Cihuatlán (en el estado de Jalisco) para hablar con trabajadores de las plantaciones de plátanos. Nos contaron su rutina y entendimos de dónde provenían nuestros personajes. Era vital descubrir la base del personaje: encontrar el tartamudeo justo, la inseguridad causada por la constante lucha para ser aceptado por su madre, porque Beto siente que su madre nunca le ha reconocido. Se le tacha de rudo, pero en realidad es un ser cariñoso que sólo tiene una debilidad: apostar. Es un papel muy diferente de los que he hecho hasta ahora. Me entusiasmó ponerme en sus zapatos porque lo vive todo con mucha intensidad.
(GGB): El fútbol es una plataforma maravillosa para encontrar metáforas de la vida desde cualquier ángulo. Además, el drama del juego me divierte, ver esas batallas perfectas que son los partidos. Me entrené y conseguí hacerme con cierta habilidad futbolística (muy poca), aunque me sirvió para parecer un jugador auténtico. También estudié acordeón y aprendí algunas canciones, sobre todo para familiarizarme con un instrumento tan complicado. Ahora espero seguir aprendiendo, porque me enganchó.
(DL): El fútbol me parece una terapia maravillosa. Juego dos veces a la semana y me hace feliz. Pero nunca había jugado de portero. Soy de los que cierran los ojos cuando ven llegar la pelota. No me gusta la portería y lo que representa. Los porteros siempre están mal vistos y nunca se les reconoce su trabajo. El portero no es glamuroso. Pero no he sentido, como en otras películas, que el rodaje fuera duro. No necesitaba poner el despertador, me despertaba solo.
(GGB): Rudo y Cursi es una historia increíblemente completa y compleja. Después de Y tu mamá también, siempre había tenido ganas de volver a trabajar con Alfonso, Carlos y Diego. En esta película todo ha sido emocionalmente positivo, desde el primer viaje creativo, donde intercambiamos ideas, hasta el montaje final. Me gusta este tipo de películas donde no hay buenos ni malos, donde no se sigue un precepto comercial. Es una película libre y honrada. No se trabaja a menudo con un guión tan bueno, con una historia tan atractiva y fresca. Su fuerza singular está presente de principio a fin.
(DL): El guión estaba escrito a la perfección y el desarrollo de los personajes era muy claro. Primero me atrajo como espectador. Es una historia fuerte porque todos tenemos un hermano, sea de sangre o por elección. Carlos ha dirigido su primera película en el momento oportuno. Estaba mejor preparado que cualquiera porque hacía años que tenía la historia en la cabeza y sabía lo que quería. Cuando le gusta la encarnación del personaje, da mucha libertad al actor. Cada día había sitio para añadir cosas nuevas, algo muy alentador para un actor.
Guillermo Francella (Cursi) es "Batuta"
Rudo y Cursi me pareció muy interesante como actor. Me encantó el guión, el contenido, la estructura, los personajes. Es una preciosa historia a prueba de balas, que nace del corazón, acerca de la sólida relación que une a dos hermanos que pasan por diversas etapas. Interpreto al tercero en discordia. Me pareció un papel jugoso, atractivo, al que se le podía hincar el diente. Ha sido muy gratificante.
Mi personaje no ha tenido suerte. Es hijo de una prostituta y se ha separado de su mujer. Tiene hijos a los que nunca ve y nunca manda dinero. Sin embargo, no entiende que haya perdido la custodia de sus hijos. Siempre busca algo más. Es atrevido, carismático y un granuja. Se comporta como un encantador de serpientes porque sabe que ha encontrado a dos diamantes en bruto. Se lleva a los chicos, los protege y actúa como un padre, pero también es un lobo porque sabe que pueden hacerle ganar mucho dinero. Tiene un aura intensa y atractiva. Me encantó encarnar a Batuta.
Desde que soy niño, el fútbol juega un papel importante en mi vida. Conozco personalmente a muchos entrenadores, jugadores y propietarios de equipos con quien voy a comer o a tomar café. Me gusta el mundo de los futbolistas. La alegría del que se va a jugar al extranjero, la tristeza del pobre que no consigue salir del club donde empezó. También conozco a hombres como "Batuta", y en parte me he basado en ellos para construir el personaje.
Trabajar con Carlos es estar movilizado. Me encanta su personalidad y su seguridad. Sabía lo que quería y sabía quién era Batuta. Es un hombre cariñoso y sabio. Es muy respetuoso. A pesar de saber lo que quiere, siempre está dispuesto a escuchar otra opinión. Por ejemplo, le dije que en Argentina ciertas cosas se decían de otro modo y no dudó en cambiarlas. Me dio muchos motivos para confiar en él, del mismo modo que confió en mí.
Dolores Heredia (Cursi) es Elvira
Me llamaron para decirme que Carlos quería que hiciera una prueba. Estaba preocupado por cómo me enfrentaría al papel emocional y físicamente. Debía interpretar a la madre de dos chicos que ya no son tan jóvenes. La primera prueba fue con Gael y con Diego, y me lo pasé muy bien. Pero la mente del director siempre es un misterio y tuve que hacer una segunda prueba, cosa que no me parecía necesaria ya que me sentía capaz y muy dispuesta a encarnar el papel. Desde el principio tuvo una idea muy clara de mi caracterización; debía interpretar a una mujer que no se me parecía en absoluto.
Estoy acostumbrada a trabajar en películas con temas intensos y profundos, por eso me gustó mucho el guión. Trata de la fuerza de la relación entre dos hermanos, vista desde todos los prismas, y de las extrañas emociones que surgen entre ellos, rivalidad y envidia, amor y odio. Esos dos hermanos tienen muchos más hermanos y hermanas de diferentes padres. La madre es bastante joven aún y se trata de crear un núcleo familiar con esos elementos. Pero más que nada, y seré honrada, me apetecía trabajar con Carlos.
Elvira es un personaje muy rico. Si fuera una obra de teatro, me encantaría interpretarla cada noche. Es muy libre. Es una mujer del pueblo, sincera, aunque sabe usar trucos. Tiene ocho hijos, ha tenido muchos maridos y sigue buscando el amor de su vida. Me recuerda a mis tías de Sinaloa. Supongo que me inspiró la cultura del delantal, en la que las mujeres siempre parecen salir de la cocina. Carlos me pidió que me tiñera el pelo de color naranja amarillento. Me sorprendió lo rápido que me acostumbré a verme así en el espejo.
Me ha gustado trabajar con Carlos. Me he sentido protegida, cuidada y bien dirigida. Diego y Gael son encantadores. Trabajar con el resto de los niños que no eran actores profesionales ha sido fantástico. Captaron el acercamiento básico con mucha rapidez y me recordaron las bases que apoyan nuestro trabajo y de las que me había olvidado.
Adriana Paz (Ruda) es Toña
Llevé mis fotos a Manuel Teil para el casting de una película, y me preguntó si quería probar suerte con la primera película de Carlos Cuarón. La segunda prueba la hice con Carlos y Diego. Poco después me llamó para decirme que había conseguido el papel de Toña.
Me enteré de que Gael también era parte del proyecto un poco antes de marcharnos a Cihuatlán. Una vez allí, me encontré con todo el reparto y el equipo técnico, y sentí una gran alegría al poder trabajar con ellos. Fue un reto porque nunca había trabajado con un equipo tan selecto, en un proyecto con tantas expectativas y con un personaje como el mío. A medida que pasaban los días, era más consciente de eso y estaba más nerviosa. Por suerte, todos me ayudaron, y después del primer día de rodaje, me relajé.
Mi personaje no tiene pelos en la lengua, pero a veces acaba por rendirse debido a su educación. No es el arquetipo de la mujer mexicana a la que se puede pisotear. Es una joven esposa y madre con un carácter fuerte que quiere mucho a su familia. Ese amor le da la fuerza necesaria para seguir adelante pase lo que pase. Por ejemplo, vive con su suegra, con la que no se lleva muy bien, pero el amor que siente por su marido le permite superar esa dificultad y convertirse en una mujer que, a su vez, apoyará a su marido y a sus hijos.
Para concluir, ha sido mi mayor experiencia y mi primera gran oportunidad. Ha habido momentos de tensión, pero me han permitido aprender, y me llevo recuerdos maravillosos de esta experiencia.
Jessica Mas (Cursi) es Maya
Fui cursi antes que ruda.
Soy muy romántica y muestro demasiado mis sentimientos.
Nunca he sabido mucho de fútbol, pero reconozco que la pasión que despierta este deporte no existe en ningún otro. Y eso me gusta porque deberíamos ser así en la vida real, apasionados por lo que nos gusta. Es un buen elemento para la película porque es uno de los deportes más vistos en todo el mundo. Lo bueno del fútbol es que puede pasar cualquier cosa, nunca se sabe hasta el pitido final. Ocurre lo mismo en la película, nunca se sabe con qué va a sorprendernos. Me ha gustado porque es realista, he disfrutado mucho. Carlos Cuarón es una persona de las que otras muchas podrían aprender algo. Es exigente, como otros directores, para conseguir lo que quiere, pero tiene algo que otros no tienen: sabe dar libertad. Quiere saber tu opinión, cómo te comportarías en una escena similar en la vida cotidiana. Como actriz, te hace sentir muy cómoda.