Daniel (Miguel Ángel Silvestre) es un joven boxeador. En varias ocasiones ha estado cerca de conseguir el Título Nacional, su máxima ilusión, pero su estilo de pelea defensivo y poco arriesgado le ha frenado. Daniel se ve involucrado en un asesinato, lo que le une de manera destructiva a Guillermo (José Coronado), un policía corrupto y atormentado por su homosexualidad.
Daniel se convierte en otra persona tras su paso por la cárcel. Guillermo le obliga a matar a Manuel (Carlos Kaniovsky), un preso de pasado turbio. Los remordimientos tras el asesinato son terribles, pero al mismo tiempo siente una fuerte atracción por Raquel (Belén López), la viuda del preso al que asesinó. Estas circunstancias modifican de manera radical e inesperada el carácter de Daniel como persona y boxeador. La mirada desconfiada de su entrenador (Federico Luppi), tras su paso por la cárcel, aumenta al contemplar su cambio. Los roces se suceden y el entrenador le pide que se vaya después de un último combate.
La peligrosa relación que mantiene con Raquel, provoca los celos de Guillermo, que se siente irremediablemente atraído por Daniel.
Guillermo intenta interferir para que Daniel no pelee en su último combate, amenazándole de muerte, pero Daniel no tiene ninguna intención de prescindir de las dos cosas que le liberan de su pecado, el boxeo y su combate final y la relación con Raquel.
Una sensación de temor recorre el cuerpo de Daniel al entrar de nuevo en un ring. Mientras el público le vitorea, percibe la mirada de Guillermo, incapaz de cumplir su amenaza y la de una enamorada Raquel.
La paradoja surge: buscando la redención ha conseguido el triunfo. Su entrenador también le aplaude, no quiere que se vaya. Le propone volver a intentar lograr el Título Nacional. Su vida empieza de nuevo, como si nada hubiera ocurrido.
Sólo dos rémoras le apartan de su sueño de olvido. Guillermo, un hombre al que no sabe si debe temer y Raquel, una mujer a la que no sabe si quiere amar.
La distanciaDirigida por Iñaki Dorronsoro