Los oscarizados actores TOM HANKS (Forrest Gump, Philadelphia), JULIA ROBERTS (Erin Brockovich, Closer) y PHILIP SEYMOUR HOFFMAN (Truman Capote, The Savages) se unen al también oscarizado director MIKE NICHOLS (Closer, El graduado) y al guionista AARON SORKIN, premiado por los Emmy (Algunos hombres buenos, la serie "El ala oeste de la Casa Blanca"), para llevar la novela de GEORGE CRILE a la gran pantalla.
Para recrear el mundo de principios de los años ochenta de La guerra de Charlie Wilson los cineastas han reunido a un equipo creativo que incluye a STEPHEN GOLDBLATT (Closer, El príncipe de las mareas); el diseñador de producción VICTOR KEMPSTER (Corrupción en Miami, Un domingo cualquiera); el compositor JAMES NEWTON HOWARD (King Kong, Michael Clayton); el dos veces oscarizado diseñador de vestuario ALBERT WOLSKY (Across the Universe, Bugsy); el dos veces oscarizado supervisor de efectos visuales RICHARD EDLUND (La guerra de las galaxias, En busca del arca perdida), y el equipo de montaje del oscarizado JOHN BLOOM (Diario de un escándalol, Gandhi) con ANTONIA VAN DRIMMELEN (Diario de un escándalo, Closer). Los productores de La guerra de Charlie Wilson son TOM HANKS y GARY GOETZMAN (Mi gran boda griega, Mamma mia!). Los productores ejecutivos son CELIA COSTAS, RYAN KAVANAUGH y JEFF SKOLL.
Plasmar a Charlie Wilson en el papel: Los antecedentes de la película
En 1979 hacía seis años que el congresista Charlie Wilson representaba al 2º distrito de Texas de forma impecable. "El liberal de Lufkin" era una paradoja viviente que luchaba por los más débiles. Defendía los derechos de las mujeres y la desgravación fiscal para la tercera edad, pero este tejano se oponía al control de armas. Los votantes negros eran su mayor baza; era el favorito en el llamado "cinturón de la Biblia". Su distrito le adoraba.
Sin embargo, en el Capitolio se le conocía más por la desenfrenada vida personal que llevaba paralelamente a su carrera política. Se había rodeado de un enjambre de preciosas secretarias a las que llamaba, cómo no, "Los ángeles de Charlie". Un hombre de 1,92 metros de altura y de voz potente, inteligente, encantador, al que en la época le gustaban las mujeres tanto como el whisky. El escándalo parecía seguirle allá donde iba, pero su innata afabilidad impedía que los daños fueran a más. Entre todos los acontecimientos que se produjeron en 1979, la invasión soviética de Afganistán parecía el que menos probabilidades tenía de atraerle. Pero nada de lo que hacía Wilson era previsible.
Las increíbles hazañas de Charlie Wilson se dieron a conocer por primera vez en 1988 en un perfil biográfico del programa "60 Minutes", producido por el periodista George Crile, que siguió interesándose por el personaje y acabó publicando un superventas acerca de las operaciones clandestinas de Wilson. Parecía una novela, pero eran hechos reales. George Crile cuenta en el libro: "Estábamos en enero del año 1989 y el Ejército Rojo se preparaba para retirar sus hombres de Afganistán. Charlie Wilson me invitó a acompañarle en un viaje por Oriente Próximo. Hacía unos meses, había producido un perfil sobre Wilson para "60 Minutes" y no tenía intención de escarbar más en el papel que había jugado en la guerra de Afganistán. Pero no dudé en aceptar la invitación. Empezamos por Kuwait, luego fuimos al Iraq de Sadam Hussein y, a continuación, a Arabia Saudí. La gira nos llevó a los tres países que pronto interpretarían los papeles principales en la Guerra del Golfo. Para mí, este viaje fue el principio de una odisea que duraría diez años".
La alucinante historia de intrigas internacionales protagonizada por Wilson, llena de personajes coloristas con sueños de gloria, cautivó al veterano reportero. Pero documentarse sobre los fundamentalistas islámicos, los traficantes de armas israelíes y los agentes que trabajaban con dos tejanos y un agente de la CIA fue un tremendo reto. Susan Lyne, la esposa de George Crile, dice: "Nadie sabía toda la historia. Charlie conocía su parte; Gust la suya y Joanne, la suya. George habló con Charlie y Gust muchas veces durante varios años. Empezaron a confiar en él y revelaron un poco más en cada entrevista. Pero quedaba unir todas las piezas del rompecabezas y encontrar un hilo conductor que guiara al lector".
No sólo era una tarea descomunal conseguir el material, sino descifrarlo, sobre todo porque George Crile nunca dejó su trabajo habitual. "Parece ridículo que le llevara tanto tiempo (pasaron 13 años desde ese primer viaje hasta la publicación del libro), pero debía desentrañar tratos secretos entre países que ni siquiera se reconocían, operaciones clandestinas de la CIA y el tejemaneje de los comités del Congreso", recuerda Susan Lyne.
Barbara, la hermana de Susan, se convirtió en la animadora y el aguijón del escritor, apoyándole, releyendo, corrigiendo y animándole a acabar el libro. Le ayudó tanto que George Crile le dedicó la novela.
"Se sintió cautivado por el hecho de que fuera una historia tan americana, con personajes imperfectos que, más allá de una aparente tosquedad, de las copas y de las mujeres, tenían sueños de gloria", dice Barbara Lyne. "La situación de los muyahidines afganos les conmovió; estaban convencidos de poder cambiar el mundo. Mucha gente sueña con la gloria, pero de vez en cuando tres o cuatro personas convergen y consiguen algo grande. A George le encantan las historias de redención, y está le llegó al corazón porque los héroes son tan inesperados. Le gustaba esa frase que le decían los afganos: 'Los caminos de Alá son misteriosos'. Los estadounidenses que se metieron en esto no tenían nada que ver con lo que pasaba, pero se arriesgaron y dieron en el blanco".
Cuando se publicó la novela en 2003, no tardó en convertirse en un superventas y en atraer la atención de Hollywood. El productor Gary Goetzman se enteró de la historia a través de un amigo en Washington. "Un congresista amigo mío me dijo que Charlie Wilson era un personaje fascinante", recuerda el productor. "También me dijo que George Crile había escrito una novela acerca de él".
Gary Goetzman y su socio de producción Tom Hanks leyeron Charlie Wilson's War y quedaron fascinados. "Era una gran historia política, muy divertida y absolutamente única", dice Gary Goetzman. "Charlie estaba muy impresionado por lo que eran capaces de hacer los muyahidines para echar a la Unión Soviética de su país y decidió ayudarlos".
"Nos hicimos con los derechos nada más leer el libro", añade Tom Hanks. "Como a cualquier estadounidense, me había parecido fantástico que un grupo de afganos tan variopinto consiguiera derrotar al ejército ruso; eran unos auténticos patriotas. No tenía ni idea de que el gobierno de Estados Unidos y de otros países les financiaban y daban armas".
Una vez adquiridos los derechos, la tarea de convertir la novela en un guión recayó en Aaron Sorkin, premiado por los Emmy y conocido por sus historias políticas llenas de personajes inteligentes, diálogos ingeniosos y tramas poderosas. Desde Algunos hombres buenos (la obra y la película) pasando por El presidente y Miss Wade hasta la elogiada serie "El ala oeste de la Casa Blanca", el guionista ha sabido plasmar en el papel los escalafones del poder estadounidense.
"Leí una crítica del libro y me lo compré", recuerda Aaron Sorkin. "Había empezado a leerlo cuando me enteré de que Playtone había comprado los derechos. Le pedí a mi agente que me consiguiera una cita con Gary Goetzman para convencerle de que era el guionista idóneo para adaptarlo". Y añade: "Gary, dejando la prudencia y el buen juicio a un lado, me contrató".
Aaron Sorkin se enfrentó al reto que suponía transformar un libro muy complicado en un guión. Para encontrar el tono justo, el guionista se documentó durante meses. "Tardé casi ocho meses en terminar la primera versión", recuerda. "En realidad el libro es una serie de entrevistas muy detalladas, algo que tiene muy poco que ver con una película. Los guiones suelen tener tres actos, pero después de estrujarme los sesos, se me ocurrió una estructura de cinco actos".
Sorkin habló varias veces con George Crile durante el proceso. El guionista también visitó a Charlie Wilson en numerosas ocasiones y el político acabó convirtiéndose en un colaborador habitual durante la preproducción y el rodaje. Wilson, un perfecto caballero, puso su inteligencia, perverso sentido del humor y conocimientos históricos al servicio de la película.
El congresista dice: "Cualquiera que lee un guión sobre uno mismo siente que se han dejado muchas cosas, pero es necesario entender que en una película no caben todas las escenas de un libro y menos de una vida. Acepté la idea muy al principio".
Gary Goetzman añade: "Desde la primera vez que hablé con Charlie por teléfono, me pareció el hombre más divertido y sincero con el que había hablado acerca de hacer una película. Nunca nos defraudó, siempre estuvo allí y se implicó más en el proceso de lo que en principio debía hacerlo".
Hablando del guión, Tom Hanks dice: "La guerra de Charlie Wilson podría ser un documental fascinante. Pero como película de entretenimiento con aspectos históricos hace falta perspectiva. Para ello, contamos con la opinión del equipo creativo al completo, pero todo empezó con el guión de Aaron, que incorpora la sensibilidad del libro de George".
Una vez acabado el guión, los productores hablaron con Mike Nichols para que dirigiera el proyecto. "Nos pareció que era el tipo de material que podía atraer a Mike", dice Gary Goetzman. "Había intriga política, y un personaje como Charlie cuyas hazañas no sólo eran asombrosas, sino entretenidas. Charlie y su socio Gust eran geniales, dos hombres totalmente diferentes, pero juntos eran divertidos, astutos y cautivadores. Joanne Herring era una mujer glamurosa, sexy y muy decidida. La historia lo tenía todo, y los toques cómicos surgen a menudo de circunstancias sorprendentes. Nos pareció un guión hecho a medida para Mike".
El director y Tom Hanks son viejos amigos, pero nunca habían trabajado juntos antes de La guerra de Charlie Wilson. El oscarizado actor reconoce que las películas de Mike Nichols le influyeron desde el principio.
Para el director, bastó una simple conversación. "Tom y Gary me pidieron que leyera el libro", recuerda. "El proyecto me cautivó y me interesó mucho. El planteamiento de Aaron Sorkin no sólo era correcto, era brillante. Tom y yo somos buenos amigos, siempre había querido trabajar con él. Además, es aún mejor actor de lo que imaginaba".
Charlie Wilson fascinó a Mike Nichols: "Se hace con el espacio que le rodea. Escucha cuando se le habla y contesta lo que le viene a la cabeza. Es educado, amable y considerado".
El director se sintió atraído por la historia de "tres personas que derrocaron a un gigantesco imperio". Añade: "Tenían mucha ayuda de la gente a la que convencían, pero básicamente consiguieron mover los hilos que llevarían a la caída del imperio soviético".
"Mucha gente no sabe lo terrible que fue la Guerra Fría, ni que el mundo estaba aterrorizado ante Rusia, era un hecho", añade el director. "No se suponía que tenían armas de destrucción masiva, se sabía. La crisis de los misiles cubanos fue aterradora porque los rusos podían atacarnos. Como dijo Charlie, todo eso pasó de verdad, y ahora es difícil entender que el malo era Rusia. Todo el mundo les temía".
Para prepararse, Tom Hanks pasó mucho tiempo con Charlie Wilson hablando de política, de Joanne Herring, de Gust Avrakotos y de sus extravagancias. El ex congresista siempre fue honesto; a menudo contaba historias en las que no siempre salía bien parado.
Tom Hanks, hablando de Charlie Wilson, dice: "Era un político consumado, pero nunca mintió acerca de lo que hizo. Además, tiene un físico impresionante. Es muy alto, tiene una voz muy fuerte y va de tejano, desde las botas a la hebilla del cinturón y los tirantes. Y, sobre todo, es encantador".
El actor y productor añade: "Me asombró oírle decir: 'Me da igual lo que digáis de mí porque lo más seguro es que lo haya hecho. Sólo me importa que los hechos históricos sean correctos'. Ni se inmutó cuando en una escena aparece en un jacuzzi rodeado de bailarinas exóticas en Las Vegas, porque le había pasado".
Desgraciadamente, George Crile no llegó a ver el comienzo del rodaje. Falleció de un cáncer de páncreas el 15 de mayo de 2006 a los 61 años. "Perdimos a George Crile antes de que comenzara el rodaje", dice Gary Goetzman. "La novela y su afecto por Charlie fueron una parte muy importante de su vida, como lo era esta película. Perderle antes de que comenzara el rodaje fue muy duro".
Tejanos ruidosos y espías enfadados: El casting
Mike Nichols trabaja por segunda vez con Julia Roberts y Philip Seymour Hoffman en La guerra de Charlie Wilson. El director explica su empeño en querer trabajar con la actriz: "Julia es tremendamente creativa. Es una magnífica actriz de cine, está entre las mejores. Se preocupa por el vestuario, el maquillaje, lo que haría o dejaría de hacer su personaje... Éramos conscientes de que Joanne Herring, una millonaria tejana que había tenido varios maridos, era algo mayor que Julia. Pero cada momento en que Julia aparece en pantalla es eléctrico, sorprendente, fascinante, aunque el personaje parece muy controlado. Descubrimos a alguien totalmente nuevo, y eso me entusiasma".
Julia Roberts reconoce que Joanne Herring no se parece a ningún personaje que haya interpretado antes: "No me había imaginado en un papel semejante, pero me sentí muy halagada cuando Mike me pidió que lo interpretara. Es un guión estupendo, mucho más jugoso y profundo de lo habitual. Joanne es una mujer fantástica, llena de energía pero muy enigmática. Se interesó sinceramente por el destino de los guerreros afganos".
Al contrario de Tom Hanks, Julia Roberts prefirió no conocer a Joanne Herring hasta hacerse con el personaje: "Interpretar a alguien real es curioso. La línea que separa la imitación de la interpretación es muy tenue", explica la actriz. "Me pasó lo mismo con Erin Brockovich. Es difícil saber cuál es el mejor momento para conocer a la persona. Decidí leer toda la información disponible, ver documentales, el perfil biográfico de Charlie en '60 Minutes' y un par de cosas sobre Joanne antes de conocerla. Y cuando por fin ocurrió, descubrí a una mujer fantástica, muy educada y vestida impecablemente".
Mike Nichols entendió que la actriz quisiera crear un personaje que no estuviera influenciado por la realidad. Aunque los personajes de La guerra de Charlie Wilson se basan en personas reales, deben comportarse como los personajes de una película y plegarse a los requisitos de la historia. El director espera que se conviertan en personas reales para el público.
Aunque Julia Roberts ya había trabajado con Mike Nichols y parte del equipo, no conocía a Tom Hanks. Dice: "Mike tiene un equipo habitual, lo que aporta mucha seguridad. Y estaba Tom Hanks, un hombre dulce, enérgico, divertido, amable y asombroso".
Philip Seymour Hoffman, que hace el papel del astuto e impulsivo agente de la CIA Gust Avrakotos, no pudo conocer al hombre al que interpreta. Avrakotos murió antes de que la película empezara a rodarse. Pero, al parecer, el actor ha sabido apoderarse del personaje. Mike Nichols se quedó asombrado ante la transformación que sufrió el actor: "Dirigí a Phil Hoffman en 'La gaviota' y estuvo fantástico. Una vez cada 50 años aparece un actor de este calibre. Se mete en la piel del personaje que interpreta, no importa cómo sea, conmovedor, aterrador o abrumador; sabrá comunicar esas emociones. Supongo que Gust era un hombre intimidante. Cualquiera que mata a otros lo es. Miraba a Phil y pensaba: '¿Puede ser el mismo que hizo de Truman Capote, ese hombre delgado y pequeño?' Porque veía a un toro y no conseguía reunir a los dos personajes en el mismo actor. Puede convertirse en quien quiera".
El actor disfrutó con la idea de interpretar al espía. Se sentía cómodo en la piel del personaje siempre que le guiaba Mike Nichols. "Hace unos siete años que conozco a Mike", dice. "Hicimos una obra de teatro juntos en 2001, pero le conocí en 2000. Somos amigos y me ha encantado trabajar con él en esta película".
Reconocido adicto a las noticias, Hoffman confiesa que el tema le gustó, pero que le engancharon los personajes y sus aventuras. "Soy un adicto a las noticias y me pareció genial ver lo que hicieron Charlie y Gust porque tiene mucho que ver con lo que pasa ahora en Estados Unidos y en el mundo", explica. "Pero me convencieron los personajes y su historia. No hizo falta hacerles más interesantes, eran simplemente fascinantes".
Philip Seymour Hoffman habló con dos personas que habían conocido a Avrakotos íntimamente, su hijo y Milt Bearden, el ex agente de la CIA que ha sido el asesor técnico durante el rodaje y que se hizo cargo de "la oficina afgana" organizada por Charlie Wilson y Gust Avrakotos. Tanto Wilson como Bearden se quedaron asombrados al ver a su amigo cobrar vida a través de la interpretación de Hoffman.
La experiencia de ver a sus antiguos compañeros interpretados por actores tenía algo de surrealista para Charlie Wilson. Hablando de la interpretación de Hoffman, dice: "Gust era un luchador nato, un tipo duro, grande, musculoso, amenazante, y Hoffman es exactamente eso. Le rodea la misma aura peligrosa y ominosa que tenía Gust. Con el bigote y las gafas oscuras, se le parece mucho. Es una pena que Gust y George Crile no hayan podido verle".
Acerca de Joanne, sigue diciendo: "Sabía que Julia Roberts era una actriz asombrosa, pero hay una escena, una fiesta en la mansión de Joanne, en la que hace una entrada electrizante. Nunca la había visto con Tom y la química es sorprendente".
En toda la película sólo hay un personaje que es un compendio de varias personas. Se trata de Bonnie Bach, la ayudante de Charlie Wilson. A la hora de buscar a la actriz adecuada, Mike Nichols recordó la película en la que debutó Amy Adams, nominada a un Oscar: "Me enamoré de Amy cuando vi Junebug. Obligué a todos mis amigos a ir a ver la película. Ha sido un auténtico placer trabajar con ella".
La actriz dice: "Hice una prueba en Nueva York y me ofrecieron el papel. Me encantó el guión, me pareció una historia fantástica que debía contarse y quería ayudar a contarla".
Disfrutó con sus ingeniosos y exasperados intercambios verbales con Tom Hanks en el papel de Wilson. Había trabajado en varios episodios de "El ala oeste de la Casa Blanca", escrita por Aaron Sorkin, y estaba acostumbrada a sus diálogos. "Los diálogos son fascinantes", dice la actriz. "Son muy rápidos, brillantes, típicos de Aaron. He intentado interpretarlos con realismo y funciona con Bonnie porque es una persona inteligente, intensa y atrevida".
Entre los otros papeles secundarios de La guerra de Charlie Wilson está el de Doc Long, presidente del subcomité de Partidas Presupuestarias para Defensa, interpretado por el legendario Ned Beatty, y el de Jane Liddle, la nada conservadora hija de uno de los hombres más conservadores del distrito, interpretada por la actriz británica Emily Blunt.
En la vida real, como en la película, Charlie no pudo resistirse a la apasionada y guapa Jane Liddle, a quien Emily Blunt describe como alguien que "aparenta ser recatada y carecer de sexualidad delante de su padre, pero que cambia completamente con Charlie. Es inteligente, sexy y sabe lo que quiere. Al igual que Charlie, no desea una relación seria, sólo quiere pasarlo bien".
El famoso actor indio Om Puri interpreta a Zia ul-Haq, el presidente de Pakistán que ayudó a Wilson, Avrakotos y Herring a organizar su guerra secreta. Había trabajado en otra película de Mike Nichols, Lobo, con Jack Nicholson y Michelle Pfeiffer, en 1994. Hablando del director, dice: "Es muy tranquilo, muy relajado, pero saca lo mejor de uno como actor".
Otros personajes secundarios son Zvi Rafiah, un traficante de armas israelí que debe un par de favores a Charlie Wilson, interpretado por Ken Stott, y Crystal Lee, una joven del 2º distrito de Texas que sueña con ser actriz y modelo, encarnada por Jud Tylor.