Kinky Boots: Pisando fuerte está inspirada en un zapatero, Steve Pateman. Su historia fue casi como un cuento clásico de crecimiento y caída de un negocio familiar de confección de zapatos pero con un giro. Con el viejo negocio centenario de la familia luchando por sobrevivir, Steve Pateman volvió la espalda a la tradición y comenzó a producir botas estrafalarias para un mercado especializado que demandaba botas femeninas para hombres. Tras un comienzo titubeante, la nueva línea de productos empezó a recibir pedidos y el futuro parecía destinado al éxito, debido en gran parte al buen humor de Steve, a la lealtad y a la determinación para unir el pasado con el futuro.

La grave situación de Steve fue una visión rara e inspiradora y fue recogida por los medios de comunicación. Dos personas que compartieron la expectación de los medios por esta historia fueron los productores Nick Barton y Suzanne Mackie de Harbour Pictures, que en ese momento estaban desarrollando con Buena Vista International su comedia británica de éxito Las Chicas del Calendario. También llamó la atención del co productor Peter Ettedgui, que se interesó inmediatamente. "Me pareció que era una idea muy conmovedora y excitante. Por un lado tienes la tradición zapatera inglesa, inmutable durante cientos de años y por otro lado esta fantástica y divertida cultura estrafalaria y el conflicto potencial de lo que podría pasar si se encuentran esas dos formas de entender la vida", dice Peter.

Peter realizó una investigación rápida y descubrió que los derechos de rodaje de la historia de Steve Pateman no habían sido vendidos y con esta información se dirigió a Nick y a Suzanne, con su idea para una película. Los tres productores estaban encantados con su potencial y se dirigieron a conocer a Steve Pateman, en un pequeño pueblo a las afueras de Northampton. "Recuerdo caminar por la fábrica la primera vez y como se respiraba una atmósfera increíblemente sensual con el ruido y el olor del cuero", recuerda Suzanne. "Vi a un viejo que vestía con una chaqueta verde llena de agujeros, pantalones de tweed y unos zapatos muy divertidos. Era la quintaesencia del viejecillo simpático que lleva allí desde hace siglos, trabajando con una concentración absoluta en esta gran bota de cuero rojo y simplemente pensé: Ahí está la película". La impresión visual de la fábrica formó la impresión final en los tres productores. Nick Barton recuerda, "había un carrusel en la fábrica que giraba varios tipos de zapatos marrones y zapatos tradicionales y luego estaban estas largas botas de tacón alto y luego un par de botas de piel de leopardo. Realmente, estas imágenes se convirtieron en un símbolo de la película".

Para llevar el guión que realizaron Geoff Deane y Tim Firth, a la pantalla a Kinky Boots: Pisando fuerte, los productores buscaron un director con la habilidad y el sentido del humor para desarrollar las diferentes capas del guión y darle las cualidades dramáticas a la película, además de la comedia. Suzanne Mackie comenta, "la película tiene una parte seria, sobre la destreza y la pérdida de una industria además de la sexualidad y los prejuicios. Sólo funcionaría si se equilibraba con comedia y pomposidad y viceversa". El director debutante, Julian Jarrold tenía un curriculum impresionante, que incluía algunos de los dramas más prestigiosos de Gran Bretaña, incluyendo Great Expectations y White Teeth y los productores habían seguido estrechamente su carrera. "Creo que es uno de los mejores directores de televisión que hay y tiene un gran ojo cinematográfico", afirma Suzanne. Nick Barton añade, "ha hecho gran parte de la mejor televisión de Gran Bretaña en los últimos 10 años y estaba claro que en algún momento haría una película". También comprendieron la aproximación meditada y sensible a la dirección, que le han otorgado una reputación de ser muy bueno con los actores, y era perfecto para Kinky Boots: Pisando fuerte.

El equipo empezó la búsqueda de los personajes principales de Charlie y Lola sin ideas preestablecidas.

Lola - Lola es una drag queen con estilo, que ronda los 40 en el animado Club Angel del Soho, y necesita tomar una nueva dirección. Su vida en el Soho no le deja demasiado espacio para su alter ego Simon de Clacton; éstas son raíces difíciles de reconocer y de asumir, con los únicos recuerdos del rechazo de su padre cuando expresó su travestismo.

"Sabíamos que encontrar a Lola iba a ser un desafío", comenta Suzanne, "el actor que habitara el alma de Lola tendría que tener la habilidad que ser muy carismático, con una presencia importante, pero también ser capaz de jugar con su vulnerabilidad y la tensión que existe entre su parte femenina y su propio hombre". Julian estaba buscando a alguien que pudiera darle a Lola una energía real y tras probar a varias personas y fue Chiwetel Ejiofor el que se metió en sus zapatos. Julian recuerda, "todos los actores utilizaban varias formas muy interesantes de aproximarse al papel de Lola, pero Chiwe fue el único que llegó a la audición en peluca y cuando se puso ésta, de pelo largo, negro y liso, se transformó inmediatamente (Naomi Campbell con una diferencia)". Dice, "Chiwe captó el humor instantáneamente, muy fresco, lleno de energía y tenía una calidad fabulosa; realmente nos cautivó. También creo que es uno de los mejores actores de su generación y parece que es capaz de hacer cualquier cosa: desde papeles serios y pesados hasta la estrambótica Lola con cariño, patetismo y un tempo cómico fantástico".

Chiwetel recuerda la sesión de casting. "Lola siempre pareció tener una manera directa de mirar el mundo y está pasando por una mala racha, y eso es lo que quería reflejar en la sala de casting. También quería presentar una idea; como tenía una peluca, probársela a algunos amigos, darles un traje y ponérselo. Me parecía importante hacer eso, y también ponerme los tacones que llevaría Lola". Los productores estaban igualmente impresionados. Nick comenta, "vimos la prueba de cámara y era simplemente perfecta. Supimos que iba a ser Lola en el mismo momento en el que lo vimos". Peter añade, "era muy divertido, muy conmovedor y tocaba todas las notas que queríamos que tuviera el personaje".

En esencia, la película es la historia de Charlie y los cineastas sabían que era muy importante que éste tuviera su personalidad frente a la formidable Lola, particularmente cuando la artista picante dice las líneas más divertidas. Julian quería a alguien que pudiera encarnar las cualidades ordinarias de Charlie y que fuera comprensivo, con una masculinidad básica que hiciera que se enfadase y se encontrase desorientado cuando Lola utiliza su sexualidad a su alrededor. Los cineastas hicieron de nuevo muchas audiciones para el papel de Charlie, pero fue el actor australiano, Joel Edgerton, el que dio vida al personaje. Julian comenta, "El personaje de Charlie es divertido sin querer, sin intentarlo, y Joel captó ese tipo de humor", dice Julian. "Podría ser porque es australiano y tiene unas cualidades más terrenales, pero creo que hace una interpretación sutil y cargada de habilidad. También captó el equilibrio de la masculinidad, que creo que hace muy simpático y cercano al personaje".

Inicialmente Joel estaba sorprendido por el interés que se había mostrado en él para un papel particularmente británico, pero estaba encantado con el guión. "Había visto muchas películas cómicas inglesas y creo que son particularmente buenas. El sentido del humor australiano es muy parecido al inglés y lo he sentido realmente en el guión". Previene de un área semi rural de Nueva Gales del Sur, y el guión fue muy conmovedor para Joel, que podía identificarse con la forma de vida del pequeño pueblo.