Dos opiniones
Esta crónica familiar, que tiene lugar desde 1960 hasta la época actual, aborda con sinceridad los buenos y malos momentos de cinco hermanos muy diferentes. En el centro se encuentra Zachary (el fabuloso Marc-André Grondin), el cuarto de los cinco hermanos. Revivimos varias épocas a través de su mirada de niño y de adolescente perturbado, siempre buscando la aprobación de su padre (el genial Michel Côté).
La música omnipresente, auténtica protagonista de la película, acompaña los diálogos, sugiere las emociones y marca el paso del tiempo. Patsy Cline, Aznavour, David Bowie vibran al mismo ritmo que los personajes. Los decorados, los acontecimientos y los gestos nos traerán muchos recuerdos. Se ha cuidado cada detalle.
Marc-André Grondin interpreta con gran sensibilidad a este adolescente que quiere colmar los ideales de su padre hasta renegar de su auténtica naturaleza. Michel Côté, en el papel del padre afectuoso aunque torpe que rechaza cualquier diferencia, está extraordinario y conmovedor. No olvidemos la magnífica interpretación de Danielle Proulx como madre de familia y la de Pierre-Luc Brillant en la piel de un yonqui.
C.R.A.Z.Y, antes que una película acerca de la homosexualidad, es una película sobre la relación entre padre e hijo y la necesidad que sentimos de ser amados y comprendidos por nuestros padres. Un humor inteligente salva algunas situaciones un poco forzadas. Un himno a la tolerancia.
Lecinéma - Stéphanie Nolin
C.R.A.Z.Y. es una película conmovedora que se apoya en un reparto sólido. El tema central de la relación entre padre e hijo se explota con honestidad, con gran respeto y una observación pertinente. C.R.A.Z.Y. no tiene nada que ver con una vieja foto en blanco y negro; al contrario, es una película llena de color, alegre, pero sin negar un aspecto más dramático.
Michel Côté, en el papel de padre de familia lleno de buena voluntad que no puede con los acontecimientos, está muy convincente. Danielle Proulx, la madre afectuosa, se acopla mucho mejor a los caminos de los hijos que la rodean. La interpretación de Marc-André Grondin es muy madura, matizada y profunda.
La música omnipresente se convierte en un aspecto esencial del relato y sirve para suavizar el ritmo o transportar a los personajes en el tiempo. Los decorados y el vestuario están muy cuidados.
El aspecto más interesante de C.R.A.Z.Y. es su estudio de las relaciones familiares. Los personajes, que evolucionan delante de los espectadores, cohabitan física y espiritualmente, y sus fricciones son de lo más incisivas. La película sabe evitar el melodrama y mantener el ritmo.
El tacto del director y guionista Jean-Marc Vallée se nota en una realización comedida en la que priman las palabras y los personajes, nunca moralizadora ni didáctica. Una fábula llena de emociones con planos muy eficaces.
Cinoche.com - Karl Filion
Ficha artística
Gervais Beaulieu - Michel Côté
Zachary Beaulieu (20-40 Años) - Marc-André Grondin
Laurianne Beaulieu - Danielle Proulx
Zachary Beaulieu (Niño) - Émile Vallée
Christian Beaulieu - Maxime Tramblay
Raymond Beaulieu - Pierre-Luc Brillant
Antoine Beaulieu - Alex Gravel
Yvan Beaulieu - Félix-Antoine Despatie
Entrevista con el director
Se dió a conocer con su primer largo, Liste noire, un thriller policiaco que obtuvo un gran éxito en 1995. Después vinieron películas como Renegados 2 (Los Locos) (1997) y Loser Love (1999), además de algunas series para televisión. El realizador Jean-Marc Vallée vuelve con fuerza con su última película, C.R.A.Z.Y., un contundente drama familiar.
P: C.R.A.Z.Y. cuenta las alegrías y las tristezas de una familia de los extrarradios durante unos 30 años y, sobre todo, la dificultad que tiene un padre para aceptar la diferencia de su hijo Zachary. ¿Tiene elementos autobiográficos?
R: Me inspiré libremente en la vida de François Boulay, el coguionista, y de los recuerdos que tiene de su padre y de sus cuatro hermanos. Durante la escritura del guión, quise alejarme un poco de sus experiencias personales. Los elementos referentes a la identidad sexual se acercan más a él, mientras que los conflictos internos religiosos y las experiencias de una familia de clase media son más representativos de mi juventud. Hicieron falta cinco años para escribir el guión y diez años para hacer la película.
P: En el tratamiento, especialmente en cuanto a los sueños del niño y a la narración, C.R.A.Z.Y. recuerda a Léolo, de Jean-Claude Lauzon, ¿está de acuerdo?
R: Antes de empezar el rodaje, siempre decía que esta película era mi pequeño Léolo. Es verdad que hay ciertas analogías, sobre todo en lo que se refiere a los sueños y a la familia. Tuvimos que reducir el lado fantástico por requerimiento de Télé Canada ya que consideraban el proyecto demasiado ambicioso. Pero los sueños son esenciales en la historia porque, a través de ellos, Zachary puede escaparse, saciar sus imaginaciones y vivir su ambigüedad. Con C.R.A.Z.Y. también quería tener la oportunidad de pasarlo bien durante el montaje.
P: De las películas que ha realizado, ¿no le parece que ésta es la más cinematográfica?
R: Desde luego. El lado mágico se explora con efectos visuales transparentes que están ante todo al servicio de la emoción. Técnicamente, hemos usado todo lo que estaba disponible. El trabajo de posproducción ha sido colosal. Hemos usado efectos para mostrar algunos fantasmas, de ahí los cortes en el sonido, la música en contrapunto, todo con el objetivo de explotar el medio.
P: Se le conoce sobre todo por el éxito del largometraje Liste noire, que rodó en 1995 con Michel Côté en el papel protagonista. ¿Era importante reunirse con él y que interpretara al padre de familia?
R: Cuanto más me adentraba en la escritura del guión con François Boulay, más veía hasta qué punto Michel Côté era la persona ideal para el papel. Es un hombre alucinante. Sus personajes en Cruising Bar revelaron su lado cómico, pero su papel en C.R.A.Z.Y. muestra su lado dramático, Michel se implicó en la película a todos los niveles desde la primera vez que leyó el guión el año 2000. Tampoco debemos olvidar a los otros actores de talento que interpretan a la familia Beaulieu.
P: Las escenas familiares están compuestas por mucha gente. ¿Es una complicación añadida tener que dirigir a tanta gente a la vez?
R: Sí, así es. Es muy complicado dirigir a todos al mismo tiempo. La primera escena que rodamos fue la fiesta de Navidad con unos 50 extras. Todos hablaban a la vez, era muy difícil dirigir a los actores. Encima, me puse enfermo, estaba convencido de que todo iba fatal. Una semana más tarde, ya lo vi más claro. Una vez acabada la película, puedo decir que fue un rodaje único, realmente excepcional. Todos los miembros del equipo tomaron la película como propia y querían que fuera grande.
P: Los 60 y 70 son buenos años para rodarlos.
R: Desde luego. Los de mi generación se ponen nostálgicos cuando ven C.R.A.Z.Y. Recuerdan ese periodo despreocupado en el que todo parecía permitido. Es una película que habla de nuestra infancia, de nuestra juventud. Pero tampoco quería que se hiciera demasiado hincapié en que era una película de "época". Ante todo, quería que fuera realista y llena de vida. En ese sentido, me parece que C.R.A.Z.Y., además de ser un himno a la vida y a la tolerancia, es una película muy actual. Por eso atrae a todos los públicos.
C.R.A.Z.Y.Dirigida por Jean Marc Valle