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La hora fría cartel reducidoLa hora fríaDirigida por Elio Quiroga
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La película, escrita y dirigida por el español Elio Quiroga, cuenta con un amplio cartel de jóvenes actores a los que hemos podido ver en producciones españolas: Silke (Tierra, Hola ¿estás sola?, Tuno negro), Jorge Casalduero (Don Quijote, La ciudad sin límites), Omar Muñoz (El Bola, Ausentes), Julio Perillán (Frágil, Moscow Zero), Nadia de Santiago (Alatriste), etc.

Ha participado en sección oficial del Festival de Sitges 2006 y en varios festivales internacionales (Austin, Bruselas, Oporto, Edimburgo…) y ha sido reconocida como un cambio de rumbo del cine fantástico español.


Nos presentan la película

Qué hace especial a La hora fría?
La Hora Fría es una película de terror, pero también es un ejercicio de estilo.

Concebido como un proyecto de muy bajo presupuesto, ofrece unidad de escenario y tiempo; una sola localización y un grupo de actores como únicos elementos para inquietar, impactar y entretener al espectador.

Y precisamente esa escasez de elementos es el desafío principal de este proyecto, basado en el terror por la sugerencia, en la construcción de unos personajes sólidos, con hondura psicológica, que viven sus emociones, temores y esperanzas en un escenario limitado.

Esta película está pensada para ser un juego psicológico, en el que personajes y actores tracen una trama inquietante y poco transitada en nuestro cine. No es nuestra pretensión crear un producto de género "al uso"; o al menos no sólo eso, sino también demostrar que es posible crear historias interesantes y con personajes poderosos con bajos presupuestos.

Los efectos visuales en una película digital
La Huella Efectos Digitales es quien lleva el peso de los efectos. "Tenemos más de 300 planos con efectos visuales, lo que nos convierte en la primera película española en usar intensivamente estas técnicas; eso implica coordinación entre departamentos, creación de líneas de trabajo, optimización de recursos. Es todo un desafío" comenta Jérôme Debève, supervisor de efectos visuales. "Al mismo tiempo, nosotros también realizamos con Eqlipse la labor de colorimetría, que implica retocar todos los planos de la película, que son más de mil. Esto nunca se había intentado antes en España, y hemos tenido que crear la figura de un experto en colorimetría, trabajo que lleva a cabo Régis Barbey, uno de los mejores en el campo", añade Juan A. Ruiz, supervisor al igual que Debève.

Quiroga considera que "Todo esto está cambiando los límites del trabajo de muchos técnicos de cine. Ahora que trabajamos en el campo de la imaginería digital, el trabajo del director de fotografía se vuelve más creativo, pero también aparece la figura del colorista que, durante las etapas finales de la postproducción, puede retocar el trabajo del director de fotografía, recolocar focos, cambiar intenciones completas de las secuencias; en casos extremos es posible convertir una escena rodada de día por el operador en una escena nocturna dentro del ordenador. La libertad se multiplica, pero el director de fotografía ve su trabajo convertido en una entidad proteica que puede resultar al final lo contrario de lo que filmó en rodaje. Es un efecto curioso del trabajo con ordenadores".

Así, sabiendo del intenso trabajo de efectos que requería, la película ha sido filmada en cinematografía digital, y trabajada en el interior de ordenadores y discos duros de altas prestaciones hasta el momento final en que será transferida a película para su proyección en salas. "Estamos haciendo de todo; cada plano es un mundo", afirma Debève. "Estamos construyendo decorados, o prolongándolos artificialmente en el ordenador, colocando focos, añadiendo atmósferas, humo, vaho del aliento de los actores". "El vaho ha sido una pesadilla" interrumpe Ruiz. "Tienes que sincronizar la respiración de los actores con las emisiones de vaho. Es algo que aparecerá en varias escenas en las que la temperatura desciende mucho en la ficción, y el vaho del aliento es necesario".


Memoria del director
La hora fría es una obra de cámara; un pequeño ejercicio de estilo que mantiene a un grupo de personajes en un espacio cerrado, del que no pueden salir a causa de una incierta amenaza exterior. Este subgénero del cine fantástico tiene referentes claros en obras muy dispares, como la claramente surrealista EL ANGEL EXTERMINADOR, de Luis Buñuel, o el viejo cine norteamericano de "old dark houses" (viejos caserones oscuros) de los 30, que presenta clásicos como THE BAT WHISPERS, de Roland West, y posteriores reciclados postmodernos en clave de ciencia-ficción, como ALIEN, de Ridley Scott.

Vivimos unos años revisionistas en todos los géneros del cine, y de esta recapitulación no escapa el fantástico, donde películas recientes como 28 DIAS DESPUES, THE OTHERS o THE RING han demostrado que el cine de presupuestos módicos sigue permitiendo obras válidas, tanto desde el punto de vista artístico como desde el comercial. Así, La hora fría viene planteada como una película pequeña y medida, heredera del cuento de terror gótico con "casa encantada", planteada siempre desde la sugerencia, la ausencia de grand-gignol, y la aproximación novedosa al género.

Como director me planteo la aproximación narrativa (visual, sonora, musical y de dirección de actores) a La hora fría desde un profundo trabajo con las atmósferas y su diseño, creando el escenario en el que transcurre la mayor parte de la acción, una mansión de gran tamaño aparentemente abandonada, en un lugar tan amenazador como fascinante, que atraiga y repela al mismo tiempo a los espectadores, cosa que por otro lado se espera de toda casa encantada. Porque esta es también una historia de fantasmas, de terrores inexplicables, muchos de ellos hondamente ocultos en nuestro inconscientecolectivo, y de cómo esos fantasmas pueden afectar a nuestra vida consciente. Con La hora fría pretendo crear un producto que funcione en taquilla desde unos presupuestos módicos, pero también una obra de creación, que suministre entretenimiento pero también la suficiente fascinación, interés y curiosidad, como para tener su propia validez como obra artística.

Esta míxtura parte de llevar al límite los ingredientes del subgénero de la película del "caserón en tinieblas". Con un especial cuidado en la sugerencia, en la huida a toda costa de la obviedad y en la creación de una atmósfera adecuadamente preternatural a través del trabajo del Director de Fotografía y de la Dirección de Arte, el diseño de sonido y la partitura musical, La hora fría se convierte en una historia de personas abandonadas a su suerte en unas condiciones límite, en un lugar cerrado que les obliga a enfrentarse a dos tipos de fantasmas: los exteriores, que no pueden controlar, y de origen incierto, y los interiores, potencialmente aún más incontrolables y destructivos.