El gerente del Centro de Ocio John Nike en West Staines le dice un día a Ali G que van a cerrar el centro por falta de fondos. A Ali le preocupa el destino del club alternativo de boy scouts que ha estado dirigiendo hasta ese momento: "¿Cómo van a sobrevivir estos chicos en el ghetto a partir de ahora?", pregunta. Decidido a salvar el centro se encadena a una estación de autobús de Staines. Así consigue llamar la atención del primer ministro, que andaba buscando a un joven intelectual que le ayudase a ganar las elecciones en Staines, y que cree haber encontrado en él al hombre que necesitaba. El político convence a Ali de que la mejor forma de salvar el centro es presentarse a las elecciones para el Gobierno, y Ali le toma la palabra.
Con la ayuda de su abuela (Barbara New), su novia Me Julie (Kellie Bright) y su mejor amigo Ricky C (Martin Freeman), Ali G gana las elecciones municipales. Deja atrás a sus amigos y familia y entra en el Parlamento como mano derecha del primer ministro (Michael Gambon). Pero las cosas no son lo que parecen: el intrigante canciller Carlton (Charles Dance) va a utilizar la falta de experiencia política de Ali G para hundir al primer ministro y hacerse él con el poder.
Pero el enfoque juvenil y dinámico que tiene Ali G de la educación, la salud y la asistencia social, hace que el partido mejore sin cesar en las encuestas sobre la intención de voto de cara a unos importantes comicios que se avecinan. Ali y Julie se ponen sus mejores prendas para asistir a una recepción que reúne a los líderes políticos mundiales en Chequers. En la fiesta, Julie pilla a Ali flirteando con la atractiva asistente personal del canciller, Kate (Rhona Mitra). Julie se refugia llorando en el cuarto del primer ministro y allí va Ali a consolarla de la única manera que sabe... sin darse cuenta de que sus escarceos amorosos están siendo filmados por una cámara de vídeo.
Al día siguiente en la conferencia, la cosa degenera cuando los líderes del mundo se enzarzan en una serie de airadas discusiones. Ali G calma a los delegados añadiendo una infusión de una "hierba" especial al té que están tomando. Así consigue salvar la situación y al primer ministro pero sin quererlo precipita su propia caída en desgracia pues la prensa empieza a insinuar que Ali G ha drogado a los líderes políticos del mundo. Ali se ve obligado a dimitir. Todo le va mal: ha perdido la oportunidad de salvar el John Nike Centre, ha perdido el contacto con sus viejos amigos y hasta parece estar a punto de perder a su novia a manos de su gran rival, el jefe de la pandilla East Staines Massive, Hassan B (Ray Panthaki).
Al primer ministro tampoco le va muy bien. La grabación de la cámara de video parece demostrar que tuvo relaciones sexuales con una prostituta en su propio cuarto de Chequers durante la recepción, y el político se ve obligado a dimitir. Sólo Ali G conoce la verdad: si quiere recuperar su reputación, limpiar el nombre del primer ministro y vencer al malvado canciller, debe recuperar la cinta de video de la caja de seguridad de Carlton en Chequers.
Ali pide ayuda a los mismos amigos que antes abandonó. Revive la emisora de radio pirata Drive By FM, que solía llevar con Ricky C, para avisar a las pandillas de Staines. Reclutan a gente de Langley Village, Iver Heath y Englefield Green y hasta a la pandilla rival de East Staines Massive para que les ayuden en su misión. En plena noche las hordas de Staines entran en Chequers, utilizando sus habilidades con el breakdance para burlar las medidas de seguridad. Con la fuerza del motor turbo de sus Renault 5 revientan la caja fuerte, recuperan la cinta y salvan la situación.