La historia del Teatro Windmill
El lugar situado en Great Windmill Street en el Soho de Londres, donde Laura Henderson crearía su famoso teatro tiene un pasado largo y variado. La calle toma su nombre de un molino real que estuvo allí desde el reinado de Carlos II hasta finales del siglo XVIII. En 1910 un cine, el Palais de Luxe, fue abierto en ese lugar. Estaba en la esquina de un grupo de edificios que incluía los teatros Apollo y el Lyrics, donde Archer Street se junta con Great Windmill Street. El cine fue uno de los primeros sitios donde se pudieron ver las primeras películas, pero cuando cines más grandes se abrieron en el West End, el negoció cayó y lo cerraron.
En 1931, Laura Henderson compró el edificio que en ese momento estaba en desuso y contrató al arquitecto Howard Jones para remodelar el interior como un pequeño teatro.
Llamado The Windmill, abrió el 22 de Junio de 1931 con una obra de Michael Barrington llamada Inquest. Pero fue solo un pequeño éxito y pronto volvió a ser un cine.
Poco después, el gerente contratado por la señora Henderson, Vivian Van Damm, tuvo la idea de convertir el Windmill en un sitio donde se representaran musicales y que no cerrara nunca y se puso manos a la obra. Se empezó a trabajar en números que incluían actores y actrices, cantantes, bailarinas...
El 3 de febrero de 1932, abrió el Windmill con 18 números nuevos, pero el primer año el teatro perdió 20.000 libras, una fortuna para la época. Con el tiempo se convirtió en un éxito comercial, hasta tal punto que los cercanos teatros Picadilly y Pavilion copiaron el formato, lo que trajo consecuencias negativas al Windmill.
Todo cambió de nuevo cuando Van Damm y la señora Henderson deciden copiar el Moulin Rouge de París y montar un espectáculo con chicas desnudas. Fue otro éxito. Esquivaron a los implacables censores de Londres presentando a las chicas desnudas sin que se movieran, como si fueran cuadros. Se escenificaron "tableaux", en torno a temas como las sirenas, los indios o Britannia.
El Windmill fue el único teatro que permaneció abierto durante toda la guerra (excepto 12 días en los que el gobierno les obligó a cerrar, en 1939), ganándose su legendario slogan, "Nunca Cerramos". Durante algunos de los peores bombardeos, desde septiembre de 1940 hasta mayo de 1941, las representaciones se llevaron a cabo en los dos sótanos que tenía el teatro.
Muchos de los clientes del Windmill eran familias y soldados.
También celebridades que iban como invitadas de la señora Henderson, incluyendo a la princesa Helena Victoria y la biznieta de la reina Victoria, Maria Luisa. Ocasionalmente se producían algunos problemas con los clientes masculinos, pero el servicio de seguridad siempre estaba alerta ante comportamientos impropios.
Aunque la relación entre la señora Henderson y Van Damm fue tormentosa (le prohibió varias veces asistir a los ensayos pero ella se colaba disfrazada), llegaron a sentir un gran afecto el uno por el otro. Cuando ella murió en 1944 a los 82 años, le dejó el Windmill a Van Damm que continuó con su trabajo.
Tras la época de Laura Henderson, un grupo de cómicos británicos de renombre empezaron sus carreras en el Windmill. Entre éstos se encontraban Peter Sellers, Harry Secombe, Michael Bentine, Tony Hancock o Bruce Forsyth.
Van Damm continuó con el teatro hasta que murió en 1960, dejándoselo a su hija Sheila. Ella luchó por mantener el teatro en marcha, pero para entonces el Soho se había convertido en un sitio mucho más sórdido que en los tiempos de Laura Henderson cuando era una zona respetable de tiendas y restaurantes familiares. El Windmill no podía competir con los salones de masaje y los clubs de striptease y cerró en 1964.
A mediados de los 60, el Windmill fue reconstruido como cine y casino, y en 1971 se comenzó una campaña para revivir los días del "viejo" Windmill. Pero fue comprado por Paul Raymond, un empresario de locales de alterne y el teatro solo vio shows de striptease, aunque por un tiempo en los 80 se reintrodujeron números de burlesque.
Sobre la producción
Otras películas se han hecho antes sobre el Windmill, por ejemplo Tonight and Everynight, de 1945 y en la que Rita Hayworth interpreta a una de las chicas del Windmill.
Pero ninguna hasta ahora ha contado la historia del personaje detrás de todo, Laura Henderson, la formidable mujer que desafió a la censura en Londres para mostrar por primera vez desnudos en un escenario.
Mrs. Henderson presenta nos muestra a algunos de los mas notables talentos británicos, incluyendo a Judi Dench y Bob Hoskins, y dos estrellas emergentes, el cantante Will Young y Kelly Reilly. Ha sido dirigida por Stephen Frears, producida por Norma Heyman y los productores ejecutivos son Bob Hoskins y David Aukin con la dirección musical de George Fenton. El galardonado equipo también incluye al director de fotografía, Andrew Dunn.
El soho de los años 30
Realizar un retrato apropiado del Soho era vital para la película. En los años 30, el Soho era todavía una zona respetable y familiar, con algún detalle menos respetable en algún local. Esta combinación es algo con lo que el público moderno se puede identificar también, según el escritor Martin Sherman: "No es distinto a lo que pasa hoy en día, las familias ven la página 3 del Sun en la mesa desayunando y hace años iban al Windmill. Quizás existe una tradición inglesa al respecto".
Lo que estaba claro para Sherman es que el Windmill no fue de ninguna manera un sitio donde se explotara sexualmente a las actrices y bailarinas: "La bailarinas, las actrices y en general todas las chicas del Windmill eran buenas chicas, el Windmill no era un lugar sórdido. En América había locales de Burlesque, de striptease, pero esas cosas no existían en Inglaterra".
Bob Hoskins tiene recuerdos muy personales del Windmill y del Soho durante esa época, tras la muerte de Laura Henderson, cuando Van Damm todavía era el dueño. "Mis padres me llevaron al Windmill cuando tenía 5 años, después de la guerra. Las familias solían ir con los niños, y se llevaban comida. Estaban los tableaux, también números cómicos entre éstos. No era algo sórdido".
Rodar en el Soho fue prácticamente imposible, aunque algunas escenas en el exterior del Windmill fueron rodadas en Archer Street, la mayor parte fue rodada en estudio, dónde una réplica a escala real del teatro fue construida.