El viaje de AQUAMARINE empezó con la novela de la aclamada escritora Alice Hoffman, otros de cuyos libros, Prácticamente magia y Aquí en la Tierra, han sido previamente adaptados a la gran pantalla. Fox 2000, que había adquirido los derechos de la obra de Hoffman, envió una copia de la misma, junto con un guión preliminar, a la directora Elizabeth Allen. Aunque Allen todavía no había dirigido ningún largometraje, el estudio estaba impresionado con su premiado cortometraje Eyeball Eddie, y había estado buscando un proyecto en el que colaborar con ella.

A Allen enseguida le encantó el material. "Me resultaba muy inspiradora la historia, me decía mucho", dice Allen. "Pensé que sería fantástico explorar la relación entre dos grandes amigas y ver a estas chicas aceptar su individualidad y aprender a sentirse orgullosas de quienes son".

"También me entusiasmaba el singular potencial visual de la historia. Era una oportunidad de hacer algo que no se suele ver con demasiada frecuencia en pantalla, especialmente en películas dirigidas al público adolescente femenino. De hecho, ¡parecía esa clase de película que a esa edad me habría gustado ver!".

A la productora Susan Cartsonis, que se incorporó al proyecto una vez Allen fue contratada, también le atraían los fuertes personajes femeninos de la historia. "Desde hace tiempo me han atraído las películas de afirmación femenina", cuenta Cartsonis, una antigua ejecutiva de producción de Fox. "Cuando trabajaba en el estudio, abogaba por películas que fueran sobre mujeres que tuviesen que hacerse cargo de sus vidas, de una manera u otra - como La verdad sobre perros y gatos y Buffy, la cazavampiros. Después de dejarlo, produje largometrajes de una temática similar como La fuerza del amor y ¿En qué piensan las mujeres? AQUAMARINE, aunque es una historia completamente original, refleja un tema que me es muy cercano y tienen el potencial para influir sutilmente en las chicas jóvenes de una forma muy positiva y entretenida".

Una vez que Elizabeth Allen terminó de desarrollar el guión de AQUAMARINE empezó a estudiar el posible reparto, empezando con quienes serían las grandes amigas Hailey y Claire. Las primeras dos chicas que hicieron la prueba fueron Emma Roberts y Joanna "JoJo" Levesque y resultaron ideales. "Nos dejaron con la boca abierta", recuerda Allen. "Todo el mundo en el casting de Fox no se lo podía creer, acostumbrados a estar meses y meses intentando encontrar a la actriz perfecta para un papel. De una sola tacada, con una sola audición, encontramos a nuestras protagonistas".

Escoger a quien encarnara a Aqua, la sexy sirena que pone patas arriba el mundo de Hailey y Claire, fue un proceso más largo. Llevó varios meses encontrar a alguien que tuviera la adecuada combinación de belleza, frescura y alocada capacidad cómica para interpretar a la mágica mujer de los mares. Pero Sara Paxton mereció la pena la espera. Cartsonis dice: "Sara tenía un etéreo y maravillosamente cómico don que hacía de ella perfecta para Aqua. Nos recordaba a las grandes actrices de cine cómico que tenían una forma muy concreta y divertida de ver el mundo".

Para Raymond, el guapo socorrista en el que Aqua pone los ojos, Allen y Cartsonis hicieron pruebas a muchos jóvenes actores hasta dar con uno que no sólo tenía el aspecto de todo un rompecorazones sino que también hacía gala del sentido del humor que se requería para estar a la altura de las extrañas habilidades cómicas de Sara Paxton. Elizabeth Allen señala: "Cuando Jake McDorman entró a hacer la prueba, estuvo contando chistes y fue agradablemente audaz. Encontró un enfoque a los diálogos de Ray que era completamente diferente del que habíamos imaginado, y nos dejó alucinados".

La directora y los realizadores se enfrentaron a diversos retos cuando llegó la hora de elegir los exteriores. La producción se encontraba restringida a la pausa entre febrero a mayo en el rodaje de las series de televisión de Emma Roberts y Sara Paxton, así que era imposible rodar esta historia ambientada en verano en el escenario original del noreste de los Estados Unidos descrito en el guión. Se fueron a ver localizaciones de todo el país, incluyendo lugares de Luisiana, Florida y California para arreglar el problema de agendas; pero al final encontraron el sitio perfecto a mitad de camino de las antípodas, en Australia.

La Costa de Oro del continente, siendo muy panorámica y amoldable, parecía demasiado tropical para suplantar, supongamos, a Massachusetts, así que los cineastas cambiaron la ubicación norteamericana de la historia por la de Tampa Bay. Esto suponía recrear la Costa del Golfo de Florida en Australia, en concreto en la aletargada ciudad playera de Tallebudgera, Queensland, que está situada a cuarenta y cinco minutos al sur de Brisbane.