Al frente de esta secuela los creadores de la película original, James Wong (Destino final, Expediente X) y Glen Morgan (Destino final, Willard). Y los productores son Craig Perry (Destino final, American Pie), Warren Zide (Destino final, American Pie), Glen Morgan y James Wong.
Los protagonistas son Mary Elizabeth Winstead (Ring 2, Sky High) y Ryan Merriman (Ring 2, Spin), que están acompañados por un elenco de jóvenes actores de talento como Alexz Johnson (Instant Star, Reefer Madness), Kris Lemche (Ginger Snaps, eXistenZ), Sam Easton (The Underclassman, El efecto mariposa), Jesse Moss (Ginger Snaps, Incident At Deception Pass), Gina Holden (Los cuatro fantásticos, Man About Town), Texas Battle (Coach Carter, Easy Money), Chelan Simmons (Smallville, Wonderfalls), Crystal Lowe (I Spy, Get Carter) y Amanda Crew (She's The Man, Smallville).
Entre los miembros del gran equipo destacan el director de fotografía Rob McLachlan (Destino final, Willard), el diseñador de producción Mark Freeborn (Millenium, Willard), el diseñador de vestuario Gregory B. Mah (Freddy contra Jason, Willard), el montador Chris Willingham (Millenium, 24) y el supervisor de efectos especiales Ariel Velasco Shaw (Destino final, Blade Trinity).
"Creo que la idea del destino ha existido siempre", declara James Wong, director además de coguionista - junto con el productor Glen Morgan - de esta entrega, así como de la primera de la serie, estrenada en 2000. "¿Estamos destinados a conocer a la persona con la que nos casaremos? ¿Cómo moriremos? Son preguntas que todo el mundo se ha hecho en algún momento de su vida".
El productor Craig Perry, que ha supervisado las tres películas de la serie, cree que lo que atrae a los espectadores es la curiosidad humana acerca de la vida y la muerte. "Creo que todas las películas de la serie conectan con el miedo que todos tenemos a la muerte. Y nos hacemos preguntas como: ¿Qué pasa si muero hoy? ¿Cómo va a suceder? ¿Lo puedo impedir? ¿Y si he hecho algo que facilite mi muerte?".
"Los espectadores van al cine para observar el funcionamiento de la vida y la muerte y después se enfrentan al reto de dejar en el cine temas tan fundamentales", prosigue Perry.
Con respecto a este reto Perry explica que hicieron un pre estreno de Destino final 2, que contiene una impactante escena en un ascensor donde la cabeza de una mujer es literalmente arrancada: "Después vi a un grupo de jóvenes esperando el ascensor para bajar al parking. Se abrieron las puertas, se cerraron y volvieron a abrirse. Los chicos se miraron, dijeron 'a la mierda con eso' y ¡bajaron por las escaleras! Fue un gran momento porque significó que la película había funcionado".
Igualar, o preferiblemente superar la emoción de las secuencias iniciales de las dos primeras entregas fue el primer obstáculo de los cineastas. Fue el ejecutivo de New Line Richard Brener a quien se lo ocurrió la idea de un desastre en una montaña rusa. Y para el joven reparto significó pasar frío en Vancouver durante varias noches, desde el atardecer hasta el amanecer, con más de una veintena de viajes cada noche.
Ryan Merriman, el protagonista de 22 años, cuenta que le encantan las montañas rusas pero después de 17 viajes ya empezaba a marearse. Mary Elizabeth Winstead añade que al principio fue muy divertido porque no montaba en una de estas atracciones desde niña: "Fue un subidón de adrenalina y me lo pasé bien hasta la decimotercera vez, cuando noté una sensación extraña en la cabeza. Pero me siento orgullosa de mí misma porque no vomité. De hecho, no lo hizo nadie".
La secuencia de la montaña rusa con la que comienza la película es la más compleja de todas las películas. Con el fin de conseguir el efecto deseado los cineastas rodaron a los actores subidos en la atracción real y después en un decorado de 10 metros de alto construido en un enorme estudio. También les filmaron delante de una pantalla verde y finalmente utilizaron los efectos especiales para las partes donde el cuerpo humano no es capaz de actuar.
Resultó ser una experiencia interesante para los actores. Mary Elizabeth Winstead recuerda que "estábamos colgados cabeza abajo a siete metros del suelo. Teníamos que chillar y llorar - porque estábamos a punto de caer - y agarrarnos a los vagones para no morir. El coordinador de especialistas aflojó los arneses un momento para que sintiéramos cómo sería la sensación y nos asustamos de verdad. Todos hicimos fuerza con las piernas y las rodillas para no caer. ¡No habrá nada de actuación!".
Winstead y Ryan Merriman hicieron casi todas sus escenas peligrosas. En opinión del coordinador de especialistas JJ Makara, Ryan tiene un talento especial y es un buen atleta: "En una escena tenía que caerse y luego le lanzamos una bola de fuego mientras se levantaba. No era nada fácil pero Ryan estaba dispuesto a todo".
Wendy y Kevin se unen para intentar salvar vidas - las suyas y las de los otros supervivientes - pero forman una pareja extraña. Según Winstead, al principio de la película su personaje ve a Kevin como un deportista tonto. Se ven porque es el mejor amigo de su novio. Pero, debido a la experiencia de perder a los que quieren, forman equipo y al final se convierten en grandes amigos.
Merriman también se fijó en la transformación que sufre su personaje: "Empieza como un tipo despreocupado, el típica bromista. Juega al fútbol y tiene novia. Pero cuando la pierde empieza a hacerse preguntas sobre la vida. Wendy está furiosa al principio pero el accidente afecta a mi personaje de un modo distinto: quiere saber qué ocurrió y por qué. Descubre lo que pasó con el vuelo 180 (el avión que choca en la secuencia inicial de Destino final) y su investigación les lleva a él y a Wendy a interpretar las pistas en las fotos".