En el que debería ser el mejor día de su vida, Wendy (Mary Elizabeth Winstead) celebra con sus amigos la noche de su graduación del instituto en un parque de atracciones. Están a punto de subir a una montaña rusa cuando de repente Wendy se asusta. Su novio - Jason (Jesse Moss) - la tranquiliza diciéndole que sólo se pone nerviosa porque sabe que no podrá controlar lo que va a ocurrir. Wendy se domina pero en cuanto baja el arnés de seguridad, atrapándola en el asiento, tiene una premonición: va a haber un terrible accidente en el que la montaña rusa se convertirá en una trampa mortal para ella y sus amigos.
Cuando termina la espantosa visión Wendy exige que la dejen bajar. Su compañero de clase, Kevin (Ryan Merriman), se siente obligado a acompañarla. Cuando abandonan la atracción, Lewis (Texas Battle) se ríe de Kevin y le llama miedica. Los insultos desembocan en una pelea entre varios estudiantes y al final algunos de ellos serán expulsados. Se quedan abajo y ven horrorizados cómo la montaña rusa se va fuera de control y mueren todos los que iban a bordo.
Pero esto sólo será el comienzo...
Los que sobreviven descubrirán que esquivar el destino no es nada fácil. Tienen que morir y la muerte no renunciará a lo que le corresponde.
Y no tardará mucho en reclamar la siguiente víctima. Con esta nueva tragedia Wendy se dará cuenta de que en las fotos que sacó en el parque de atracciones esa terrible noche hay pistas acerca de lo que les espera a los supervivientes. Wendy y Kevin intentarán interpretar esas pistas que podrían salvar vidas mientras que, de uno en uno, sus amigos sufren una muerte atroz. Y pronto les tocará a ellos...