En el Madrid de los años 60, Carlos, estudiante de Derecho, dirige un cineclub que ha programado un ciclo dedicado al gran clásico Carl Dreyer. A casa de su novia Elena llega Santi, un sacerdote amigo de la familia, camino de las misiones, que revolucionará la visión del amor, el matrimonio y la vida que comparte la pareja. Unos cambios que afectarán también a Julia, proyeccionista del cineclub y enamorada de Carlos.
Todos ellos forman parte de un microcosmos en el que la historia de los personajes y sus conflictos sentimentales, morales o psicológicos tienen como trasfondo una España que pugna por abrirse a los nuevos aires e ideas procedentes del exterior.
El Ciclo Dreyer relata la llegada de las películas del cineasta danés a nuestro país y el fenómeno de los cineclubs que marcó un antes y un después para universitarios e intelectuales de la época, en cuanto introdujo un debate ético y moral sobre las libertades personales del que pronto arrancarían todos los demás social, político, sexual, etc.
A través de Carlos y Elena vemos cómo los hijos ilustrados de la burguesía madrileña de la época empiezan a cuestionar la moral asfixiante heredada y la vida previsible y conformista en la que han vivido sus padres y para la que ellos mismos se sentían programados.
Julia, procedente una ciudad pequeña, a su vez huye del mundo de la España de provincias en busca de una mayor amplitud de miras en la capital. Santi, por su parte, representa el tránsito que se vive por esa misma época entre una inquietud religiosa centrada en la espiritualidad y la preocupación por la justicia social que se vuelca en las misiones. En este sentido, todos ellos son exponentes de una generación que siembra la semilla de una nueva conciencia y apertura en nuestro país tras largas décadas de eclipse intelectual y moral, precursora de esos jóvenes que veremos rebelarse de forma abierta pocos años después contra el franquismo.
Los personajes
Elena Ballesteros - Elena
Hija única y huérfana de padre, prefiere las certezas científicas de la Antropología a las fantasías cinematográficas. Su vida de joven burguesa le parece "pequeñita y monótona", al tiempo que su inteligencia y su valentía contribuyen a aceptar riesgos impensables en otras señoritas de la época.
Pablo Rivero - Carlos
Estudiante de Derecho, sus pasiones contradictorias son su novia Elena y el cine. Confía en la sinceridad de sus sentimientos y recibe de las ficciones proyectadas sobre una pantalla el alimento espiritual que la realidad de la época le niega.
Ruth Díaz - Julia
La seguridad de su sólido novio y la perspectiva de una existencia tan sensata y cómoda como monótona y previsible, empujan a la treintañera provinciana a Madrid, con la excusa de preparar una tesis. Como cinéfila, sabe que el veneno esconde propiedades curativas.
Fernando Andina - Santi
Sacerdote de vocación tardía, el sensible ingeniero comprendió, visitando los suburbios, que debía entregarse al prójimo. Se presenta en Madrid de paso a las misiones, incapaz de adivinar lo que le esperaba, de la mano del cineasta Dreyer, secundado por sus fervientes espectadores.
Isabel Ampudia - María
Para la madre de Carlos fue una más de las criadas que en la época desfilaban por los hogares burgueses, como componentes del llamado "servicio". Para Carlos representó el prodigio del descubrimiento de la femineidad y la esperanza de la mujer eterna.
El Ciclo DreyerDirigida por Álvaro del Amo