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Neil Young. Heart of Gold cartel reducidoNeil Young. Heart of GoldDirigida por Jonathan Demme
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En la primavera de 2005 al cantante, compositor, poeta y cineasta Neil Young se le diagnosticó un aneurisma cerebral potencialmente fatal. Fijada una fecha para la intervención quirúrgica, Neil se sentó a escribir galvanizado por la situación. En unas pocas semanas escribió y empezó a grabar el álbum "Prairie Wind", uno de los títulos más sentidos y personales de su carrera.

"Prairie Wind" habla de la pérdida de los seres queridos y de la inspiración que se encuentra en los sucesos de la vida cotidiana. Young siguió grabando el disco hasta la misma víspera de su operación: "El álbum es un reflejo natural de lo que pasaba por mi cabeza durante ese período, un período de reflexión. La familia. La historia. La condición del alma. Contar historias es algo natural para mí. Contar historias es una tradición muy vieja, más antigua que la Biblia. Para mí es una forma de vida".

La operación se saldó con éxito y el disco se publicó recibiendo críticas entusiastas. Robert Hilburn escribió en "Los Angeles Times": "Neil Young es el compositor que expresa con mayor elocuencia los vínculos esenciales que nos unen a todos".

Durante ese mismo período el director Jonathan Demme también estaba atravesando un momento de cambio en su carrera. Tras el éxito de crítica y público de El mensajero del miedo había decidido tomarse un año sabático. Concluido éste, Demme llamó a su viejo amigo Young para ver si estaba interesado en colaborar en algún proyecto cinematográfico. Ya habían trabajado juntos en el pasado. En 1993 Young aportó a la banda sonora de la película Philadelphia la canción homónima, que fue nominada para un Oscar. Un año después Demme filmó a Young y su grupo Crazy Horse en el proceso de grabación de cuatro canciones del disco "Sleeps with Angels"; el film resultante se tituló The Complex Sessions.

Dice Demme: "Neil Young es un mago, hace magia sobre un escenario. Es un artista-poeta-trovador al modo antiguo que responde creativamente a la vida que ve en su torno. La música de "Prairie Wind" habla de cuestiones emocionales, sociales y vitales de una forma que a mí me resulta cargada de sentido".

Dice Young: "La sensibilidad musical de Jonathan es bien conocida y se ve reflejada en muchas de sus películas, desde la que hizo con los Talking Heads (Stop Making Sense) hasta la banda sonora de sus largometrajes. Es alguien que sabe trabajar muy bien con músicos".

Demme y Young concibieron un ‘concierto de ensueño’, no sólo en el sentido de que representara una culminación de la extraordinaria carrera del músico sino en el sentido de que supusiera literalmente la representación de un sueño. El concierto debía evocar la riqueza y complejidad de la visión del mundo de Young. La escenificación integra imagen y música apoyándose en personajes, instrumentos, visiones, tonos, colores y luces combinados con música, voces y silencios en un conjunto orgánico que desafía todo intento de ser etiquetado.

Fiel a este concepto de "experiencia onírica", Demme nunca muestra imágenes del público o del exterior del Auditorium; nada interrumpe la experiencia privada de la música de Young. Demme colocó en el escenario ocho cámaras y una Steadycam. Desde un principio el director decidió no utilizar movimientos de cámara, prefiriendo que sus cámaras fijas estuvieran en una posición que le permitiera captar la interacción entre Young y los demás músicos.

Demme comenta: "Se abre el telón y aparece un hombre. Es nuestro guía. No nos cuenta ninguna historia concreta sino que nos guía en lo que viene a ser un trayecto emocional muy real y profundamente sentido". Young añade: "El espectador es una especie de fantasma capaz de flotar alrededor, por encima y por detrás del escenario; puede ver cosas que un espectador normal no vería nunca".

Dice Demme de su vieja amiga y colaboradora, la directora de fotografía Ellen Kuras,: "Ellen tiene un enfoque puramente emocional respecto al tipo de color que debe acompañar a cada canción. Hace que cada tema que se oye tenga un distinto concepto visual y un color específico. Los colores que se ven en esta película no existen en ninguna otra, no se encuentran ni en una caja de Crayola".

Otro elemento clave de la atmósfera onírica de la película es el vestuario creado por el legendario diseñador de Nashville Manuel, quien creó atuendos únicos para todas las personas que se ven sobre el escenario y hasta para los miembros del equipo técnico de Young. Manuel concibió un vestuario que es a la vez de "época" e intemporal y que contribuye al aspecto a la vez sobrenatural y artesano de la película.

El diseñador gráfico y escenográfico Michael Zansky creó en colaboración con Demme los telones de fondo de "Prairie Wind", inspirándose tanto en las canciones del disco como en la tradición del Grand Ole Opry de colocar a los artistas en el escenario dentro de un contexto visual específico. Zansky creó los fondos en un enorme salón del campus de SUNY Purchase, en Nueva York, y luego les dio los últimos retoques en el mismo escenario del Ryman Auditorium.

Demme concluye: "Neil Young: Heart of Gold ha representado una experiencia muy pura, es lo más puro que el cine puede llegar a ser para mí. Se estaba interpretando una música sensacional y el reto para nosotros consistía en encontrar la mejor forma de representarla".

Un asunto de familia
Para Neil Young tocar en un escenario significa hacer música con los amigos y la familia. La música es el trabajo creativo de una comunidad de músicos, cada uno con un rol tan claro como si fuera un personaje de película. Su mujer Pegi canta y toca la guitarra con su grupo; tenerla junto a él en escena es un detalle especial que da mayor resonancia a los temas interpretados. Young es siempre el protagonista central de sus canciones, pero la elección de colaboradores como Emmylou Harris y otros compin- ches de toda la vida parece formar parte de cada canción tanto como las propias letras.

En esta ocasión Neil Young está acompañado por el teclista Spooner Oldham, el intérprete de guitarra steel a pedal Ben Keith, los baterías Chad Cromwell y Karl Himmel, el bajista Rick Rosas, el guitarrista Grant Boatwright, el violinista Clinton Gregory, Tom McGinley y Jimmy Sharp a los vientos, y las voces de Diana De Witt, Gary Pigg y Anthony Crawford. Luego están los invitados especiales de Young: Wayne Jackson de los Memphis Horns, los Jubilee Singers de la universidad de Fisk y la orquesta de doce músicos The Nashville String Machine (que cuenta con doce violines Stradivarius). Todos ellos llevan años tocando con Young, algunos desde hace más de 30 años, desde la época de las sesiones del álbum "Harvest". Así es como Young crea un aire de intimidad familiar sobre el escenario, algo necesario a la hora de trabajar con individualidades creativas. Dice Young: "Esta gente no se limita a reproducir algo, son creativos. Son incapaces de tocar lo mismo una y otra vez. El reto para mí consiste en darles espacio para que sean creativos. Y el reto para ellos consiste en tocar la canción de forma que evoque el arreglo con el que se escuchaba en el disco original".

La realización de Demme enfoca el trabajo de cada músico individual dentro de la composición general del grupo y observa cómo los distintos músicos cambian de un instrumento a otro en el curso del concierto. Esta dinámica pone en primer término el propio acto creativo y subraya el proceso de construcción de cada canción: el cuidado, la precisión y la habilidad musical necesarios para encontrar la interpretación adecuada.