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Cosas que perdimos en el fuego cartel reducidoCosas que perdimos en el fuego(Things we lost in the fire)
Dirigida por Susanne Bier
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Halle Berry y Benicio Del Toro, ambos premiados por la Academia, protagonizan Cosas que perdimos en el fuego, un drama dirigido por Susanne Bier (Después de la boda, nominada al Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa), acerca de dos personas unidas el destino.

DreamWorks Pictures presenta una producción de Neal Street, con Halle Berry, Benicio Del Toro, David Duchovny, Alison Lohman, Omar Benson Miller y John Carroll Lynch, dirigida por Susanne Bier a partir de un guión de Allan Loeb. Productores, Sam Mendes y Sam Mercer. Productores ejecutivos, Pippa Harris y Allan Loeb. Director de fotografía, Tom Stern. Diseño de producción, Richard Sherman. Montadores, Pernille Bech Christensen y Bruce Cannon, ACE. Vestuario, Karen Matthews. Canciones, Gustavo Santaolalla. Música, Johan Söderqvist. Supervisión musical, Susan Jacobs.


Catarsis, recuperación y amistad
Cosas que perdimos en el fuego es la primera película producida en Estados Unidos de la directora danesa Susanne Bier, conocida por sus largometrajes basados en personajes muy humanos, entre las que destacaremos Después de la boda, nominada a un Oscar en 2006, y dos películas anteriores, Te quiero para siempre (2002) y Brodre/Hermanos (2004), nominada a 11 premios de la Academia de Cine Europeo. La directora prefiere filmar historias directas de mucha fuerza emocional basadas en acontecimientos inesperados que conectan con un público cada vez más numeroso. El oscarizado director Sam Mendes está entre los que conocen y admiran las películas de Susanne Bier.

Después del éxito de American Beauty y Camino a la perdición, la productora de Sam Mendes empezó a recibir los mejores guiones de Hollywood. Uno de los proyectos que más le interesó fue Cosas que perdimos en el fuego, escrito por Allan Loeb. "Es una historia conmovedora y original", dice el productor. "No abundan los guiones que, por una parte, cuentan una historia personal acerca de la relación entre dos seres humanos y que, por otra parte, tienen la amplitud necesaria para convertirse en una película para la gran pantalla y no en un telefilm".

Sam Mendes decidió inmediatamente producir la película y empezó a buscar al realizador ideal para encabezar el proyecto. "Pensé desde el primer momento que necesitaba a un director muy especial", dice. "Quería que la realización fuera tan personal como el guión. Su instinto de productor le hizo pensar en Susanne Bier, a la que compara con Fernando Meirelles, Alejandro González Iñárritu y otros cineastas actuales de talento procedentes de países donde no se habla inglés. Al igual que la obra de Susanne, sus películas tienen una estética particular; ruedan cámara en mano, la textura es más granulosa, no es tan convencional como en Estados Unidos o Inglaterra, mi país natal", explica.

La directora también buscaba una historia con la que debutar en Estados Unidos y reconoce que sentía cierto nerviosismo a la hora de escoger el material idóneo. Después de leer numerosos guiones, el drama de Allan Loeb la conmovió por tratarse de la historia de dos personas que intentan sobrevivir a una pérdida devastadora. "Siempre me he interesado por las reacciones de la gente en situaciones extremas. La historia no me era desconocida, pero también despertó mi curiosidad porque era algo que podía pasar de verdad", dice la realizadora. "Además, me gustó mucho la idea de trabajar con Sam Mendes; estaba segura de que sería una experiencia estimulante y agradable".

Sólo le preocupaba no tener la misma libertad que en Dinamarca. "Pensé que trabajar en Estados Unidos implicaría ciertas restricciones, que me pedirían que la película fuera más convencional, pero fue todo lo contrario," añade. "Me decían cosas como ‘Atrévete, ten valor, que sea más peligrosa’".

Cuando alguien le pregunta al guionista Allan Loeb de qué trata Cosas que perdimos en el fuego, siempre contesta lo mismo: "De catarsis y recuperación", dice. "Nunca digo nada más porque es eso, pero también trata de la amistad".

El guionista desconocía el cine de Susanne Bier hasta que esta se unió al proyecto. "Brodre/Hermanos y Te quiero para siempre me conmovieron profundamente, son películas muy poderosas", dice Allan Loeb. "En cuanto vi lo que había hecho, supe que Cosas que perdimos en el fuego estaba en buenas manos".

La historia transcurre en el noroeste de Estados Unidos y empieza mostrando la cómoda vida de una pareja, Audrey y Brian (Halle Berry y David Duchovny), con sus dos hijos, Harper de diez años (Alexis Llewellyn) y la pequeña Dory de seis (Micah Berry). El matrimonio se lleva muy bien. Sólo hay un tema en el que no están de acuerdo, y este es Jerry (Benicio del Toro), el amigo de infancia de Brian, un abogado que ha echado su vida a perder por su adicción a las drogas. Audrey no entiende por qué su marido sigue ayudando a Jerry cuando todos le han abandonado debido a su comportamiento autodestructivo.

Después de la repentina muerte de Brian, Audrey invita a Jerry al entierro en parte porque se siente culpable y también porque siempre fue el amigo de su marido. Desde el oscuro abismo de dolor en el que está sumergida, entiende que Jerry es la única persona que conocía y amaba a Brian tanto como ella.

Lo que más atrajo a Sam Mendes fue la aparente sencillez de la historia. "Me gustó que el punto de partida fuera una pareja feliz con dos hijos", dice. "Tienen una vida sólida, nada espectacular, por muy especial que sea para ellos. Y, de pronto, uno de los dos muere".

Para mantener la conexión que tenía con su marido, "la mujer empieza a escarbar en el pasado", explica el productor. "Sabe que tenía un amigo que ella no conoce. Se llama Jerry, es un drogadicto, pero decide encontrarle. Es un hombre difícil, solitario, no muy simpático, pero algo les une. Es más una unión psicológica que romántica. Juntos son capaces de enfrentarse a sus problemas".

Susanne Bier añade: "No es una película con mensaje. Odio las películas con mensaje. Pero me gustan los filmes con contenido, y me gustan las historias que, a pesar de su aparente sencillez, permanecen después de haber visto la película y dan pie a largas conversaciones".


Un reparto de primera
Cuando llegó el momento de escoger el reparto, Susanne Bier se entusiasmó con la idea de poder contar con talentos como Benicio Del Toro (ganador del Oscar al Mejor Actor de Reparto por Traffic en 2000) y Halle Berry (ganadora del Oscar a la Mejor Actriz por Monsters’ Ball en 2002) para los papeles protagonistas de Jerry y Audrey.

"Halle y Benicio son grandes actores", dice la realizadora. "Es un placer verlos trabajar y están llenos de originalidad. Me pareció una buena idea juntarlos. Pensé que habría química entre los dos, una química sexy, potencialmente agresiva, pero que también habría una sensación de comodidad, una especie de reconocimiento emocional entre ambos, y me pareció genial".

"Tuvimos mucha suerte porque Benicio es un auténtico genio y Halle es una actriz fantástica a la que apasionó el papel", dice Sam Mendes. "Además, David Duchovny era el actor perfecto para encarnar a Brian, el punto de partida de la historia".

Ambos actores bombardearon a Allan Loeb con preguntas acerca de sus personajes. "Querían saberlo todo", recuerda el guionista. "Los dos son muy detallistas. Halle quería saber más acerca del viaje emocional de Audrey. Me pareció muy interesante hablar con ellos porque siempre estaban empeñados en llegar a la verdad. ¿De dónde vienen realmente? ¿Qué sienten realmente?".

A pesar de ser una actriz muy conocida y de haber ganado un Oscar, Halle Berry reconoce que tuvo que luchar para obtener el papel: "Creo que la mayoría de actores tiene que pelear para conseguir papeles buenos. No abundan, especialmente los papeles femeninos".

"El papel de Audrey no se escribió para una actriz negra", sigue diciendo. "Por lo tanto, nadie pensó en mí. Muy al principio, le dije a mi representante: ‘Sé que la productora no me ve para el papel, pero si pudiera hablar con la directora...’".

Las dos mujeres se conocieron cuando Susanne Bier se detuvo en Nueva York camino de Dinamarca y tomaron café. "Tenía la esperanza de que Susanne viera más allá del envoltorio", dice la actriz.

La directora no fue insensible a la belleza de Halle Berry y recuerda, riendo, las veces que la actriz llegaba a rodar "sin maquillaje, con el pelo mojado y aún así parecía una diosa".

Pero lo que más le impresionó fue que "Halle es una actriz asombrosa y es capaz de aportar una intensidad y una ira inesperadas al papel. Nunca escoge el camino más fácil".

Halle Berry, al hablar de lo que le atrajo de la historia, dice: "A menudo damos nuestra vida por sentada, nuestra vida y lo que tenemos. Deseamos cosas. Pero lo importante es lo que no se toca, el espíritu humano, tener a personas a las que amamos en nuestra vida".

Benicio Del Toro se preparó a conciencia para el papel. Además de hablar con médicos y expertos, asistió a varias reuniones de Narcóticos Anónimos. "Se metió en la cabeza del personaje, de cualquier adicto", dice el productor Sam Mercer. "Es consciente de que son personas y de que deben ser tratadas con compasión. Son enfermos y hay que tratarlos como tal".

En opinión de Benicio Del Toro, el personaje de Jerry es infantil y cálido. "Creo que Kurt Cobain dijo algo parecido a que la gente necesita drogarse para sentir el entusiasmo que tenían de niños", dice el actor.

La relación de Jerry tiene con los hijos de su mejor amigo hace que consiga estabilizar su propia vida, recuperar el ánimo y devolverles la alegría. "Creo que aun sin saberlo, los niños son capaces de encaminar a alguien en la buena dirección", dice. "Dan una razón de ser a la vida de Jerry".

Hablando de la relación poco convencional que surge entre Audrey y Jerry, el actor explica: "Son dos minusválidos. Es un poco como si un ciego guiara a otro. Audrey intenta superar su dolor y seguir adelante; Jerry intenta superar su adicción. Hay muchos altibajos, es una montaña rusa emocional".

A pesar del tema y de escenas muy emocionales, Susanne Bier siempre intentó añadir un toque de humor a la historia y reconoce que Benicio Del Toro le ayudó a encontrar un enfoque más ligero en muchas escenas. "Benicio tiene un humor espontáneo", dice. "Me parece que haga lo que haga, nunca pierde el sentido del humor. En algunas ocasiones añadía mucho color con su humor".

Para el papel crucial de Brian, el hombre cuya muerte da pie a la historia, Susanne Bier escogió al popular actor de televisión y cine David Duchovny, que se unió de inmediato al proyecto. "Es un guión emocional e inteligente", dice. "No es fácil encontrar buenas películas conmovedoras que sean auténticas. No es melodramática a pesar de ser muy emotiva".

Además de crear un ambiente realista al personificar una pareja que lleva más de diez años casada y con dos hijos, Halle Berry y David Duchovny intentaron crear personajes imperfectos. "Es una familia feliz, pero no es perfecta", dice la actriz. "Después de once años de matrimonio, se ha instalado la normalidad, la rutina, pero son felices con la seguridad de su relación".

"Su matrimonio es una mezcla de entusiasmo y de aburrimiento, como otros muchos", dice David Duchovny. "No queríamos que fuera perfecto para que la tragedia pareciera más real. La vida se acaba repentinamente. Nada ni nadie es perfecto".

La muerte de Brian no sólo afecta a Jerry, a Audrey y a sus dos hijos, también conmueve profundamente a otros personajes de la película. John Carroll Lynch interpreta a Howard Glassman, vecino y amigo de Brian. "Salían a correr cada día", explica el actor. "Al morir Brian, Howard empieza a replantearse su vida. Al principio de la película está bastante dormido, pero algo terrible le pasa a su amigo y se despierta de golpe. Lo que más me gusta de esta historia es que el dolor afecta a cada personaje de forma diferente. Algunos cambian de vida, otros no".

Omar Benson Miller encarna a Neal, el hermano de Audrey, que intenta consolar a su hermana mayor y ayudar al angustiado Jerry a través de un difícil proceso de rehabilitación. "Es una historia de dolor y renacimiento", explica el actor. "La muerte de Brian obliga a Audrey a abrir los ojos, a darse cuenta de lo que es capaz y a seguir adelante. Lo mismo le ocurre a Jerry".

Completa el reparto Alison Lohman en el papel de Kelly, una joven muy observadora que traba amistad con Jerry en una reunión de Narcóticos Anónimos. "Para mí, es la historia del principio de una recuperación", dice la actriz, cuyo personaje está más metido que Jerry en el proceso de rehabilitación. "Para Jerry, se trata de recuperarse de una adicción; para Audrey, de la muerte de su marido".

"Me encanta la interpretación de Alison", dice Susanne Bier. "Es una actriz muy específica, muy aguda. En cuanto a los niños, necesitábamos a dos jóvenes actores que se parecieran a Halle y a David y que, además, fueran maravillosos. Micah y Alexis son todo eso".

"Una de las cosas que realmente me gusta del guión", acaba diciendo el productor Sam Mercer, "es la magnífica descripción de los niños. Normalmente, en el cine, los niños son pequeños adultos con pequeños problemas de adultos. En este caso no es así. Son niños y se comportan como tales. Piensan como niños, sus expectativas son las de un niño. Además, Alexis y Micah interpretan sus personajes a la perfección".