"Incluso un hombre con el corazón puro y que reza cada noche
puede convertirse en hombre lobo cuando florece
el matalobos y brilla la luna de otoño" - Leyenda gitana
En los años 30 y 40, Universal Pictures estrenó una serie de películas de terror que crearon un nuevo tipo de entretenimiento cinematográfico: las películas de monstruos. Al transformarse en personajes como Drácula, Frankenstein, la momia y el hombre invisible, legendarios actores de la talla de Bela Lugosi, Boris Karloff y Claude Rains llevaron al celuloide pesadillas que antes sólo estaban al alcance de la imaginación de los lectores.
Posiblemente la criatura más fascinante fuera la que encarnó Lon Chaney Jr en 1941. Un hombre solitario, obligado a entregarse a la fuerza más básica de su ser, provocó escalofríos a los espectadores mientras le veían transformarse en algo que en nada se parecía a un ser humano. Con la luna llena, daba rienda suelta a una rabia surgida del lado más oscuro de su psique. Parte hombre y parte demonio, maldito para la eternidad.
El director de EL HOMBRE LOBO es JOE JOHNSTON (Parque Jurásico III, Océanos de fuego/Hidalgo), y los productores son SCOTT STUBER (Todo incluido, Mal ejemplo), Benicio Del Toro, RICK YORN (El aviador, Gangs of New York) y SEAN DANIEL (las entregas de La momia; Tombstone, la leyenda de Wyatt Earp). Esta película de acción y terror está escrita por ANDREW KEVIN WALKER (Sleepy Hollow, Seven) y DAVID SELF (Camino a la perdición, 13 días), basada en el guión cinematográfico de CURT SIODMAK (El hombre lobo, del año 1941).
Se unen al director detrás de la cámara conocidos profesionales como el director de fotografía SHELLY JOHNSON (Parque Jurásico III, Océanos de fuego/Hidalgo); el oscarizado director de producción RICK HEINRICHS (Sleepy Hollow, Piratas del Caribe: el cofre del hombre muerto; los montadores DENNIS VIRKLER (El fugitivo, La caza del Octubre Rojo) y el ganador de tres Oscar WALTER MURCH (El paciente inglés, Cold Mountain); la diseñadora de vestuario, también ganadora de tres Oscar, MILENA CANONERO (María Antonieta, Carros de fuego), y el compositor DANNY ELFMAN (Wanted/Se busca, y el próximo estreno Alice in Wonderland).
Los efectos de EL HOMBRE LOBO se deben al diseñador de criaturas RICK BAKER (Un hombre lobo americano en Londres, Hombres de negro, El profesor chiflado), premiado con seis estatuillas.
La producción ejecutiva corre a cargo de BILL CARRARO (La brújula dorada, el próximo estreno The Adjustment Bureau), JONATHAN MONE (las aún sin estrenar Repo men, Your Highness) y RYAN KAVANAUGH (Resacón en Las Vegas, Bienvenidos a Zombieland).
El lobo vuelve a aullar: Insuflar nueva vida a un clásico
Se le ha dado un sinfín de nombres en numerosas culturas durante miles de años. La mítica criatura conocida bajo el nombre de licántropo ha fascinado al mundo; un ser humano con la extraña habilidad de transformarse en lobo las noches de luna llena. Desde los mitos de los antiguos griegos hasta las crónicas de Gervasio de Tilbury, escritas en 1212 en la enciclopédica "Otia Imperialia", las historias de terror acerca de hombres lobo han dominado las culturas de este mundo durante siglos.
Pero la criatura no saltó a la gran pantalla hasta hace siete décadas, exactamente en 1935, cuando Universal estrenó El lobo humano, del director Stuart Walker. Sin embargo, fue la clásica El hombre lobo, de 1941, la que estableció con firmeza el mito del licántropo en el mundo del cine. La película creó un personaje emblemático a través de la trágica figura de un noble llamado Lawrence Talbot, interpretado por Lon Chaney Jr, hijo del famoso actor del cine mudo, Lon Chaney, protagonista de El fantasma de la ópera y El jorobado de Notre Dame.
El hombre lobo, dirigida por George Waggner a partir de un guión original de Curt Siodmak, fue una de las famosas películas de monstruos de Universal en una época propensa a imaginar criaturas de pesadilla. El personaje de Talbot volvió a aparecer en películas del estudio como Frankenstein y el hombre lobo, La zíngara y los monstruos, La mansión de Drácula y Abbott y Costello contra los fantasmas.
La original, con el eslogan "Su escalofriante aullido es un canto a la muerte", se convirtió en un clásico instantáneo a pesar de durar sólo 70 minutos, muy poco para una película de monstruos. Fortaleció la fama de Lon Chaney Jr e incluía pequeños papeles de otros "monstruos" de Universal, como Claude Rains, de El hombre invisible, en el papel de sir John Talbot, y Bela Lugosi, de Drácula, en el papel del gitano que descubre la maldición que han echado a Lawrence.
Hace tiempo que el actor y productor Benicio Del Toro es un apasionado del género. La idea de rendir homenaje a estas películas nació hace años en su casa hablando con su representante y productor, Rick Yorn.
Este último explica por qué le interesó el proyecto desde el principio: "De niños, las películas de monstruos nos afectaron mucho a mis hermanos y a mí. Desde que llegué a Hollywood, he querido hacer un remake de una de esas películas. Un día, hace años, en la casa de Benicio, vi el cartel de El hombre lobo. Era un primer plano de Lon Chaney Jr disfrazado de monstruo. Miré a Benicio, que en la época llevaba barba, y le pregunté: '¿Te gustaría hacer un remake de El hombre lobo?'".
Benicio Del Toro estaba dispuesto a rendir un homenaje al género que tanto le gustaba desde niño. Aun sabiendo que una película así requería horas de maquillaje para colocar las prótesis, no le importó. "Frankenstein, Drácula, la momia
Cuando era pequeño vi todas las películas de estos personajes", dice. "Uno de mis primeros recuerdos de un actor interpretando es Lon Chaney haciendo de hombre lobo. Queríamos rendir un homenaje a esta película y a la anterior, El lobo humano, con Henry Hull. Estábamos convencidos de que sería fantástico conseguirlo".
El actor no quería hacer un remake fotograma a fotograma, sino una versión dirigida a un público actual. En su opinión, la historia creada por los guionistas Andrew Kevin Walker y David Self "aporta algo nuevo, tiene giros inesperados, además de un toque moderno, sin dejar de honrar la historia original".
Benicio Del Toro y Rick Yorn hablaron con el productor Scott Stuber, que también estuvo de acuerdo en que había llegado el momento de hacer una versión moderna. "Hemos añadido ciertas cosas, pero queríamos ser fieles al original", explica el productor. "El hombre lobo es un símbolo de mucha fuerza porque todos llevamos un poco de él dentro. Todos sentimos rabia. Todos hemos ido demasiado lejos alguna vez, hemos hecho algo que no debíamos. Llevamos algo primitivo dentro y debemos aprender a controlarlo. Si no lo hacemos, estamos condenados".
El productor siempre supo que Benicio Del Toro era perfecto para el papel protagonista. Hablando del oscarizado actor, dice: "Benicio tiene una mirada muy intensa. Su poder de comunicación durante la transformación es crítico para la película. Nos esforzamos en que hubiera la menor separación posible entre el actor y el hombre lobo para que la bestia no estuviera a un lado y Benicio al otro. La interpretación es crucial para que el espectador pueda sentir algo por el personaje. Desde luego, los efectos especiales son asombrosos, pero ayudan a subrayar la interpretación, no son la base".
Sean Daniel se unió a los tres cineastas y aportó su experiencia en el relanzamiento de películas de monstruos: participó en el lanzamiento de las entregas de La momia, de Universal Pictures. Hablando de su participación, el productor dice: "Me sentí muy halagado de que me llamaran para unirme a un proyecto donde vuelve a la gran pantalla otro de los geniales monstruos de Universal que tanto me gustaban de niño".
Los productores empezaron a buscar un director que no sólo fuera capaz de llevar el guión a la gran pantalla, sino que pudiera realizar una película de terror donde debían unirse a la perfección los efectos visuales, digitales y con prótesis.
El director Joe Johnston se subió a bordo después de que Mark Romanek abandonara el proyecto durante la preproducción. Premiado con una estatuilla a los Mejores Efectos Visuales por En busca del arca perdida, como realizador tiene en su haber películas basadas en personajes, como Cielo de Octubre, y otras de acción como Parque Jurásico III y Océanos de fuego/Hidalgo.
Como en cualquier otro proyecto, Joe Johnston se interesó más por la historia que por el espectáculo. En el guión escrito por Andrew Kevin Walker y David Self, descubrió "además de la acción, de la sangre y del miedo, una historia de amor entre Lawrence Talbot y Gwen, la novia de su hermano muerto. Quería que esta relación fuera el elemento que uniera el relato, la pieza clave que permitiera al público entender el horror del que es presa Lawrence".
Como ex director artístico, estaba entusiasmado con los retos visuales de la historia: "Quería enseñar al espectador algo que no hubiera visto antes en el proceso de transformación de hombre a lobo", añade el director. "Todos hemos visto películas de licántropos, y las transformaciones siempre se basan en los mismos elementos: los huesos se alargan, la cara se cubre de pelo".
"Pero las transformaciones en EL HOMBRE LOBO sólo pueden realizarse con la ayuda de efectos digitales", sigue diciendo. "Nuestro punto de partida no podía ser mejor, Benicio Del Toro; y nuestro punto de llegada no tiene comparación, el maquillaje de Rick Baker. La transformación no se realiza de forma lineal, vamos en muchas direcciones para llegar al resultado final".
Los cineastas sabían que para conseguir unas secuencias espectaculares, debían encontrar el equilibrio perfecto entre los efectos de maquillaje y los especiales. Era un reto más entre otros muchos y debía superarse durante la filmación y el montaje. Pero lo primero era encontrar a los actores que ayudarían a Benicio Del Toro a dar vida a la aterradora criatura.
Nobles, detectives y jóvenes victorianas: El reparto de El hombre lobo
Los cineastas siempre pensaron que era importante incluir algunos de los personajes de la película original. En la versión de 1941, el padre de Lawrence, interpretado por Claude Rains, tenía un papel muy reducido; sin embargo, los productores creían que la relación entre padre e hijo debía ocupar una parte importante de la versión de 2010. Además de Lawrence Talbot y de su padre John, incluyeron a Gwen Conliffe, de la que se enamora el protagonista, y a Maleva, jefa de los gitanos.
Scott Stuber dice, hablando del reparto estelar: "Benicio, Anthony, Emily y Hugo forman un grupo que ha sabido aportar una enorme profundidad a la historia, además de dar vida a los elementos del espectáculo y del terror".
El joven Talbot no sólo vuelve a Blackmoor para saber lo que le ha pasado a su hermano, sino también para reanudar una relación con su padre, que le abandonó hace años. Cuando le muerde un hombre lobo, debe aceptar el hecho de que él también se convertirá en monstruo. Para dar más cuerpo a la historia original, había que aumentar el papel de sir John Talbot.
Para el papel del excéntrico padre de Lawrence, los cineastas escogieron a Anthony Hopkins. Ya que los dos hombres llevan años sin verse, el reencuentro es bastante tenso. Benicio Del Toro no tuvo problemas en interpretar esta parte del papel, aunque no estaba nada tranquilo con la idea de trabajar con el gran intérprete. "Al principio, estaba tan impresionado que no disfruté nada", recuerda, riendo. "Pero bastaba con verle para aprender. Era muy agradable que otro actor me hiciera sugerencias. Es un gran profesional; le bastan dos tomas para conseguir la escena perfecta. Fue genial trabajar con él".
Anthony Hopkins explica la relación entre los dos hombres: "Hay mucha frialdad y un gran distanciamiento entre los dos. Lawrence apenas conoce a su padre, que le alejó siendo aún niño por haber sido testigo de un acontecimiento horrible: la muerte de su madre. Sir John le mandó a Estados Unidos. Cuando vuelve a Inglaterra, es un actor mundialmente famoso. Entonces se entera de que su hermano ha desaparecido".
Hablando de lo que le atrajo del papel, Anthony Hopkins dice: "Psicológicamente, disfrutamos viendo el lado oscuro de la vida. Transformación, resurrección, salvación
Y esta historia lo tiene todo". Le interesaba ver cómo se desarrollaba la relación entre los dos hombres: "Sir John es frío como un témpano; no expresa la menor sensibilidad, no parece sentir la tragedia ni el dolor, y así se comporta con su hijo. Además, intenta manipularlo mediante comentarios desconsiderados que nunca son abiertamente crueles, pero que duelen".
Sir John tiene las uñas sucias, lleva ropa asquerosa, no se molesta en peinarse, y vive en una enorme casa destartalada y ruinosa. Se esfuerza en que su hijo Lawrence nunca tenga claro cuál es la relación con su padre. El realizador Joe Johnston disfrutó desarrollando la locura de sir John y la fricción entre los dos hombres. "Sir John está loco de atar, pero considera su locura la cosa más normal del mundo", explica el director. "No es la primera vez que Anthony hace un papel parecido, pero en EL HOMBRE LOBO, no se sabe que está loco hasta la mitad de la película. Hasta entonces, Anthony nos deja entrever la locura de sir John, pero vuelve rápidamente a cerrar la ventana. Mantiene en vilo al espectador".
Anthony Hopkins alaba al realizador: "Joe sabe lo que quiere, es amable, agradable, todo el mundo puede hablar con él. Nos facilitó el camino a todos, y eso es muy importante considerando las dificultades a las que se enfrentaba. Llegó sin apenas tiempo para prepararse, se responsabilizó de una película enorme y todo fue sobre ruedas".
Para dar vida a la trágicamente enamorada Gwen Conliffe, interpretada en la versión de 1941 por la eterna Evelyn Ankers, los cineastas escogieron a Emily Blunt. Desde que su papel como la inteligente ayudante de Meryl Streep en El diablo se viste de Prada la catapultó a la fama, la crítica y el público no han dejado de aplaudirla.
Gwen es la novia de Ben, el hermano de Lawrence, y se desplaza a Londres para rogarle a su futuro cuñado que la ayude a encontrar a su prometido. Cuando descubren que ha muerto, Gwen empieza a enamorarse de Lawrence durante su estancia en Blackmoor. Hablando de la talentosa actriz, Joe Johnston dice: "Emily es capaz de contar una historia con su cara, no le hace falta hablar. Siempre que podíamos, abreviábamos el diálogo. Emily ha sabido contar la historia de Gwen a través de la emoción y no de la palabra".
La actriz explica por qué decidió participar en la película: "Me sentí atraída por cómo estaba desarrollado el personaje y porque el guión me pareció muy emotivo. La película no sólo habla de violencia, también es una historia de amor muy humana. Eso es lo maravilloso de EL HOMBRE LOBO, es una historia de miedo, pero también de amor. Joe quería hacer una enorme película de monstruos al estilo clásico, y nunca abandonó su visión durante el rodaje".
La actriz dice que comprende al monstruo y lo que Gwen siente por él. Y añade: "Creo que, en el fondo, todos deseamos perder el control, tener la posibilidad de cambiar y de entender nuestro lado oscuro. Hay algo muy básico en el ataque de un animal, pero me asusta mucho más la malicia que despliega el ser humano a la hora de hacer daño".
Gwen no tarda en darse cuenta de que Lawrence tiene un lado oscuro e indómito que nunca había visto en nadie. Sabe que ella también esconde en su interior el mismo peligro que emana de Lawrence. Emily Blunt ve a su personaje como un "faro de esperanza" debido a su fuerza. "Es un personaje que, a pesar de la adversidad, a pesar de estar atrapada en un torbellino caótico, aterrador y doloroso, siempre ve la posibilidad de un cambio para mejor. Está llena de esperanza".
El asesinato del hermano de Lawrence llama la atención del inspector Aberline, de Scotland Yard, encarnado por el aplaudido actor Hugo Weaving. Su personaje está basado en el famoso inspector Frederick George Aberline, al que apartaron de la investigación de los asesinatos cometidos por Jack el Destripador cuando se estimó que era un caso demasiado importante para el Departamento de Investigación del Distrito de Whitechapel.
Scott Stuber explica por qué los productores se inclinaron por Hugo Weaving: "Es un actor muy intenso, totalmente creíble. Al fin y al cabo, eso es muy importante en una película de terror, porque el público debe creer que el mito es real. Cuanto más cerca esté de la realidad, más aterradora es la historia".
Después de leer el guión, el actor, que ha trabajado en películas fascinantes como Las aventuras de Priscilla, reina del desierto y la trilogía Matrix, tenía muchas ganas de hacer el papel: "No dudé ni un momento en aceptar el papel. Fue una decisión instintiva, pero me gustó mucho el guión y el personaje de Aberline me pareció fascinante".
"Aberline existió de verdad, pero los guionistas y Joe le han cambiado un poco", sigue diciendo. "Es un hombre inteligente que lo ha pasado muy mal durante la investigación de los asesinatos del Destripador. Es listo, astuto e incluso puede ser encantador, pero es un escéptico y no tiene la menor duda de que el responsable de los crímenes de Blackmoor es un ser humano".
La policía empieza a sospechar de Lawrence, y Aberline se desplaza al pueblecito para investigar. Pero no tarda en darse cuenta de que los habitantes no le aceptan: "Llega a un pueblo donde todos hablan de hombres lobo y de demonios, donde todos cierran sus puertas y ventanas cuando hay luna llena. Pero viene de Londres y no puede con estas sandeces".
Hasta que ve la transformación de Lawrence con sus propios ojos.
Los otros actores que pueblan el mundo de EL HOMBRE LOBO son GERALDINE CHAPLIN (Nashville) como Maleva, la gitana que predice la maldición; ART MALIK (The Path to 9/11) como Singh, el fiel criado de sir John; ANTHONY SHER (Shakespeare enamorado) como el malvado Dr. Hoenneger, encargado del manicomio, y DAVID SCHOFIELD (Valkiria) como el cariacontecido condestable Nye.
La bestia infernal anda suelta: Diseño del monstruo y prótesis
Los productores pidieron al diseñador de efectos y prótesis Rick Baker que se uniera al equipo. Con seis Oscar en su poder, se hizo famoso por el diseño y la transformación de David Naughton en Un hombre lobo americano en Londres, de John Landis. El diseñador quería mantenerse tan cerca como fuese posible del hombre lobo original y así rendir homenaje a la creación de Jack Pierce en los años 40. "Jack Pierce es un ídolo para mí", dice Baker. "Le admiro profundamente y quise ser fiel a lo que hizo, aunque con toques modernos. Sigue siendo el hombre lobo de Jack Pierce, pero con un poco de Rick Baker. Me pareció que debía ser más salvaje y tener un aspecto mucho más peligroso".
Para el productor Rick Yorn, era una condición sine qua non que la transformación de Benicio Del Toro recayera en uno de los mejores maquilladores actuales. "Siempre pensamos en Rick, es una leyenda", explica. "Basta con ir a su taller para ver todos los largometrajes en los que ha trabajado, es un auténtico museo. Lo que hizo en la película es realmente asombroso".
DAVE ELSEY, nominado a un Oscar y cocreador del aspecto del hombre lobo, recuerda cuando empezaron a trabajar en el terrible monstruo: "Las directrices que recibimos eran muy abiertas, podíamos hacer lo que quisiéramos. Estábamos en el taller de Rick y, según hablábamos, descubrimos que lo mejor era crear una nueva versión de lo que todos conocemos como el hombre lobo. Rick siempre está lleno de ideas y de entusiasmo. Es un sueño hecho realidad poder trabajar con un monstruo tan clásico".
Los productores y el director eran conscientes de que las secuencias más esperadas serían las de la transformación. EL HOMBRE LOBO da un salto hacia delante en este aspecto
con la ayuda de los efectos visuales, un departamento que Joe Johnston conoce bien.
"El maquillaje se compone de varias piezas que se aplican una a una", explica el director. "No es una máscara, lo que permite a Benicio moverse y expresarse. No queríamos depender totalmente de la animación digital porque es fácil traspasar el umbral de la credibilidad o de las leyes de la física. Hemos intentado mantener la transformación dentro del realismo y nos hemos servido de los efectos digitales como una herramienta para aumentar lo que conseguimos con prótesis".
Rick Baker probó las prótesis él mismo antes de pedirle a Benicio Del Toro que se sentase en el sillón de maquillaje. Consiguió reducir el proceso a tres horas de duración. "No tiene nada que ver el punto de vista del maquillador con el del artista", dice el diseñador. "Tres horas pasan en un abrir y cerrar de ojos para nosotros, pero para la persona sentada en el sillón, se hacen eternas".
Añade que conoce más a sus creaciones que la cara de los actores: "Llegan por la mañana, se sientan y casi inmediatamente empiezo a pegar trozos de goma en sus caras. Ya no veo al actor, sólo a la creación. Para mí, Benicio es el hombre lobo, casi no le he visto sin maquillaje".
Rick Baker creó una prótesis de gomaespuma y látex para cubrir la frente y la nariz del actor. Los bordes de la prótesis son muy finos y se adaptan a la piel. A esto se añadía una barbilla falsa, una dentadura afilada y pronunciada, una peluca de pelo natural y una barba pegada a su cara a base de folículos, consiguiendo así que Benicio Del Toro se convirtiera en el aterrador hombre lobo.
A pesar de las largas horas en la sala de maquillaje, Benicio Del Toro estaba entusiasmado. "De niño siempre quería tener dientes muy grandes", dice, riendo. "No importa el tiempo que uno pase en el sillón de maquillaje. Con Rick, todo cambia trocito a trocito. Cerraba los ojos durante cinco minutos, y cuando volvía a abrirlos algo había cambiado. Es fácil convertirse en hombre lobo con un equipo tan bueno".
Una vez aprobado el diseño de Rick Baker, su equipo empezó a fabricar el traje que completaría la transformación "lobuna" del actor. En principio, el hombre lobo iba a llevar ropa, pero cuatro décadas en la profesión han enseñado al diseñador que las cosas cambian a menudo durante la preproducción. "Decidimos hacer un traje completo en el que cada pelo se colocaba individualmente", dice Rick Baker. "Un poco como una peluca gigante. Pero no basta con un traje. Hacen falta al menos tres para el actor y otros tres para los especialistas que le doblan en las escenas peligrosas. Eso significa mucho pelo
"
Los trajes se realizaron con uno de los materiales favoritos de los maquilladores de efectos especiales, pelo de yak. Normalmente sirve para hacer barbas y bigotes. Rick Baker lo utilizó porque era el material que escogió Jack Pierce para realizar el traje de Lon Chaney Jr. El maquillador dice: "También usé lana tratada porque es mucho más suave que el pelo de yak, sobre todo para algunas partes de la cara de Benicio. Se adaptaba mejor a los contornos del rostro".
LOU ELSEY se encargó de la fabricación de los trajes. "Los efectos incluyen elementos muy diferentes y hace falta la participación de varios departamentos para crear el hombre lobo", dice. "El departamento de fabricación realizó las formas corporales para que nuestro hombre lobo tuviera músculos articulados. Además de los músculos, estaba el traje de pelo, hecho de spándex para que se pareciera a la piel. Algunos elementos del pecho y de los brazos debieron esculpirse y pintarse". Y añade, riendo: "Ahora mismo debe haber un montón de yaks calvos con todo el pelo que usamos".
El equipo encargado de los efectos sabía que el hombre lobo haría grandes destrozos durante el rodaje y, para aumentar su aspecto aterrador, el traje debía tener unas potentes garras. Lou Elsey sigue diciendo: "Trabajamos con Benicio para ayudarle lo máximo posible a la hora de crear el personaje. Por ejemplo, la forma en que maneja las garras con las manos hace que el personaje cobre vida".
Pero no bastó con cambiar la cara y el cuerpo de Benicio Del Toro para transformarle de hombre de la nobleza a monstruo infernal. El actor, a pesar de ser alto, debía serlo más, y Rick Baker diseñó extensiones para las extremidades inferiores basadas en miembros artificiales de última tecnología. Gracias a estas piernas falsas el actor parece aún más impresionante y aterrador. Fue posible usar las extensiones en escenas con movimientos lentos, pero se crearon unos pies especiales para las secuencias de acción en las que el lobo salta, brinca y corre.
En la película original, Lon Chaney Jr era perfectamente reconocible aun transformado en hombre lobo, y Rick Baker quería que este nuevo diseño también permitiera reconocer a Benicio Del Toro. Lou Elsey dice: "Incluso debajo de todo el maquillaje, las prótesis y el pelo, se ve a Benicio. Otros hombres lobo son más animalescos, pero este personaje posee un elemento muy humano. Además, Benicio tiene una mirada fantástica que le permite hacer mucho a pesar del maquillaje".
El actor se entregó totalmente a la transformación. Tanto, que el departamento de maquillaje tenía problemas con las piezas después de unas cuantas tomas en las que debía morder a la víctima y sacudirla de un lado a otro. A menudo le colgaba media barbilla cuando iba a hacerse un retoque.
Cada vez que el hombre lobo debía correr, el director de fotografía Shelly Johnson y el realizador Joe Johnston se vieron obligados a rodar de forma muy imaginativa. El realizador dice: "Queríamos enseñar sus patas de lobo, pero eso significaba que los especialistas debían correr de puntillas con los pies metidos en una especie de zapato de tacón. Para ayudarles a correr, saltar y atacar, hubo que colocar unos cables por encima de ellos y atarlos". Siempre que fue necesario, se reemplazaron las piernas de Benicio Del Toro por patas digitales. Joe Johnston sigue diciendo: "Usamos la animación digital para que el público viera cómo se agarran al suelo los dedos del pie del hombre lobo, cómo se prepara para saltar
Estos detalles ayudan a hacer creíble la transformación. Los mejores efectos son los que no se notan, los que no llaman la atención".
El supervisor de efectos digitales STEVE BEGG y su equipo se encargaron de ampliar, siempre que hacía falta, el trabajo de Rick Baker y su gente. Cuando el director quería que se desencajara una mandíbula o mutara una frente, Steve Begg llevaba los asombrosos efectos de Rick Baker a otro nivel. "Uno de los efectos más aparatosos de la película es la transformación a hombre lobo", dice el supervisor. "Al usar un sistema híbrido, efectos digitales, prótesis y maquillaje, creemos que el espectador no podrá darse cuenta de cómo se ha conseguido".
"Actualmente, lo más fácil es depender totalmente de los efectos digitales", añade Steve Begg. "Pero me gusta mezclar el sistema tradicional con las últimas tecnologías".
De Londres a Castle Coombe: Diseño y decorados
Dado que el hombre lobo sólo alza la cabeza bien entrada la noche de luna llena, fueron necesarios varios rodajes nocturnos. Los cineastas supieron desde el principio que sería un rodaje duro para el equipo.
Una de las grandes diferencias entre la versión de 1941 y la de 2010 es la época en que transcurre la película. La primera estaba situada en Gales en los años 40, mientras que esta regresa a 1890, en plena era victoriana. Se escogió ese momento por varias razones. En primer lugar, Londres envuelto en la niebla y alumbrado por faroles de gas, y un pueblecito perdido y adormecido, crearían el ambiente ideal para una película de terror.
El director Joe Johnston sólo dio una consigna al equipo artístico: "Aseguraos de que todos hacemos la misma película". Dice: "El equipo era muy consciente de qué tipo de película se trataba y de las necesidades visuales. Estoy muy satisfecho con el aspecto final, frío, descarnado y desolado".
Rick Heinrichs, el oscarizado diseñador de producción de Sleepy Hollow, habla de los problemas a los que se enfrentó: "Rodar en Inglaterra fue una experiencia maravillosa, y todo un reto recuperar el aspecto y las sensaciones del Londres de la era victoriana. La ciudad ha cambiado mucho y, por desgracia, los bombardeos durante la II Guerra Mundial destruyeron muchos barrios del siglo XIX". El diseñador tuvo que buscar barrios muy específicos que sirvieran de base para que su equipo construyera los decorados. Asimismo, pudo contar con la ayuda del departamento de efectos digitales.
Pero el mayor reto fue encontrar el lugar perfecto para la casa de los Talbot. "Es una parte importante de la historia y debía encajar a la perfección", explica. "Queríamos que subrayara la narración. En las películas de terror, suele optarse por la clásica mansión estilo gótico, pero queríamos evitar la típica estructura aterradora".
Después de recorrer Inglaterra, el equipo encontró Chatsworth House, en el condado de Derbyshire, cuyos dueños son el duque y la duquesa de Devonshire. La mansión, también conocida como el "Palacio de la colina", fue construida en el siglo XVI.
Chatsworth House ofrecía fachadas múltiples para la casa que querían Joe Johnston y Rick Heinrichs. Por suerte, los duques permitieron que el departamento artístico modificara temporalmente el exterior para que los jardines aparecieran invadidos por la mala hierba y para dar un aspecto descuidado y desolador a la fachada principal.
El diseñador de producción explica por qué Joe Johnston quería una dualidad en toda la película: "Es la historia de un hombre que lucha contra dos lados de su naturaleza, el civilizado, condicionado por la sociedad, y el animal que vive en su interior. Pensamos que sería una buena idea representar visualmente esta contradicción en la casa familiar. Empezamos con una estructura clásica, de líneas limpias, pero añadimos hierbajos y maleza para que pareciera abandonada, simbolizando al animal que lleva dentro". Rick Heinrichs se encargó de diseñar un ambiente que reflejara el modo de vida de los Talbot o, como prefiere decir, "que mostrase al santo y al pecador".
El departamento de localizaciones tuvo que encontrar trece decorados exteriores para representar el mundo de EL HOMBRE LOBO. Además de los decorados naturales, Rick Heinrichs y su equipo tuvieron que diseñar y montar unos 90 decorados en muy poco tiempo.
La política del director y del diseñador de producción era rodar lo máximo posible para que el departamento de efectos visuales tuviera todo lo necesario para crear lo que no podían filmar
y disfrazar los objetos modernos con los que se encontraban en cada calle. El equipo artístico tuvo suerte al descubrir Castle Coombe, que haría las veces del pueblo de Blackmoor.
Esta pequeña ciudad medieval construida hace unos 900 años tiene un buen número de edificios antiguos. Este precioso enclave se convirtió en un pueblo espeluznante, poblado de personas supersticiosas encerradas en casas oscuras.
Una vez escogidos los decorados naturales, EMMA PILL, la directora de localizaciones, tuvo que convencer a los residentes para que les permitieran rodar. En colaboración con el departamento artístico, tuvo que decidir qué objetos modernos debían retirarse o, al menos, esconderse. Líneas eléctricas y telefónicas, antenas, alarmas, cerraduras actuales, cualquier cosa que recordase al siglo XXI debía desaparecer. Los buzones del Correo Real pertenecen a la Reina, por lo que no podían quitarse, pero el departamento artístico ideó un disfraz perfecto que podía apartarse cuando alguien necesitaba enviar una carta.
Cuando Lawrence Talbot ingresa por segunda vez en el manicomio, el hombre lobo pierde el control en Londres. No fue fácil encontrar un decorado lo bastante amplio para rodar las escenas del manicomio. Al final, los cineastas escogieron el Old Royal Naval College (Antiguo Real Instituto Naval) en Greenwich, diseñado por sir Christopher Wren y completado por tres famosos arquitectos: Nicholas Hawksmoor, sir John Vanbrugh y James "Ateneo" Stuart. Situado a orillas del Támesis, en Londres, se construyó originalmente como hospital para marineros y sus familias. Con el tiempo, se convirtió en una escuela para oficiales del mundo entero.
"Fue todo un reto encontrar lugares intactos en Londres", recuerda el diseñador de producción, "y uno de ellos fue Greenwich. Ha servido de decorado para muchas películas, pero pudimos adaptarlo a nuestro gusto. Y con los efectos visuales, aún más. Sólo esa zona ofrecía los espacios necesarios para rodar las secuencias de acción que teníamos planeadas".
Dos unidades rodaron durante ocho noches en el barrio, que ofrecía un ambiente perfectamente controlable para los especialistas.
El equipo de efectos digitales, encabezado por Steve Begg, también participó: "Trabajamos mucho con los paisajes, por ejemplo, las grandes vistas de Londres. No nos limitamos al hombre lobo, hemos creado ambientes y añadido detalles a muchos decorados".
KAREN MURPHY, la productora de efectos digitales, añade: "Hay muchísimos fondos en la película. Esperamos que cuando se vea a un personaje andar por una calle, nadie se dé cuenta de lo mucho que hemos debido borrar para ser fieles a la época".
Un aullido solitario: El grito del lobo
Los efectos visuales, digitales, el maquillaje, los decorados y el plan de rodaje no fueron nada comparados al mayor reto de toda la producción. Aunque parezca mentira, el peor obstáculo al que se enfrentó el director Joe Johnston fue conseguir el desgarrador aullido del monstruo. El realizador explica por qué: "Cuando llegó el momento de encontrar el aullido, lo probamos todo, desde imitadores, pasando por el llanto de un niño, a sonidos artificiales. Todo esto fue procesado digitalmente, pero nada nos servía. No había forma de encontrarlo. Queríamos un sonido icónico, pero que nadie hubiera oído antes".
Por fin, uno de los diseñadores de sonido, HOWELL GIBBENS, tuvo una idea brillante. El realizador recuerda: "De pronto, nos miró y preguntó: ¿Cuál es el sonido vocal más puro y más controlado que existe? Un cantante de ópera Probamos con varios cantantes en Los Ángeles y encontramos la voz perfecta, un bajo".
Después de grabar una docena de aullidos, el equipo de sonido y el director estaban seguros de que habían encontrado lo que buscaban. "Sus aullidos recorren una amplia gama de emociones", explica Joe Johnston. "Desde la ira, pasando por el triunfo, hasta el desgarro. Reducimos la tonalidad un 40% para hacerlos realmente aterradores, convirtiéndolos en horrendos sonidos animales. Son escalofriantes".
"Recuerdo cuando Joe nos mostró la escena con el primer aullido del hombre lobo", dice el productor Scott Stuber. "Es un ladrido desgarrador que produce escalofríos y despierta la compasión hacia el personaje, víctima de una maldición. Después de la transformación, es mi momento favorito".
Trajes victorianos: Los diseños de Milena Canonero
La diseñadora de vestuario Milena Canonero, premiada con tres Oscar, entre cuyos trabajos destacaremos el asombroso vestuario de María Antonieta, tiene mucha experiencia con las películas de época. Joe Johnston le pidió que el vestuario fuera muy "gótico", incluso con formas pronunciadamente angulares. La diseñadora usó colores oscuros e intensos que en nada se parecen a la moda ligera llena de encajes de finales del siglo XIX en Inglaterra.
Milena Canonero, siempre pendiente de cualquier detalle, quería hacer una clara distinción entre los personajes de la clase alta y baja en EL HOMBRE LOBO. El vestuario de los nobles tiene líneas muy definidas y elegantes, y está hecho de telas como la seda, el terciopelo, la piel, que muestran claramente el nivel social. Los personajes de clase trabajadora van muy arropados con lana, hilo y algodón. Los hombres de clase alta llevan sombreros de copa y bombines.
La mayoría de trajes de los actores principales fueron hechos a mano y, debido a la transformación y a las escenas de acción, de algunos se hicieron veinte ejemplares. Además, en algunos casos era necesario tener varios modelos del mismo traje, especialmente para las escenas con sangre y fuego. El equipo de vestuario vistió a los extras con trajes alquilados en Francia, Italia e Inglaterra.
Gwen Conliffe lleva luto en casi toda la película. Para que no siempre fuera de negro, el equipo buscó un terciopelo azul oscuro que pudiera mezclarse con el negro. Cuando Gwen olvida su dolor y se enamora de Lawrence, empieza a ponerse vestidos de color lila y violeta oscuro.
A pesar de que sir John Talbot es un aristócrata, apenas sale de su casa y no cuida mucho su aspecto. Inspirándose en una ilustración de Edward Gorey, la diseñadora creó su vestuario a partir de ropa cara muy gastada, de una elegancia pasada de moda. Este antiguo cazador conserva objetos bastante eclécticos de sus viajes a la India, entre los que se encuentran pieles que suele llevar encima de la bata.
Lawrence regresa a Inglaterra desde Estados Unidos como estrella de la obra "Hamlet", de Shakespeare. Por eso, Milena Canonero diseñó trajes menos rígidos que los llevados por la clase alta en esa época.
Para las escenas de transformación, el equipo de vestuario preparó los trajes de Benicio Del Toro para que se dieran de sí, y las costuras se abrieran y desgarraran según aumenta su musculatura. Usaron telas e hilos elásticos que dan la impresión de desgarrarse. Ya que muchos de sus trajes están hechos de tweed, el equipo encontró una perfecta imitación de la tela en nailon elástico. Pero la pieza de vestuario favorita del equipo es el bastón con cabeza de lobo, una réplica exacta del que usa Lon Chaney Jr en la versión de 1941.