En Clerks II, Dante Hicks (Brian O'halloran) y Randal Graves (Jeff Anderson), dependientes de una tienda de barrio de Nueva Jersey y mejores amigos, se ven forzados a buscarse un nuevo empleo en el universo de la comida rápida, siempre acompañados de sus actitudes desafiantes, sus escandalosas vulgaridades y su desenfrenada pasión por tocarles las narices a los clientes.
Para el humor del director Kevin Smith (Clerks, Persiguiendo a Amy, Dogma, Jay y Bob el silencioso contraatacan) nada es sagrado y en esta ocasión lo lleva todo al límite. Dante y Randal dan el gran salto e invaden el mundo de los restaurantes de comida rápida al conseguir un empleo en Moobys, donde el eslogan es "I'm Eating It" (Me lo estoy comiendo), en referencia a la campaña del restaurante de comida rápida más famoso "Im loving it" (Me está encantando). Detrás del mostrador, donde los únicos otros empleados son un súper freakie (Trevor Ferhman) y una gerente demasiado sexy para ser verdad (Rosario Dawson), los irreverentes Dante y Randal se sienten con total libertad para ofender a cualquiera al que se le ocurra pedir algo tan simple como unas patatas fritas.
Aunque sostienen debates sobre asuntos como George Lucas, Peter Jackson o Jesús, hay un cambio a la vista. Cuando Dante anuncia que se va de Jersey para siempre y que tiene intención de casarse con Emma Bunting (Jennifer Schwalbach), Randal idea una fiesta de despedida tan brutal que atraerá a la policía, a los bomberos y probablemente alguna que otra queja de los defensores de animales PETA, además de alterar sus vidas para siempre.