Basada en la novela superventas de Philippa Gregory, Las hermanas Bolena es un absorbente retrato lleno de sensualidad, intriga, romance y traición que transcurre ante el telón de fondo de un momento crucial de la historia. El padre y el tío de las dos hermanas Bolena, Ana (Natalie Portman) y María (Scarlett Johansson), empujados por el ambicioso deseo de mejorar el nivel social y el poder de la familia, convencen a sus hijas para que conquisten el afecto del Rey de Inglaterra (Eric Bana). Las jóvenes dejan atrás su vida en el campo para trasladarse al peligroso y apasionante mundo de la corte. Pero las buenas intenciones de las hermanas al querer ayudar a su familia se convierten pronto en una rivalidad sin cuartel para obtener el amor del Rey. En un principio, gana María, a la que el Rey escoge como amante y con la que tiene un bastardo. Pero Ana es inteligente, astuta, no teme a nada, y consigue apartar a su hermana y a la legítima esposa del Rey, la reina Catalina de Aragón. Ana no se detendrá hasta ser coronada Reina de Inglaterra. Mientras las hermanas Bolena luchan por los favores del Rey, una por amor, otra por ambición, Inglaterra es presa de luchas internas. A pesar de las dramáticas consecuencias de sus pretensiones, las dos hermanas acaban por apoyarse mutuamente, unidas por su lazo de sangre.
La historia
Para sir Tomás Bolena, sus dos hijas, Ana (Natalie Portman) y su hermana menor María (Scarlett Johansson), son dos valiosas piezas de mercancía a las que hay que tutelar con sumo cuidado para que obtengan el máximo provecho social y económico para la familia. Convencido de que Ana tiene potencial para atraer a un pretendiente de alta alcurnia, sir Tomás rehúsa conceder su mano a una rica familia de comerciantes y les ofrece a María.
Sir Tomás encuentra enseguida una oportunidad inigualable para explotar la belleza e inteligencia de Ana cuando su cuñado, el duque de Norfolk, prepara una visita del rey Enrique VIII a la mansión de los Bolena. Sir Tomás, como todos, sabe que la reina Catalina no ha podido dar un heredero masculino a su marido y que el Rey busca una amante, e instruye a Ana para que haga todo lo posible por impresionar favorablemente al monarca. Enrique VIII se siente intrigado por la descarada joven, pero es demasiado independiente para el gusto del Rey, y este se inclina por la dulce y bella María, a pesar de que acaba de casarse.
Cautivado, el Rey invita a toda la familia a la corte para tener la oportunidad de seducir a María y hacerla su amante. Sir Tomás y el duque de Norfolk no caben de alegría, e incluso el pasivo marido de María se presta a la dudosa situación. Pero María, de gustos simples, criada en el campo, no se siente atraída por la vida cortesana. Ana, profundamente herida por el rechazo del Rey, no perdona a su hermana. Por rencor, decide ser la dueña de su futuro y su fortuna, y se escapa para casarse en secreto, pero su hermana María lo descubre e informa a la familia. La mandan a Francia, desterrándola de la corte de Enrique VIII.
A pesar de su reticencia inicial, María se enamora profundamente del tierno y atento Enrique, hasta que un difícil embarazo la obliga a guardar cama y el interés del Rey empieza a menguar. Sir Tomás llama a Ana para que regrese a la corte. Es el momento que esperaba. Vuelve llena de resentimiento, decidida a seducir al Rey y a vengarse de lo que considera la imperdonable traición de su hermana.
Empieza por burlarse de su hermana y consigue persuadir a Enrique para que eche a María y al recién nacido de la corte y la mande con su marido. Una vez alejada María, usa sus artimañas, no sólo para convertirse en la amante del Rey, sino en su Reina. Le tienta, coquetea, pero le prohíbe tocarla mientras no anule su matrimonio con Catalina, que lleva 20 años casada con el monarca, la aparte y se case con ella. Pero Enrique pone objeciones. La religión católica no permite el divorcio, y sabe que semejante decisión significaría romper con el Papa y poner en peligro a Inglaterra por una posible invasión de las fuerzas fieles a Roma.
Cuando empiezan a correr rumores acerca del breve matrimonio de Ana, su plan está a punto de desbaratarse, pero la calculadora joven recurre a la única persona con la que puede contar. María, que desea hacer las paces con su hermana, convence a Enrique de que puede confiar en Ana, y el Rey, por respeto a la segunda hermana Bolena, acepta casarse con Ana, que ya está embarazada. Ha ganado y es coronada Reina de Inglaterra.
Pero la victoria de Ana tiene un precio muy alto. El escándalo del controvertido matrimonio del Rey sobrepasa los límites de la corte de Inglaterra. Las repercusiones de su separación de la Iglesia de Roma llevan al país al borde la guerra, y el Rey acaba lamentando haberse casado con Ana. Los ojos del mundo están vueltos hacia el monarca, y este es consciente de que sólo puede evitar la humillación si Ana le da un hijo. Pero cuando Ana da a luz a una hija y, al cabo de unos meses, consigue esconder mal que bien un aborto, la paciencia del Rey se agota. Ana, María y Jorge, el hermano de ambas, a merced de un rey vengativo y de una corte sin piedad, se quedan asombrados al descubrir que su padre y su tío son capaces de sacrificarlos para salvarse. Al final, y mientras el verdugo espera a Ana en el cadalso, sólo María se atreverá a defenderla. Pero esta vez, sus palabras no podrán salvar a su hermana. Aun así, el lazo de sangre que une a las dos hermanas será el último consuelo de Ana.