Óscar. Una pasión surrealista desarrolla una narración cruzada de vidas paralelas, la del pintor español Óscar Domínguez en la capital francesa durante la primera mitad del siglo XX, y la de Ana, en el Madrid actual, una abogada a quien se le diagnostica una terrible enfermedad que le lleva a volcarse en la búsqueda de un misterioso cuadro que, según los expertos, fue la última creación del pintor antes de suicidarse.

En la dramatización de la vida de Óscar Domínguez, descubriremos un espíritu revolucionario, genial y creativo en todos los ámbitos. La película es la recreación de un universo interior tan rico como caótico. Figuras de la vanguardia artística como André Bretón o Pablo Picasso tendrán un papel determinante en la trama, al igual que la relación sentimental del pintor con Roma, una pianista polaca fusilada por los nazis durante la ocupación de París.


Sinopsis larga
Óscar. Una pasión surrealista desarrolla una elegante narración de vidas paralelas, la del pintor español Óscar Domínguez en la capital francesa durante la primera mitad del siglo XX, y la de Ana, en el Madrid actual, una abogada a quien se le diagnostica una terrible enfermedad que le lleva a volcarse en la búsqueda de un misterioso cuadro que, según los expertos, fue la última creación del pintor antes de suicidarse.

La inesperada visita de dos expertos en arte que sugieren la posibilidad de hallar un cuadro inédito del pintor surrealista Óscar Domínguez entre la herencia familiar, aporta a Ana una emocionante meta con la que llenar el tiempo de vida que le queda. Eva, su mejor amiga, y Román, su despreocupado novio, serán los personajes que acompañarán a Ana en una búsqueda marcada por el espíritu de la vanguardia.

En paralelo, asistiremos a un fascinante recorrido en flashback por la memoria de una de las figuras clave del Surrealismo, desde su infancia en Tenerife (Islas Canarias) hasta su muerte en París. En la dramatización de la trayectoria vital de Óscar Domínguez descubriremos un personaje revolucionario, genial y creativo en todos los ámbitos de su vida, el verdadero amor por la misteriosa pianista polaca Roma y la recreación de un universo interior tan rico como caótico. Las figuras de la vanguardia artística del París de la primera mitad del siglo XX como André Bretón o Pablo Picasso tendrán un papel determinante en la trama.

Domínguez, presa de la locura y aquejado de acromegalia, la enfermedad del "hombre elefante", acabará con su vida voluntariamente en la noche de fin de año de 1957.

Como nexo entre estas dos historias salpicadas de paréntesis y paralelismos que unen los dos universos, descubrimos el acecho constante del fantasma de la muerte y el objetivo común de encontrar el sentido de la vida. La locura, la pasión y la muerte son algunos de los temas que marcarán a Ana en la búsqueda de la pintura de Domínguez y serán un revulsivo para su entorno, que cambiará para siempre.

El espectador encontrará en 'Óscar. Una pasión surrealista' dos emocionantes historias entrelazadas con dramáticos giros argumentales y una documentada visión histórica.


Los personajes

Joaquim de Almeida como Óscar Domínguez
El dragón surrealista

El personaje histórico de Óscar Domínguez abandonó su isla natal (Tenerife, Islas Canarias) para conquistar París como uno de los padres del Surrealismo artístico.

Domínguez, cuya vida fue verdaderamente salvaje y agitada, convivió con figuras como André Bretón, Man Ray o Dalí, además de ser amigo personal y cómplice de Picasso, entre otros. Fue un superviviente que conoció de primera mano la ocupación de Francia por el ejército nazi durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Civil Española.

Considerado como un pintor maldito, sufrió la enfermedad conocida como el mal del "hombre elefante" que deformó su cuerpo, así como diversos episodios de locura que lo llevaron a ser ingresado en sanatorios mentales en varias ocasiones. Domínguez se suicidó en la capital francesa el 31 de diciembre de 1957.

Los precios de compra de sus cuadros baten récords en las más importantes salas de subasta de todo el mundo.


Victoria Abril como Ana
Pasión y carácter

La actriz interpreta el rol protagonista de Ana, una ejecutiva que encuentra en la figura de Óscar Domínguez (Joaquim de Almeida) el motor para dar sentido a una existencia que considera vacía.

Así, cuando la prometedora abogada descubre repentinamente que su tiempo se acaba, surge la inesperada posibilidad de devolver al mundo una obra inédita del genio surrealista.

Se trata de un personaje apasionante y dramático que se embarca en una aventura donde se encontrará a sí misma además de arrancar la máscara de aquellos que la rodean.

En 'Óscar. Una pasión surrealista' no solo disfrutaremos de una de las mejores interpretaciones dramáticas en la carrera de Victoria Abril, sino que además la actriz se estrena como compositora. Por encargo del director y con la producción de Javier Limón, Abril ha compuesto e interpretado la canción original 'Necesito amor', que suena durante los créditos finales de la película, al tiempo que se proyectan las únicas imágenes existentes del pintor surrealista, rodadas por el realizador francés Alain Resnais en 1947.


Emma Suárez como Eva
Una amistad peligrosa

Eva es una ejecutiva moderna, agresiva y bisexual. Su mejor amiga es Ana (Victoria Abril). Junto a ella se embarca en la misteriosa búsqueda del último cuadro pintado por Óscar Domínguez (Joaquim de Almeida) en 1957 en París. Eva se convierte en el principal apoyo de Ana en medio de una trama en la que nada es lo que parece.

La propia Emma Suárez ha definido su personaje en 'Óscar. Una pasión surrealista' como un ambiguo jugador de cartas que revela su estrategia a medida que avanza la partida, lo que origina continuos enfrentamientos con Román, el novio de Ana interpretado por el siempre genial Jorge Perugorría.


Jorge Perugorría como Román
Un amor al límite

Canalla e impulsivo. Así es Román, el personaje magistralmente interpretado por el reconocido actor cubano Jorge Perugorría que aporta las sorpresas y la acción que el cinéfilo espera encontrar en 'Óscar. Una pasión surrealista'.

Román se muestra como una pieza indispensable del puzle en que se convierte la búsqueda del último cuadro del pintor Oscar Domínguez.

El carácter latino de Román hizo que el director Lucas Fernández no tuviera ninguna duda a la hora de ofrecer el personaje, "un habitual de los bajos fondos madrileños", a Jorge Perugorría.


Paola Bontempi como Roma
Una historia de amor truncada

El gran amor de Óscar Domínguez (Joaquim de Almeida) estuvo encarnado por la pianista de origen polaco Roma, una mujer decidida que acompañó al artista durante su vida bohemia sufriendo continuas infidelidades. Judía y anarquista, murió fusilada en París tras la ocupación nazi de la ciudad durante la Segunda Guerra Mundial.


Toni Cantó como Estrada
El arte de la manipulación

Un seductor en el negocio del arte y un desbordante carisma describen la personalidad de Jorge Estrada, representante de un museo de arte en aras de inaugurar una gran exposición sobre Domínguez.

Estrada busca desde hace años una obra perdida del artista surrealista, la "obra maestra" del pintor. Su integridad física se mantiene a salvo bajo la atenta mirada del imponente Montero (Caco Senante).


Caco Senante como Montero
La fuerza al servicio del arte

Los conocimientos del arte de Montero son muy inferiores a los de su inseparable compañero Estrada (Toni Cantó); sin embargo, su papel en el dueto se reserva para otros asuntos menos intelectuales.

La envergadura de este actor canario complementan los matices interpretativos necesarios para encarnar a un guardaespaldas que se mueve en el mundo de la compraventa de valiosas obras de arte.


Jack Taylor como John Marlow
La voz de la experiencia

Periodista, crítico de arte y habitual de las transacciones de cuadros en el mercado negro. Amigo de Eva (Emma Suárez), se une a la búsqueda sin un interés aparente pero como todo lo que ocurre en el guión de 'Óscar. Una pasión surrealista', y en palabras de Lucas Fernández "nada es lo que parece".

Al igual que su personaje, Jack Taylor procede de los Estados Unidos y es otro de los intérpretes internacionales que componen el reparto del filme.


José Luis de Madariaga como Manuel Piedrahíta
La unión entre dos mundos

Manuel Piedrahíta es un personaje de ficción que se convierte en el cómplice de Óscar Domínguez (Joaquim de Almeida) durante su encierro en el sanatorio parisino de Sainte-Anne. Objeto de continuos abusos y vejaciones por parte del director del centro, interpretado por José Conde, Domínguez simpatiza rápidamente con el anciano ofreciéndole sus pinceles para sesiones de pintura terapéuticas.

Inconscientemente, Piedrahíta es el nodo de enlace entre las realidades de su nieta Ana (Victoria Abril) y la del genio surrealista (Joaquim de Almeida).


Yanely Hernández como Maud Bonneaud
La esposa del Surrealismo

El personaje real de Maud Bonneaud conoció a Óscar Domínguez (Joaquim de Almeida) a través del pintor universal Pablo Picasso (Alejandro Jornet). Años más tarde, contraía matrimonio con el "Dragón de Montparnasse".

Objeto de continuas infidelidades y bajo el eterno fantasma de la pianista Roma (Paola Bontempi), el gran amor de Domínguez, abandonó al artista por su mejor amigo Eduardo Westerdahl (Vicente Ayala).


Kira Miró como Mylene
La estudiante ingenua

En una de las ostentosas fiestas organizadas por la Vizcondesa de Noailles (Isabel Prinz), mecenas y amante de Domínguez, Mylene es víctima de uno de los episodios más violentos del artista canario ya por entonces aquejado de la enfermedad deformante conocida como el "mal del hombre elefante".


Isabel Prinz como Marie Laurie de Noailles
La herencia del Marqués de Sade

El interés de la Vizcondesa de Noailles como personaje histórico, no sólo se centra en su papel como mecenas en diferentes movimientos artísticos, sino que fue una de las últimas descendientes conocidas del Marqués de Sade.

Después de romper su matrimonio con Maud Bonneaud (Yanely Hernández), Óscar Domínguez (Joaquim de Almeida) se refugió en los brazos de la liberal aristócrata, quien al morir el artista cedió un espacio en el mausoleo familiar para su descanso eterno en el Cementerio de Montparnasse.