Dirigida por Alejandro Lozano (Matando cabos) protagonizada por ordi Mollà (GAL, Blow, Son de Mar, La Buena Estrella) y Celso Bugallo (Mar Adentro). El resto de papeles están interpretados por los mexicanos Ana de la Reguera, Tony Dalton y Silverio Palacios.
Los Personajes
De la pluma de Tony Dalton (escritor también de Matando Cabos, 2004), surgen cuatro interesantes e ingeniosos personajes en los que cae todo el peso de la trama de Sultanes del Sur:
Leo (Jordi Mollá) es el líder y estratega del equipo, quien tiene más experiencia. A pesar de ser español, planea el robo del dinero en un banco mexicano para después fugarse con su banda a Argentina.
Sánchez (Tony Dalton) es el segundo en mando, tiene siempre la sangre en la cabeza, y no mide las consecuencias. Es el opuesto de Leo.
Mónica (Ana de la Reguera) es la femme fatale. Ella tuvo un pasado amoroso con Sánchez, pero ahora comparte un presente con Leo. Así se desenvuelve un triángulo amoroso que crea cierta tensión entre los cuatro protagonistas.
Y por último Leserio (Silverio Palacios), quien considera a Sánchez su mejor amigo. Piensa ayudarlo a toda costa para que al terminar la operación, ninguno de los dos tenga la necesidad de volver a participar en un atraco similar. Su sueño es retirarse.
"Con Leo me fui por el cliché, y le puse así por que lo identifiqué con un León" cuenta Tony Dalton, sobre los personajes que creó.- "Es muy tranquilo, diferente a los demás, viene de otro país, y es seguro de sí mismo sin ser agresivo. Es el cerebro del grupo, más bien mecánico."
"Sánchez por el contrario, es todo corazón." Comenta sobre el rol que él mismo interpreta- "Se mueve por impulso, es como un toro. Si te le cruzas en su camino, se va a ir directo con agresión en vez de pensar." Y continúa:
"Mónica es la sensual, usa su poder sexual como su mejor arma. No habla mucho, viene de buena familia pero busca riesgos, tiene tatuajes, le encanta la adrenalina; no sabes bien qué piensa. Es inteligente y reservada, se parece más a Leo." -Expresa el guionista sobre la única mujer de la banda.
Ana de la Reguera, quien la interpreta, la describe como la más fría de todos. "Aunque no es la líder, usa mucho la cabeza, es muy cerebral, pragmática, calculadora; organiza la logística, domina la tecnología, la computadora."
Por último está Leserio, el favorito de Tony: "Es muy complejo, muy inteligente; pero su defecto más notable es que se siente inferior, se siente menos porque así lo han tratado. Tiene como valor la amistad, quiere mucho a Sánchez. Es el personaje con el arco de evolución más grande en la película."
Silverio Palacios, comenta sobre su papel: "Tenía muchas dudas de que yo pudiera funcionar, me sentía un poco fuera de contexto, pero creo que fue un acierto de Tony, que hizo el favor de escribir el personaje para mí. Leserio es muy mexicano, muy consecuente con nuestra naturaleza, así que lo intenté y creo que funciona muy bien."
El guión
La idea de un filme de ladrones, se le ocurrió a Tony Dalton porque es un género que le gusta, y sin embargo, no se ha explotado en México. "Mi objetivo es que después de algunos años, Sultanes se recuerde como una buena película de asalta-bancos" comenta.
Para lograr esta meta, el guionista tuvo siempre clara la línea narrativa y el desarrollo de cada personaje: "Son dos historias siempre. Una es la que estás viendo y otra es la real. En todo momento, tenía que pensar en ambas; y por otro lado, también es importante estar distrayendo al público con otras cosas que parecen más relevantes, a lo que realmente es."
Pero en realidad, la parte más difícil para Dalton, fue interpretar al protagónico, sin haber pensado nunca en eso cuando lo escribió: "Mi personaje en Matando Cabos lo escribí basado en mí. Ahora, no soy en lo más mínimo parecido a Sánchez. Siempre pensé "cómo diría esto él, no yo". Sabía que había la posibilidad de no aparecer en la película o de tener un papel muy pequeño. Yo quería que si me daban algo, fuera por común acuerdo, que todos aceptáramos. Ya que se decidió que yo sería Sánchez, fue un reto muy grande, pero Alejandro Lozano (director) me ayudó todo el tiempo. Cuando empezaba a actuar como yo, me corregía, porque somos amigos de toda la vida y me conoce, eso nos ayudó. Tuve mucha preparación."
Gracias a ese proceso, Tony escribió el guión con total libertad, incluso sin pensar en un presupuesto específico: "Creo que es muy sano no pensar en dinero cuando escribes. Yo quería que visualmente la película se viera grande, que hubiera muchas escenas muy atractivas, no sólo una. Esto fue al revés que en Matando Cabos, donde Billy (Rovzar, productor) me decía que exagerara la acción. Ahora sí dije, no me van a pedir que le suba a los problemas."
Y aunque su idea es completamente original y personal, el escritor siempre estuvo abierto a todo tipo de comentarios: "Leonardo Zimbrón y Juan Manuel Borbolla (de Warner Bros. Pictures México) aportaron en guión y producción, y agradezco la opinión de alguien que se dedique al cine. Me senté varias veces con ellos y con Alejandro (Lozano) para platicar, y salieron buenas ideas que se quedaron. Así es el proceso creativo. Quedé muy contento con el equipo" Reflexiona.
Argentina
Para Alejandro Lozano, el director, el hecho de que la trama suceda en Argentina toma tal importancia, que el país del sudamericano se volvió un personaje en Sultanes del Sur: "Yo quería filmar fuera de México para tener otro tipo de localizaciones que no fueran tan iconográficas, y finalmente la película se trata de unos mexicanos que están en un lugar que no conocen."
Por otro lado, a Tony se le ocurrió la idea de llevar a sus ladrones a otro país, porque él conoce bien Argentina: "Me gustaba mucho la idea de que después de que los Sultanes roban el banco, se salieran con la suya; y qué mejor manera que saliendo de México. En Buenos Aires sientes que ya están a salvo, porque si seguían en el D.F, podías pensar que los iban a atrapar. Otra razón, es que era lo más lógico económicamente hablando, por la crisis por la que está pasando Argentina. Además, podía escribir todo ahí porque me sé las calles, los monumentos, y lo visualicé mejor."
La mejor parte de filmar en el extranjero, fue que lo que empezó como una idea meramente creativa, ayudó en la producción. Fernando Rovzar (productor) explica:
"La industria del cine argentina tuvo una caída fortísima a principios del 2OOO por la crisis económica. Cuando el peso estuvo casi cuatro a uno, empezaron a llegar compañías mundiales de publicidad. Las productoras que estaban abiertas en ese tiempo, de un año a otro filmaban cinco comerciales al mes. Empezaron a tener un ritmo de producción internacional, y compraron equipo para satisfacer las necesidades de Europa y de Estados Unidos. Su industria maduró muchísimo, aunque sólo en publicidad, porque en cine, seguían haciendo películas muy chicas. Lo que nosotros encontramos en renta de equipo, es algo que ni Estados Unidos tiene. La casa que nos hizo los efectos especiales, hizo Fear Factor (el programa de TV) en Buenos Aires; entonces cuando llegamos allá, nos topamos con una industria que todavía es barata en cuanto a lo que la gente gana, y en cuanto a los costos de explotar una bodega, por ejemplo. También hay mucho más facilidades de poder cerrar calles que serían el equivalente de Reforma a la altura del Ángel; cerramos el Obelisco y volteamos coches a una cuadra. La ciudad de Buenos Aires todavía está muy abierta a producciones internacionales, nosotros disfrutamos la experiencia que ellos llevan generando por diez años. Nuestro fotógrafo Juanjo Saravia (quien trabajó también en Matando Cabos) te lo dice: el operador de cámara que le tocó allá, es de lo mejor que ha visto en su vida."
La producción
Para Lemon Films, Sultanes es su tercer película, después de haber producido grandes éxitos comerciales como Matando Cabos (2004) y Km31 (2006). La experiencia fue tan buena en su primer proyecto, que se reunieron nuevamente con Alejandro Lozano (director) para darle otra oportunidad con una cinta más grande. Lozano comenta sobre las diferencias y similitudes entre ambas:
"En Matando Cabos estábamos cinco primerizos que nos preguntábamos "a ver si podemos"; y pudimos. Ésta es tres años después, ya hay experiencia, es mucho más madura, más seria, con más rigor. Sin embargo creo que el esquema sigue siendo el de cine independiente, porque el presupuesto es el mismo y la dinámica también. En México no hay una industria de grandes estudios, pero eso es una ventaja porque nos involucramos de forma muy diferente. En el estudio te dan la orden de filmar la película, y la entregas cuando esté terminada. La gente de Warner -que ahora también produjo- se involucró en todo; se fueron con nosotros a Argentina, entraron al proceso de guión, todo es más enriquecedor."
Ya con esa confianza entre los participantes, el director se sentó a analizar el libreto para tener en claro el tono y el ritmo que le daría a una cinta con un género que no está muy experimentado en México:
"El guión tenía mucha carga de acción, con personajes súper interesantes; entonces platicando con Juanjo (Saravia) el fotógrafo, con Billy y con Fer (Rovzar), concluimos que estamos acostumbrados a ver películas donde la acción es lo único que importa. Decidimos que sí sería muy importante, pero como atractivo visual, y le daríamos más peso al drama de los personajes y a la estética. Entonces no pusimos la cámara donde más grande se vea la explosión, sino que buscamos encuadres. Lo común es ver cintas de acción donde la cámara corta, corta y corta, aquí dejamos que los personajes se muevan para meternos más con ellos; Juanjo y yo le dimos un tratamiento dramático para crear contraste. Un poco lo que hicimos en Matando
, pero ahora más maduro obviamente."
Para lograr ese objetivo, se manejaron dos cámaras en cada escena; según el productor Fernando Rovzar, ése fue un aditivo que le da realce a la producción: "Sultanes la filmamos a dos cámaras, cosa que fue muy interesante. Muchas de las tomas que tenemos fueron gracias a la segunda cámara, y eso hace la diferencia entre una película grande y una realmente espectacular. A la hora en que Alejandro (Lozano) editó con Luis de la Madrid, quien fue el editor de El Maquinista, (Brad Anderson,) tuvieron muchísimo material para trabajar, porque había muchas tomas. Yo he tratado que otros directores adopten ese estilo de trabajo, y no quieren porque lo sienten como una amenaza; pero a mí me gustaría hacerlo siempre."
Y la duda que surge después de esta explicación, es de dónde obtuvieron el presupuesto para contar con ese tipo de producción. Rovzar explica:
"En Matando Cabos el presupuesto fue puro capital de riesgo con Fidecine, y por eso fue una película muy difícil de recuperar; pero Sultanes tiene un esquema en el que ahora están involucrados Warner como co-productor, Fidecine, y los fondos de Cataluña a través de Filmax en España; de manera que el riesgo es mucho menor, lo cual nos tiene muy tranquilos."
Pero en realidad, la tranquilidad viene más de la calidad con la que se hizo el trabajo. Todo el equipo quedó muy satisfecho con los resultados; Tony Dalton lo confirma: "Me encantó, aunque mi opinión pudiera parecer relativa porque estuve involucrado en todos los procesos y es difícil ser objetivo, pero a todos nos gustó. De entrada, a diferencia de muchas, ésta es una película sólida, que cumple con su cometido; el móvil está muy bien logrado, funciona, entretiene. Obviamente no es para una nominación al Oscar, pero está increíble."
Silverio Palacios quien ya había colaborado anteriormente con Lemon Films en Matando Cabos, reitera la habilidad de los productores para crear filmes de calidad: "Sentí que era una propuesta ambiciosa, un género distinto a los que se explotan en nuestra país; pero con la osadía de hacerlo a nuestra manera, con nuestros recursos, capacidades, y carácter. Es un reto porque no es algo común y eso siempre es una oferta muy generosa para cualquier actor. Uno sueña con tener las mejores condiciones de trabajo, pero en una industria como la nuestra, hay que adecuarse siempre. Yo de antemano ya sabía que me iba a divertir. Desde la primera experiencia que tuve en Matando
, supe que las próximas serían para divertirse, para jugar, y para hacerlo de la mejor manera posible; incluso en términos de manufactura que podríamos decir que es el sello de Lemon Films." -Expresa- "Para mí sería idóneo que en otro tipo de producciones se trabajase con las condiciones con las que se hizo Sultanes, con la misma alegría, el mismo entusiasmo y con la misma entrega. Lo que hay que procurar es que se realice nuestro cine así, y ello influya en la calidad de nuestras propuestas cinematográficas."
Por último, Ana de la Reguera, quien colabora por primera vez con el equipo, no dudaría en volver a trabajar con ellos, además de que recomienda la cinta ampliamente: "Yo ya había recibido invitaciones anteriores por parte de Lemon Films, pero por una cosa o por otra no se había podido; ahora puedo decir que el rodaje fue divertidísimo. Son chavos con muchas ganas de hacer las cosas bien y que saben mucho, se apasionan y lo contagian. Sultanes es una película que mezcla por primera vez la acción, con thriller y con drama; es excelente para los chavos jóvenes, para gente que le guste ir a divertirse al cine con un género novedoso en nuestro país." Concluye.