El tranquilo y primaveral barrio residencial de Briar Hill, en Connecticutt, se estremece cuando un estudiante armado mata a 15 estudiantes y profesores antes de arrinconar a dos alumnas adolescentes en el baño de chicas: la imaginativa y salvaje Diana (Evan Rachel Wood) y su amiga Maureen (Eva Amurri), más seria y conservadora.
Quince años después, Diana (Uma Thurman) disfruta de una vida perfecta. Paul, su marido, al que conoció en el instituto, es profesor de Arte en la universidad y su hija Emma, a punto de hacerse adulta, empieza a mostrar signos de haber heredado la vena salvaje de Diana.
Fue esa vena salvaje lo que unió a Diana y Maureen en un primer momento: Diana estaba haciéndose un porro en el vestuario de chicas cuando Maureen le avisó de que venía un profesor. Las dos se embarcan en las típicas aventuras de adolescentes: faltar a clase, fantasear con chicos, colarse en las piscinas de los vecinos
pero su relación se resiente cuando el comportamiento cada vez más errático de Diana empieza a chocar con las devotas creencias de Maureen.
El recuerdo de sus personalidades contradictorias atormenta a la Diana adulta, sobre todo a medida que se acerca el decimoquinto aniversario del tiroteo. Atormentada por los sucesos inenarrables de ese día, Diana ve como su vida actual se desmorona: su marido pasa cada vez menos tiempo en casa, su hija empieza a faltar a clase y ella comienza a perder el contacto con la realidad.
Mientras, la joven Diana descubre el poder redentor de su amistad con Maureen, incluso cuando el terrible espectro de violencia amenaza en el horizonte.