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El último asalto cartel reducidoEl último asalto(Resurrecting the Champ)
Dirigida por Rod Lurie
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Basada en una historia real
El 4 de Mayo de 1997, el periodista de Los Angeles J.R. Moehringer publicó un artículo que reconstruía la vida de un antiguo y legendario boxeador que pasó de ser el Chicago City Golden Gloves Champion a estar a punto de luchar por el título mundial y que luego acabó viviendo en las duras calles de California.

¿Cómo un hombre que una vez fue clasificado por el Ring Magazine como el número 58 de los 100 mejores boxeadores de toda la historia puede acabar así? ¿Cómo alguien que había estado junto a nombres como Joe Louis, George Foreman, Rocky Marciano, Sugar Ray Robinson y Mike Tyson pudo terminar durmiendo entre cartones y defendiéndose de las agresiones callejeras?

En un emocionado artículo titulado "Resurrecting the Champ", Moehringer exploraba el ascenso y posterior caída del campeón, enfrentándose no solamente a los demonios de su sujeto sino también a los suyos propios. Llamándole su "Moby Dick de 180 libras", Moehringer narra cómo estuvo siguiendo a su sujeto y cómo aprendió, igual que el propio Ahab, mucho más de lo que esperaba en el proceso. De la misma manera, explica cómo su periplo le permitió aprender más sobre la "la eterna tensión existente entre padres e hijos". Al igual que Erik Kernan en la película, J.R. Moehringer tampoco llegó a conocer a su padre. Y al igual que a Erik, eso le rondaba por la cabeza constantemente.

"Cuando me piden que me explique, suelo empezar siempre con mi padre, que desapareció cuando yo tenía solamente siete meses ", escribe Moehringer. "Huyó de su propio hijo de la misma forma que cualquiera se marcha de una fiesta aburrida. En el preciso momento en el que aprendí a gatear, el huyó."

Mike Medavoy, de Phoenix Pictures, no pudo evitar sentir la emoción que transmitían cada una de las palabras de Moehringer, y poco después de que el artículo saliera en prensa, compró los derechos para hacer la película. Medavoy, cofundador de Orion Pictures (Platoon; El silencio de los corderos), y también miembro del consejo de Tri-Star Pictures (Algo para recordar; Philadelphia), sabe reconocer el buen material cuando lo ve.

"Es muy reconfortante ayudar a sacar un proyecto en el que crees de verdad, una película que verdaderamente tiene algo que contar acerca del sentimiento humano", comenta Medavoy. "Creo que se trata de una película que realmente explora las relaciones de una forma que seguro que emocionará a la gente".

El director Rod Lurie también había leído el artículo de Moehringer y estaba determinado a hacer la película. "Es una historia tan maravillosa sobre padres e hijos y sobre la honestidad existente entre ellos", comenta Lurie, guionista y director del aclamado thriller político Candidata al poder. "Se trata también de una profunda amistad que se desarrolla entre dos personas que a priori son muy diferentes, pero que en el fondo son muy similares. Estoy orgullos de poder explorar esa historia en la película".

El productor Marc Frydman, que ya había trabajado con Lurie en Candidata al poder y posteriormente en Señora presidenta, estaba seguro de que Lurie sería el candidato perfecto para dirigir El último asalto. "Anteriormente, Rod había trabajado como periodista de cultura, así que es consciente de la presión a la que se somete a un periodista que necesita comprobar los hechos y entregar una buena historia", comenta Frydman. "Aparte de eso, también había boxeado en West Point y es un verdadero amante de este deporte. No había nadie mejor para este trabajo".

Dado que la historia es tan profunda, Lurie admite que había varias personas interesadas en hacer la película. "Realmente tuve que luchar para que esta película saliera a la luz, y todos los implicados siempre hemos sentido el material como algo muy personal", comenta. "Era como si al hacer esta película todos nos hiciéramos mejores personas, y de hecho, creo que ha sido así".


Un reparto de auténticos luchadores
Uno de los elementos claves para sacar adelante una película, aparte de un buen material y un guión, es la capacidad de poder atraer a un buen reparto. Con nada menos que tres nominados a los Premios de la Academia®, y varios ganadores de premios Emmy y Globos de Oro, El último asalto estaba en la mejor posición para llegar a la gran pantalla.

"Estoy encantado con todos los actores que se incorporaron al proyecto, pero tener a una figura del calibre de Sam Jackson en el papel principal es fantástico, no podría haber pedido nada más", comenta Lurie. "Me gusta tener a un actor de su calibre, con una imagen tan icónica y tan fuerte, y sacarlo de esa imagen y llevare a un papel inesperado. Como Sam normalmente interpreta a personajes fuertes de cuerpo y espíritu, me encantaba la idea de ponerle en la piel de alguien casi desahuciado. De hecho, no recuerdo a ningún otro actor transformarse en una persona de la calle de una forma tan especial desde que Dustin Hoffman lo hiciera con Ratso Rizzo en Cowboy de medianoche".

El nominado a los Oscar® Samuel L. Jackson (Pulp Fiction; Star Wars I-III) estaba ansioso por meterse en un personaje tan fascinante. "Este tipo es una especie de héroe caído, un hombre que desea tanto llegar a ser alguien que acaba siendo nadie", observa Jackson. "Tuve que excavar muy hondo dentro de mí, en zonas que no me gustan especialmente, para poder encontrar al personaje del viejo boxeador, pero fue un viaje que mereció la pena".

Junto a Jackson, Josh Hartnett (La dalia negra; El caso Slevin; Black Hawk derribado), tenía mucho que hacer para estar al nivel, pero sin duda ha demostrado estar a la altura exigida.

"Josh me atraía porque tengo un gran respeto por las elecciones que ha ido hacienda en su carrera", comenta Lurie. "Con su aspecto atractivo fácilmente podría haber elegido proyectos multimillonarios y haberse convertido en una superestrella, pero Josh siempre ha sido muy selectivo con sus papeles, y le gustan los personajes con mucha alma y complejidad, como éste".

Hartnett estaba ansioso por darle vida a su polifacético personaje. "La verdad es que no soy padre ni nunca había interpretado el papel de padre antes, así que esto era una aventura para mí", admite el joven actor. "Me encantaban tanto la honestidad como los defectos del personaje de Erik. Fue un honor interpretarle al igual que trabajar con un director, un reparto y un equipo tan increíbles".

A Lurie le satisfizo especialmente el modo en el que Hartnett se defendió frente a actores veteranos y junto al debutante Dakota Goyo, que interpreta a Teddy, su hijo de seis años. "Josh tiene un montón de papeles cargados de emoción, y en esta película están todos mezclados en un personaje muy complejo", observa Lurie. Se trata de un periodista atribulado sin confianza en sí mismo para mantener su lugar frente a Alan Alda, que de pronto se convierte en una joven promesa con Teri Hatcher Luego tiene que cambiar de registro para representar a ese padre cariñoso, aunque marido casi separado, frente a Kathryn Morris y Dakota Goyo – y todo el tiempo además con los diálogos con Sam Jackson! No hace falta decir que el personaje de Josh es un personaje con múltiples niveles, y que Josh hizo un trabajo excelente".

Kathryn Morris, la estrella de Caso abierto, asumió la difícil tarea de interpretar a la esposa de un personaje tan complejo, y Lurie nos comenta que ella era la actriz que tenía en mente desde un primer momento. "Kathy debía ser el barómetro moral de Erik a la vez que su punto de apoyo, y ella realmente consiguió insuflar el grado necesario de compasión y coraje en su interpretación", observa Lurie. "De hecho, tanto Kathy como Josh tuvieron que encontrar su camino a través de las distintas emociones de la película y lo hicieron de una forma muy bella".

Aunque son Hartnett y Jackson los que más tiempo acaparan la pantalla, varios de los otros actores que aparecen en la película tienen también un gran impacto. "Alan Alda le da el aire de autoridad que necesitaba el papel del editor del periodico, un tipo duro e inflexible que presiona al personaje de Erik y le obliga a tener que demostrar que vale mucho más", observa Lurie. "Alan no es solamente un nominado al Oscar®, sino que también ha ganado varios Globos de Oro y Emmy, y su mera presencia da a la película una mayor estatura".

Prestando también su carisma como estrella está la ganadora del Globo de Oro y nominada a los Emmy Teri Hatcher, cuya participación en Mujeres Desesperadas le ha valido igualmente una nominacion como Favorite Female Television Star en los premios People’s Choice de 2006. En El último asalto, Hatcher interpreta a Flak, la poco escrupulosa ejecutiva de Showtime que intenta seducir a Erik, no sólo en su habitación de hotel sino también para que acepte un puesto en su cadena, bien pagado pero poco interesante desde el punto de vista periodístico.

"El personaje de Teri aparece en un momento clave de la película. Ella le ofrece a Erik una oportunidad para pasar a ser un pez gordo, pero el cebo es que para aceptarlo tiene que renunciar a su integridad y su alma periodísticas", observa Lurie. "En realidad, su personaje es la encarnación literal de la tentación, y no se me ocurría nadie mejor para ese papel que Teri Hatcher. Me encantó que ella decidiera involucrarse en el proyecto y, a pesar de que para ella se trata de unas cuantas escenas solamente, consigue capturar al espectador como siempre suele hacer".

Para terminar el ecléctico reparto de personajes está David Paymer (Mr. Saturday Night; Crime of the Century), nominado al Oscar® y a los Globos de Oro, interpretando a Whitley, el editor de la revista que anima a Erik a escribir el artículo sobre el boxeador; Rachel Nichols (Alias) es Polly, la fiel investigadora de Erik; Harry Lennix (Señora presidenta) interpreta al hijo de Bob Satterfield; y el nominado a los Emmy Peter Coyote (Los 4400; Señora presidenta) interpreta al anterior agente de Satterfield.

"Se trataba de un reparto de lujo realmente bien conjuntado", comenta Lurie. "El reparto le dio a la película la propia humanidad que ésta ofrece al público, y estoy orgulloso de haber trabajado con todos y cada uno de los miembros de este equipo".


La verdad exige autenticidad
Cuando todo el mundo involucrado en convertir El último asalto en una realidad en la gran pantalla hubo leído el artículo de J.R. Moehringer y su emotiva búsqueda de la verdad, hacer que la película fuera fiel al verdadero espíritu del artículo se convirtió en la máxima prioridad del equipo. Con ese fin, Lurie quería capturar la poderosa sensación de autenticidad de la sala de redacción tal y como aparece en Todos los Hombres del Presidente, de forma que en vez de crear una sala falsa en un estudio, directamente rodó en una sala de redacción real.

Por razones logísticas y económicas, Lurie elegió rodar la película en Calgary. Aunque la historia tiene lugar en Denver, Calgary era una mejor opción por el propio aspecto de la ciudad. Además esta elección facilitó el posterior rodaje de escenas de exteriores en el propio Denver para que cuando el público viera el gimnasio Bronco y el restaurante de John Elway, puedan ver los escenarios realmente.

Las escenas que tienen lugar en la sala de redacción eran igualmente autenticas; se rodaron durante seis días en la sede del Calgary Herald. "Quería mostrar el ajetreo real de un lugar así", comenta Lurie. "Ni siquiera pedimos a la gente que dejara de trabajar mientras rodábamos ni nada de eso; al final incluso algunos periodistas reales aparecen en la película".

De forma similar, la producción tomó imágenes de vagabundos reales en un refugio para gente sin hogar llamado The Mustard Seed, llegando a contratar a cuarenta de los huéspedes del refugio para hacer de extras. "Los generosos responsables de The Mustard Seed nos abrieron sus puertas al igual que hacen con todo el mundo", recuerda Lurie. "Queríamos hacer que fueran parte de algo especial y ellos nos dieron también algo especial a cambio".

Las escenas de boxeo se rodaron en el Corral Arena en el Calgary Stampede Grounds y en un rancho de la zona. Eric Bryson, el experto en boxeo de la película y coordinador de especialistas, fue uno de los antiguos sparrings de Lennox Lewis; con esa experiencia, fue capaz de recrear el estilo del boxeo de la década de 1950. Al mismo tiempo, él quería aportar un sentido de continuidad a los estilos de lucha del protagonista ya de mayor, interpretado por Samuel L. Jackson, pero también de joven, interpretado por Troy Amos-Ross, un boxeador olímpico y campeón canadiense de los pesos ligeros.

"La mirada de Troy transmitía las esperanzas y los sueños del joven campeón, y además era estupendo que pudiera actuar también", recuerda Bryson, también encargado de la coordinación de los especialistas en los thrillers de ciencia ficción El Día de Mañana y Rollerball. "Me impresionó mucho la habilidad de Sam Jackson para memorizar e imitar el estilo de lucha de Troy y aprenderse las secuencias de lucha en apenas unos minutos. Resulta que Jackson había boxeado de joven e incluso había competido en algunos combates cuando tenía 19 años, así que tenía esa experiencia de base que le permitía aportar una mayor autenticidad a sus movimientos".

Bryson añade que Lurie se implicaba al cien por cien a la hora de prestar su apoyo. "Rod acudía al gimnasio e incluso se calzaba los guantes", recuerda Bryson. "Se subía al ring y la verdad es que para mí fue toda una sorpresa. Me indicaba exactamente cuáles eran los movimientos que quería de los boxeadores".

Además de trabajar con Troy y Jackson, Bryson consiguió encontrar boxeadores excelentes que guardaban un considerable parecido físico con los boxeadores a los que debían dar vida en la película. "Richard Reittie, miembro de equipo canadiense de boxeo, es casi idéntico al campeón de los pesos pesados Ezzard Charles, que derrotó a Satterfield en dos asaltos en 1954, y el campeón amateur canadiense, Glenn Hunter, no sólo parece un Rocky Marciano rejuvenecido sino que además golpea de la misma forma", comenta Bryson. "Todos los boxeadores que aparecen en la película ensayaron en un gimnasio de Calgary y estudiaron imágenes de combates de la época. Al final se implicaron totalmente en la película, y en mi opinión todo eso resultó ser una bonita historia".

El meticuloso trabajo de Bryson en la película, al igual que la sorprendente fotografía de Adam Kane (Heroes; El ala oeste de la Casa Blanca), hicieron de la película una maravillosa experiencia visual. Por otra parte las estupendas interpretaciones del reparto son el ingrediente fundamental de las emociones que recorren toda la película. "Cada escena de lucha fue coreografiada y filmada perfectamente. El público podrá sentirse como si realmente estuviera en un ring de 1950", comenta Lurie. "El reparto, el equipo y todo el mundo implicado en la película y nosotros mismos podemos estar realmente orgullosos de esta experiencia".